Por: Segundo Matta.
Cutervo vivió la mayor incertidumbre de los últimos tiempos en el sector salud. Más de dos meses de confrontaciones entre funcionarios regionales y trabajadores de hospital “Santa María” ha provocado una crisis que traspasa las fronteras provinciales. El problema político-social fue generado por el Gobierno Regional de Cajamarca: ineptitud y prepotencia para resolver los problemas sociales llevó a las Rondas Campesinas a asumir decisiones drásticas: tomar el frontis de la dirección sub-regional de salud. Los funcionarios regionales antes de asumir autocríticamente los errores de su gestión empezaron a culpar a opositores políticos, dirigentes sociales, trabajadores y periodistas. La realidad es una: la crisis de liderazgo en los estamos regionales ha convocado a la deslegitimación del estado sub nacional. La mayoría de ciudadanos tienen percepciones negativas de las gestiones regional y local (#ICOMPOL “Ensayos & Poder).
Una parte de la historia terminó con la destitución del director del hospital “Santa María” de Cutervo, Jorge Luis Dávila Gonzáles. La organización campesina y trabajadores de salud obligaron a que el director regional de salud Pedro Cruzado Puente solicitara al galeno cutervino a presentar su carta de renuncia. Tras ésta disposición, el destituido funcionario calificó de “cobardía” la decisión del Gobierno Regional de Cajamarca. Enésima deslealtad.
La historia no termina allí. La Rondas Campesinas han dado un plazo de 72 horas para que director sub-regional de salud Helden Hernández Domador renuncie al puesto. De no hacerlo asumirán nuevamente medidas de fuerza. En medio de la crisis social provocada por autoridades regionales los casos positivos de coronavirus avanza exponencialmente en nuestra provincia. ¿Quién es culpable de toda ésta desgracia? ¿Son los ronderos y trabajadores de salud o la incompetencia de la gestión regional? ¿Quién es el responsable de la designación de funcionarios que no tienen la talla para dirigir las instituciones públicas? ¿Qué clase de democracia quieren construir los actuales gobernantes? Crisis comunicacional.
La confrontaciones se han traslado entre dirigentes de las organizaciones sociales. Hay acusaciones de todo calibre: “coimas”, “traidores”, “sobornos”, “chantajes”, etc. ¿Alguien está dividiendo? Indudablemente. Estamos frente a gestiones que aplican la regla “divide y reinarás”.
Lo más vergonzoso son la calificaciones racistas y discriminadoras de personas allegadas a los gobiernos actuales. Aprovechando del libertinaje que otorga las redes sociales han iniciado una campaña de desprestigio e insultos a la lucha de los trabajadores y campesinos. El área de investigación del Instituto de Comunicación Política “Ensayos & Poder” ha detectado más de 100 cuentas falsas de Facebook provenientes de trabajadores y operadores políticos del gobierno regional y local. Palabras como: “campesinos ignorantes”, “ronderos vendidos”, “trabajadores haraganes y corruptos”, “periodistas vendidos”, “… qué hacen los ronderos de Querocotillo, Sócota o Callayuc en los problemas de Cutervo”, “quién les paga a esos ronderos hipócritas e ignorantes”, “hay que sacarlos a patadas a esos campesinos analfabetos”, etc. Los insultos son sistemáticos, dirigidos y organizados.
En pleno siglo XXI y donde el avance de la tecnología ha despertado el interés de la ciudadanía por los problemas de su pueblo la clase política reaccionaria ha sacado toda su insania para destruir dignidades y organizaciones. La mediocridad ha invadido las instituciones públicas. Qué lejos estamos de hacer política decente. Cómo se extraña a los históricos debates de ideas.
Necesitamos hacer política de verdad. Necesitamos líderes que incluyan, incorporen, formen y fortalezcan las organizaciones. Aspiramos a tener autoridades que generen concesos en medio de la diversidad, que haya trato igualitario: “los ciudadanos del centro de la ciudad, de los barrios, de las comunidades, de los distritos son hijos cutervinos. Todos tienen derechos. Todos tienen libertad de emitir su palabra”. Apostemos por una clase política diferente. Que tenga capacidad de escucha, que entienda los problemas de la gente, que involucre a todos, que trabaje por sentar las bases de la justicia social, que tenga perfil de servicio y sentido humano. La historia lo construimos todos.
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