viernes, 10 de mayo de 2013

Encuestas o encuestitis


Por Segundo Matta Colunche

Encuestas direccionadas pone los pelos de punta a opinólogos, voceros de la derecha.
 

Desde que aparecieron los sondeos de opinión o encuestas, éstas describen el temperamento de la población sobre una determinada coyuntura, con más fuerza se observa en campañas electorales, que valiéndose de sus séquitos auspiciadores distorsionan la opinión pública. En otras palabras dirigen al electorado.
 

La última encuesta de DATUM publicada en el diario favorito de los insultos y falsedades, Perú 21; pese a direccionar las interrogantes, se observa que la población tiene una posición firme sobre cambio y continuismo, en algunas respuestas tienden a poner nuevamente en debate la participación activa del Estado en asuntos estratégicos como la administración del petróleo, el gas y empresas que fueron destruidas por las privatizaciones.
 

A la pregunta: ¿cree Ud. que el crecimiento económico del país en estos últimos años se debe al esfuerzo e impulso privado o se debe a la acción del Estado?, pregunta claramente direccionada dando ventajas a la primera -“impulso privado”-, sin embargo, pese a todo la respuesta es: 46% piensa que se debe al “impulso privado”, 30% dice por acción del Estado y 18% considera a ambos.
 

Este resultado nos permite hacer el siguiente análisis: pese a la poca o nula participación del Estado en cuestiones estratégicas, la población sigue viéndolo como una alternativa, además ve que el aporte del Estado y la empresa privada permite el crecimiento sostenido de la economía. Si sumamos las dos percepciones últimas podemos decir que el 48% de la población encuestada ve con buenos ojos la participación del Estado y la empresa privada en la administración de recursos estratégicos”, al cual el actual régimen abandonó por desidia y presión de la prensa y la derecha.
 

En la misma encuesta, a la pregunta ¿Siente que el gobierno está girando hacia la Gran Transformación? La respuesta es: No está girando, 49%; sí está girando 38%. Además se muestra una desconfianza en el presidente Humala; 58% dice que no cree en la inversión privada, 35% si cree. El 83% piensa que su economía mejorará por propio esfuerzo, 5% por dirección del gobierno y 12% piensa que ambas. La población no tiene confianza en el Estado. Se necesita una auténtica revolución, Nueva Constitución, Proyecto Nacional de Desarrollo y Nueva República.
 

El 54% está en desacuerdo con la compra de REPSOL (totalmente mediatizado) y el 37% está de acuerdo que el Estado sea un ente promotor en la administración de nuestros recursos estratégicos. ¿A quién hace caso Ollanta?
 

Indudablemente la derecha pone la agenda al gobierno, cuando quiere y está a favor de sus intereses lo eleva y cuando ve que posiblemente afecte sus arcas lo tumba –a propósito- en las encuestas. En la encuesta el 54% aprueba la gestión presidencial, 6 puntos menos de la encuesta de abril. ¿Le pasó factura la intención de comprar REPSOL, o la falta de firmeza al momento de tomar una decisión?
 

EL NEGOCIO DE LAS ENCUESTAS
 

Los resultados de las encuestas se compran, se venden y se negocian como sucedió en la época nefasta de la dictadura fujimontesinista: las empresas dirigían las preguntas, manipulaban las cifras y distorsionaban la opinión pública, todo en absoluta complacencia con sus medios aliados y opinólogos contratados.
 

Luego de la caída de la dictadura, el pueblo puso al descubierto de los grandes negociados que se hacían antes de publicar resultados de encuestas, la direccionalidad de los medios para mediatizar al oponente y aplaudir la mafia y la corrupción; la salita del SIN era el lugar ideal para orientar lo que deberían publicar, decir y opinar los que manejaban la opinión pública.
 

Toda esta patraña no se ha combatido al 100%, en pleno siglo XXI en que el pueblo lucha por consolidar su democracia, con la auténtica participación del pueblo, existe todavía la distorsión mediática y direccionalidad en las informaciones. Como decía Raúl Wiener, “cuando te atacan, te atacan”. Dirimíamos “cuando atacan, atacan, no importa la falsedad de lo que digan, persiguen un sólo objetivo: mantener intacto el modelo neoliberal salvaje”.
 

ALIADOS DE LAS ENCUESTAS
 

En el Foro Económico Mundial 2013, desarrollado en Lima en el mes de abril, los dueños de la economía del mundo aplaudieron al Perú por el crecimiento sostenible, mostraron como siembre a aliados dueños de la “encuestitis”.
 

Richard Webb, presidente del Instituto del Perú de la Universidad San Martín de Porres y expresidente del Banco Central de Reserva, dijo alegremente que: “el bienestar de las poblaciones rurales es una verdadera revolución. Hay eliminación de barreras geográficas, y según su opinión el factor más importante para el desarrollo son los caminos, caminos, caminos”.
 

Estas afirmaciones no dejan dudas, sino posiciones de defensa del modelo excluyente e ironizar la felicidad de los peruanos. La pobreza en el Perú llega a 7 millones de compatriotas y el 53% de pobres se ubican en la zona rural. ¿Los pobres gozarán del bienestar social, que considera Webb que es una verdadera revolución?
 

PERFIL DEL PERÚ
 

El PBI en América Latina crecerá en 3,5%; y en Perú y Panamá será del 6,3%;  Impresionante verdad en comparación a EE.UU., Europa y Asia, sin embargo el falso crecimiento para los peruanos ahonda la exclusión: de 144 países participantes del Ranking Mundial (Foro Económico Mundial 2013), Perú se ubica con niveles bajos de competitividad, en el puesto 91 en relación a salud y educación primaria; educación y adiestramiento en el puesto 80, institucionalidad 105, infraestructura 89 y capacidades tecnológicas 83.  Realidades que determinan el perfil de un país subdesarrollado.
 

La encuestas, convertidas en “encuestitis” pueden decir que vivimos en el país de las maravillas, que hemos pasado del 2010 hasta estos días del puesto 73 al 61 (alentador), que hay un clima macroeconómico favorable, que el Perú rankea el tercio superior mundial en el puesto 21, que nos ubicamos en el 45 lugar del desarrollo del mercado, que la eficiencia del mercado de bienes está en el puesto 53 y que hay eficiencia del mercado laboral (puesto 45). Toda una “verdadera revolución” como dice Webb, cuando en realidad hay necesidad de mirar al Perú profundo con absoluta franqueza.
 

Este modelo quiere sobrevivir al fracaso,  utiliza todos los medios de apoyo, pero el pueblo peruano tiene otra percepción como muestran sus direccionadas encuestas.