Por: Segundo Matta C.
El mundo está pasando por la peor crisis sanitaria, económica y política de el último medio siglo. |
Todas las organizaciones están expuestas a una crisis. Hay problemas que generan mayor impacto negativo que otras. Disminuir el golpe y/o frenarlo es saber gestionar la Comunicación Política en tiempo de crisis, lo que los investigadores llaman “Comunicación de Crisis”. Otros definen como, “Comunicación Política Estratégica”, “Comunicación de Crisis Organizacional”, “Comunicación para afrontar una crisis”, etc. Todas van orientadas a gestionar un Plan de Comunicación de Crisis (PCC).
El mundo está pasando por la peor crisis sanitaria, económica y política de el último medio siglo. El coronavirus – COVID 19- ha arrinconado a gobiernos que hasta algunas semanas eran los súper poderosos – intocables, soberbios, egoístas, pedantes, chantajistas, represores, autoritarios, etc.-. Su palabra amparados en el poder económico y militar era inapelable. Hoy, piden a gritos solidaridad. Sin miramientos, los hermanos pueblos socialistas de Cuba y China han desplegado equipos de médicos e investigadores a socorrer emergencias en Europa y América Latina. No importa el color político, no importa quienes gobiernen tengan actitudes reaccionarias en contra del progresismo mundial, no importa que sean los principales impulsores de bloqueos inhumanos como el Grupo de Lima; por encima de todo está la salud del ser humano – es el centro de todo-. Grandeza de corazón por donde se lo mire.
Algunos gobiernos, en amparo de la salud de su pueblo han tomado decisiones acertadas o, dicho de otra manera, han gestionado eficientemente un Plan de Comunicación de Crisis (PCC). El PCC orienta a la toma de mejores decisiones para frenar y/o disminuir el impacto negativo. Mientras que, otros imbuidos por la “supereficiencia” y soberbia ven morir paulatinamente a su pueblo. Allí están las actitudes negligentes de Italia, Estados Unidos, España, Francia, Gran Bretaña, Brasil e Irán. Más allá de individualismos se necesita decisiones políticas que involucre a la solidaridad internacional.
Con respecto a Perú, la crisis por el coronavirus desnuda los deficientes servicios sociales de casi 200 años de vida republicana: hospitales, centros y puestos de salud sin equipamiento y profesionales con seria limitaciones – débil capacitación-, se carece de centros de investigación, el presupuesto destinado al sector salud (2.2% del PBI) es uno de los más bajos de Latinoamérica, débil estructura gerencial y, casi todos las instituciones del sector no cuentan con un Plan de Comunicación Estratégica – sensibilización y comunicación-. Realidades que desnuda la crisis del sistema imperante en el país.
En medio de serias debilidades institucionales creemos que el presidente de la República Martín Vizcarra Cornejo ha tomado decisiones acertadas: la declaratoria del Estado de Emergencia por 28 días ha permitido el aislamiento social obligatorio, dirigir un equipo de Contención de Crisis a la altura de las circunstancias, emitir decretos de urgencia para palear en parte la crisis económica de las familias más pobres y gestionar un Plan de Comunicación de Crisis. Acciones inmediatas que le ha permitido conectar socialmente con el 87% de la población peruana (IPSOS, 22 de marzo).
Mirando desde el lado social, con pequeñas excepciones, la declaratoria del Estado de Emergencia ha permitido: ordenar nuestras formas de consumo, valorar a la familia, secar a relucir el sentido humano, poner en práctica la solidaridad, valorar a las instituciones de seguridad, reconocer el papel que cumplen los profesionales de la salud y del ministerio público, valorar a los trabajadores del campo y a los pequeños emprendedores como sostén principal de la supervivencia humana.
Al margen de discrepancias políticas e ideológicas creemos que el papel que cumplen la mayoría de autoridades son acertadas. Gracias por todo. Unidos saldremos adelante.