Por: Segundo Matta Colunche
Lourdes Flores defensora del modelo neoliberal |
Las
07 propuestas de Lourdes Flores sobre la descentralización y regionalización, no
garantizan el combate contra la corrupción, no hay ejemplo de gobierno del limetizado PPC.
La abogada Lourdes
Flores Nano, excandidata presidencial y perdedora por antonomasia, de las filas
del Partido Popular Cristiano (PPC) –organización política de derecha con
mediana presencia en Lima–, ha reafirmado que no será candidata en las
elecciones ni del 2011 ni del 2016, excusándose en supuestas responsabilidades
personales y académicas. Sin duda, se extrañará su presencia en la campaña
electoral, por ser una de las defensoras naturales del modelo neoliberal; ya
que, al igual que PPK, Alan García, Alejandro Toledo y Keiko Fujimori, defiende
un Estado reducido a su mínima expresión y que ha dejado todo en manos de sector
privado. Lourdes Flores, aclama la privatización de todos los sectores, con el
mismo fanatismo con el que El Comercio pide la “Estatización hídrica”; es
decir, que la administración de los servicios de agua potable debe estar en
manos de privados; en resumen, para tomar un vaso de agua debes pagar.
No más
regionalización y descentralización, dicen los principales columnistas del
grupo El Comercio como: Fernando Rospigllosi (tránsfuga y vocero de Yanacocha),
Alan García y Luis Carranza (APRA), Cecilia Chacón (Fujimorismo), Lourdes
Flores (PPC), Pedro Pablo Kuczynski (Perú +), Miguel Castilla (Gana Perú) y los
tradicionales columnistas de postura reaccionaria. Ellos son dueños de la
“verdad”, aunque sus publicaciones estén llenas de mentiras. En su camino a la
verdad, persiguen un solo objetivo: Mantener el desgastado modelo neoliberal en
el que no hay cabida para la diversidad.
El 08 de junio,
Lourdes Flores publica en el monopolio de las comunicaciones (El Comercio) un
artículo titulado: “Agenda pendiente de la descentralización”, donde pide al
Gobierno Central hacer un alto a la descentralización, porque considera que ha
traído corrupción. Ah, miramos los gobiernos regionales, pero no decimos nada
sobre los grandes negociados en los ministerios y empresas privadas (las
últimas actúan como Pedro en su casa). La gran señora, alcanza 07 propuestas: “Responsabilidad de los partidos
políticos en una presencia territorial y promoción de liderazgos políticos
regionales y locales, impulso a la tarea de Servir para forjar una
administración pública descentralizada, el SNIP a las regiones,
auditores regionales directamente dependientes de la contraloría, mucho más
obras por impuestos y asociaciones público-privadas, mancomunidades para forjar
alianzas hacia verdaderas regiones, Estado moderno”. Si bien
son medianamente importantes, pero no garantizarían frenar la corrupción
institucionalizada y tampoco podrían mover un ápice de la Constitución del 93 –producto
de la mafia fujimontesinista–.
Ahora veamos algunos peros a la propuesta de
Lourdes Flores: Los políticos nacionales han perdido presencia territorial en nuestro
país y al interior se mueven con serios escándalos de corrupción (compra de
cupos y otros); el PPC de Lourdes Flores, no tiene presencia en las regiones;
la ley Servir no garantiza una gestión eficiente (El APRA la implantó para
boicotear la gestión y mantener presencia institucional); el SNIP funciona como
un sistema de condicionamiento a los gobiernos subnacionales; auditores “independientes”
que obedecen a grupos de poder económico les resta imparcialidad; obras por
impuestos y asociaciones públicas privadas, esto no es posible cuando varias
empresas privadas tienen el aval del gobierno central para paralelizar
gestiones locales y regionales ( Caso Yanacocha); ya hay avances sobre las
mancomunidades; y la propuesta de un Estado moderno, tiene que partir por fortalecimiento
de los equipos de gestión (ética profesional) y dando plena libertad a una
fiscalización social y popular. ¿Qué gestión modelo tiene el PPC?
Pero más allá de las propuestas de Lourdes,
necesitamos cambiar las leyes caducas y corruptas. Solo una Nueva Constitución,
elaborada a través de una Asamblea Constituyente, garantizaría la modernización
del Estado y el pleno ejercicio de la democracia participativa. Por ahí,
Lourdes no va, porque como decíamos en un inicio es una acérrima defensora del
modelo.