Por: Segundo Matta Colunche
Quienes
estamos atentos a la información mediática afirmamos el nivel de parcialización
de estos con los candidatos de derecha. Hoy en horas de la mañana, en RPP
Noticias varios analistas describían las sorpresas en la presentación de listas
presidenciales. Se resaltaba con pompa y nostalgia la candidatura de Susana
Villarán en lista de Daniel Urresti por el partido de gobierno, de Nano Guerra
García como candidato presidencial por Solidaridad Nacional y Vladimiro Huaroc
en la lista de Keiko Fujimori. Ignoraron la lista que lidera el preso político
Gregorio Santos, tras vencer elecciones internas en Democracia Directa y Avanza
País.
Claro
que genera sorpresa. Villarán no tiene reparos en tentar una vicepresidencia
por el Partido Nacionalista Peruano, cuyo candidato presidencial, Daniel
Urresti, es proceso por delitos de lesa humanidad por la muerte del periodista
Hugo Bustíos (Caretas) y fue ella quien en la campaña del 2006 increpó
fuertemente al entonces candidato Ollanta Humala, por los asesinatos de Madre
Mía. Además, la falta de consecuencia en sus principios lo llevó hacer alianzas
con el desconocido movimiento limeño “Diálogo Vecinal” en las pasadas
elecciones municipales del 2014. Saliendo totalmente rezagada en un lejano segundo
lugar.
Nano
Guerra García, proveniente del desaparecido movimiento Fuerza Social tentó
liderar la candidatura presidencial por el Partido Humanista Peruano, pero
después que su dueño, Yehude Símon Munaro se autoproclamara candidato, éste
renunció y asumió la responsabilidad en Solidaridad Nacional. Buscando se
encuentra.
Quizá
otra sorpresa es la candidatura a la segunda vicepresidencia por Fuerza Popular
(fujimorismo) del entonces dirigente de Fuerza Social, Vladimiro Huaroc. En
otrora asqueaba de la dictadura, ahora aliados. Así terminan, quienes vapulean
la política en base a principios, programas e ideas.
Hay
hermetismo mediático por candidatura suigeneris del preso político, Gregorio
Santos Guerrero, reelecto Presidente Regional de Cajamarca. Solo pequeños
párrafos evitaron tapar la noticia de ayer luego que el perseguido político
ganara las elecciones internas en Democracia Directa y Avanza País. La primera
vez en la historia republicana que un ciudadano preso por sus ideas gana
elecciones regionales y asume responsabilidades como candidato presidencial. Es
un caso nuevo. Y podría dar qué hablar en los próximos días conforme avanza la
campaña presidencial y congresal.
Gregorio
Santos, es militante de izquierda desde muy joven, dirigente social desde los
albores de su adolescencia, vivió y se formó políticamente al lado del pueblo
organizado (Rondas Campesinas, SUTEP, Frentes de Defensa, campesinos y
obreros). Desde las aulas impregnó el sentimiento socialista y progresista. Varios
de sus alumnos lo recuerdan por ser un maestro del pueblo y sus enseñanzas
inspiraban confianza, sueños, ilusiones, y esperanzas de un futuro prometedor.
Su formación política e ideológica lo encamino en el pensamiento
marxista-leninista. Es admirador de José Carlos Mariátegui; puesto que, en
varios de sus discursos afirmaba: “La revolución en el Perú tiene que ser producto
de la lucha heroica del pueblo sin calco ni copia”. Parafraseaba siempre los
versos de Vallejo y Florián. Es amante de la cultura: en el 2011 por
instrucción suya se realizó el recorrido cultural itinerante en homenaje al
centenario de José María Arguedas. La pintura vislumbra su pensamiento y amor
por la tierra: “No hay revolución en el mundo, sino va acompañado de la
cultura”, manifestaba en una conversación personal.
Goyo
llegó a la Presidencia Regional de Cajamarca en el 2010, ganó las elecciones
con el 30.5% del votos válidos. Inmediatamente avanzó a interiorizar en el seno
del pueblo el Nuevo Modelo de Desarrollo (cierre de brechas y desarrollo
económico sostenible). Desde años venía cuestionando los abusos de empresas
mineras, lo que lo llevó en acompañar al pueblo de Cajamarca en las
movilizaciones históricas contra el megaproyecto Conga. Le adjudicaron
responsabilidad política de haber derrotado a tres gabinetes ministeriales
(Lerner, Valdés y Jiménez) y de haber paralizado uno de los proyectos mineros
más grandes del Perú y poderosos a nivel mundial de propiedad de la
norteamericana Newmont.
Su
nombre no sólo recorría los medios nacionales, sino que llegó hasta espacios
internacionales. En Cajamarca más del 83% de ciudadanos rechazaban a Yanacocha.
Se desató una guerra sin cuartel contra el Gobierno Regional Cajamarca (bloqueo
de cuentas, recorte presupuestal, denuncias a funcionarios, instalación de
órganos de control y un organizado sicariato mediático). Nada de esto limitaba
su convencimiento de construir una patria nueva. La solidaridad no solo vino de
regiones sino de diferentes partes del mundo, que finalmente terminó tras las
rejas.
Ya
en prisión, las bases del MAS propusieron a Santos a la presidencia regional
(2015-2018) por un segundo periodo obteniendo un triunfo contundente con un
44.5% de votos. Primera vez que un ciudadano es reelecto presidente regional
estando privado de su libertad.
Es
histórico para el pueblo que un peruano que sufre las consecuencias de una
persecución política, mediática y judicial siga recibiendo respaldo de sectores
progresistas y populares. Ayer domingo, militantes y simpatizantes de las
organizaciones políticas Avanza País y Democracia Directa, en elecciones
internas eligieron a Gregorio Santos como candidato a la presidencia de la
República. Hay un 36% de peruanos que no han decido por quien votar (blancos y
abstenciones) según GFK, espacio que podría ser conquistados por el candidato
del pueblo. Como decía el himno de los casanovistas cutervinos: “…adelante,
marchad a triunfar”.