Por: Segundo Matta Colunche
Debate
sobre triunfo de liderazgos regionales progresistas y de Izquierda en Perú
ocupa primeras planas de medios nacionales e internacionales. La derecha reconoce
que encarcelamiento de Gregorio Santos es una persecución política, mientras
“opinólogos” satanizan al líder masista tras elecciones regionales del 05 de
octubre.
Se veía venir. Luego
que empresas encuestadoras no podían tapar el inminente triunfo de Gregorio
Santos en las elecciones regionales y municipales del 05 de octubre, la derecha
reaccionaria en el Perú lanzaba dardos contra Santos, líder del Movimiento de
Afirmación Social (MAS) y del pueblo cajamarquino. IDICE informó que Santos
ganaría en primera vuelta con el 41%, Datum Internacional le dio 45.8% e Ipsos
Apoyo, 33%. Esto sucedió a una semana de las elecciones (domingo 28 de
setiembre). Ya antes, las mismas encuestadoras vaticinaban una derrota del
líder izquierdista, orientando al electorado optar por el fujimorismo. Todo estaba
digitado desde el poder económico. Pero su estrategia rebotaba con la realidad.
La derecha no se
quedó con los brazos cruzados. Armó una campaña mediática de desinformación, guerra
sucia al estilo fuji montesinista contra Santos y liderazgos locales del MAS. Enviaron
a Cajamarca a su vocero mediático de Yanacocha, Miguel Santillana, mientras que
en Lima ocupaba espacios de medios nacionales el ya conocido defensor de la
desprestigiada Yanacocha, Fernando Rospigllosi. Tiraron barro a la lucha
heroica de Cajamarca y catalogaron como “ignorantes” y “analfabetos” a los
seguidores del MAS. Su estrategia no funcionó, al contrario generó mayor
reacción del pueblo de Cajamarca contra el poder económico y el Gobierno
Central.
Domingo 05 de
octubre, 4pm: flash electoral a boca de urna. Ipsos Apoyo reveló respaldo de
49.9% a Gregorio Santos, frente al 18% del fujimorista Osías Ramírez. Analistas
políticos inundaron los medios de comunicación para interpretar el triunfo de
Santos en Cajamarca. Algunos acongojados y otros con estilo propio de
frustración responsabilizaban a Ollanta Humala del triunfo de Cajamarca. La
derecha en sus trece, decía: “Qué pasa
con los cajamarquinos”, “estoy decepcionado con Cajamarca”, “qué será de las
inversiones”, “qué será de Conga y todos los proyectos mineros”, “Cajamarca va
rumbo al descalabro”. Otros llamaban a gritos modificar la Ley de Partidos
Políticos y La Ley Electoral para evitar que “radicales” como Santos postulen
como candidatos.
El lobista
peruano-norteamericano Pedro Pablo Kuczhynski, anunciaba que
si no se hace cambios en la Ley Electoral, el 2016 podría ser catastrófico para
el Perú. El expresidente aprista Alan García, responsabilizaba a Ollanta Humala
de la persecución a Santos: “Santos iba a perder la elección pero el
gobierno, por figuretear, lo encarceló ruidosamente, lo victimizó y lo hizo
ganar”. Para la fujimorista Keiko Fujimori, Ollanta Humala es responsable
del triunfo de Santos. La derecha no solo criticaba sino que mostraba su
preocupación por lo que pueda venir en los próximos meses. Algunos analistas
como Nelson Manrique (La República), Carlos Meléndez (Perú 21), y Rolando Breña
(El Correo) disipan el futuro de la Izquierda en los próximos años y quienes la
podrían liderar. Sin embargo, después de varias lunas la derecha acepta que
prisión preventiva de Gregorio Santos, obedece a persecución del Gobierno
Central y el poder económico. Como decía Breña: “La victoria de Gregorio Santos en
Cajamarca tiene aún para hacer correr ríos de papel y tinta”. El debate sigue.
El sentimiento de
cambio en diferentes regiones del país es similar al de Cajamarca. En la
mayoría de ellas ganaron movimientos independientes y progresistas, y en otras
van a segunda vuelta con una propuesta contraria al modelo económico
neoliberal. En Moquegua, Junín y Puno se evidencia posturas revolucionarias que
podrían ayudar a generar una bloque de Izquierda con miras a las elecciones
generales del 2016. Sin dejar de lado espacios importantes en todas las
regiones del país, incluido Lima.
Se necesita unidad de
los movimientos y partidos políticos de Izquierda, progresistas e
independientes. Patria Roja y el MAS tienen una estructura orgánica nacional,
pero no tienen inscripción nacional; Tierra
y Libertad tiene inscripción nacional pero es débil en su estructura
orgánica, hay otros movimientos que podrían contribuir a la Gran Unidad. Se
necesita voluntad de los dirigentes políticos para concretarla porque el pueblo
ya tomó la palabra.