Por Segundo Matta Colunche
Millones
de seres humanos en el mundo carecen de agua potable, el Perú es el país que
más padece el calentamiento global. Sube la temperatura, se derriten glaciares pero
hay repentinas heladas. Los cambios climáticos amenazan los cultivos y estilo
de vida milenarios.
Las tierras y el agua forman parte del país
que más sufren los efectos del cambio climático en el mundo; lamentablemente, ni
el Estado peruano, ni los grandes países industrializados responsables del
calentamiento global parecen preocuparse por ello.
Ayer miles de cajamarquinos nuevamente
salieron a las calles en defensa de sus recursos naturales, la réplica no sólo
se sintió en las 13 provincias de la región, sino en varias regiones del país. Esta
fue una clara muestra de que millones de peruanos, a una sola voz, exigen el
cambio de modelo extractivista-primario exportador-que ha empobrecido más a los
históricamente excluidos.
La derecha organizada a través de la CONFIEP,
SNMPE, e Instituciones acéfalas que manejan y dirigen la economía del país,
buscan por todos los medios defender este modelo salvaje, y para ello tienen a
sus aliados: los medios de comunicación de la capital y algunos regionales que
obedecen al pie la letra las órdenes a cambio de algunas monedas.
Páginas enteras de medios escritos, columnas,
espacios televisivos y radiales dedicados a alabar el modelo y criticar a sus
opositores, son elaborados desde los servicios de inteligencia, derivados a los
medios-publíquese y cúmplase-la campaña mediática que utilizó
Fujimori-Montesinos durante 10 años para engañar al pueblo, amasar de la
corrupción sus grandes fortunas y continuar dirigiendo los destinos de un país
que históricamente reclama justicia.
La derecha siempre ha actuado con las estrategias
y tácticas más cochinas de la clase política. No es raro ver ahora al Poder
Judicial, Tribunal Constitucional, Ministerio Público, Defensoría del Pueblo,
Iglesia Católica, y gobierno nacional, actuar obedeciendo las recetas del gran
capital, sin importarle los desastres ambientales, económicos y sociales.
Casi poco nos separa de la década del
fujimorismo: persecuciones, detenciones, intervenciones bancarias a las
instituciones, estados de emergencia, paralelismo sindical; en fin, toda una actitud de gobiernos
antidemocráticos.
CONCIENCIA
DEL PUEBLO
Cada vez el pueblo asume con mayor conciencia
la defensa de sus recursos naturales. Cajamarca lucha por el agua porque
legalmente así dispone las leyes naturales y legales: La Ley de Recursos
Hídricos, en su artículo 75 indica: “Disponga
que la Autoridad Nacional del Agua, con opinión del Consejo de Cuenca, vale por la protección
del agua. Este artículo reconoce como zonas ambientalmente vulnerables las
Cabeceras de Cuenca y faculta con opinión favorable del Ministerio del
Ambiente, zonas intangibles, en las que no se otorga derecho alguno para uso,
disposición o vertimiento de agua”.
Sin embargo pese haber normas legales, el
gobierno nacional pisotea todo lo que ha aprobado. Ante ello hay una iniciativa
encabezada por organizaciones ambientales que buscan recoger 100 mil firmas
para presentar un proyecto de ley para asegurar el derecho humano al agua, lograr
la protección efectiva de las cabeceras de cuenca y priorizar el acceso de
todas las familias al agua potable.
Para el año 2050 el Perú será “el único país
de la región que a nivel internacional
presentará una situación verdaderamente comprometida”, actualmente la sostenibilidad
de la ecología se encuentran amenazada por un conjunto de actividades
productivas y prácticas inadecuadas. Bajo este aspecto las investigaciones
hechas recomiendan no realizar ninguna actividad que implique un impacto
significativo a largo plazo en las cabeceras de cuenca y sus fuentes de agua,
incluyendo como fuente a los acuíferos.
LUCHA CONTRA CONGA
Los cajamarquinos luchan en contra del
proyecto minero Conga porque ven amenazado el futuro de su existencia. Decir “Conga
no va”, es proteger los 600 manantiales que hay en la zona, es decir NO al
sacrificio de las 4 principales de las 20 lagunas existentes. Decir Conga no
va, es decir NO a la utilización de 2 millones 239 mil 920 metros cúbicos de
agua dulce al año para el procesamiento de minerales. Decir Conga no va, es no
permitir la ocupación de la cuestionada Yanacocha de un área de 3, 609
hectáreas, es no permitir también un depósito de relaves igual a la mitad de la
ciudad de Cajamarca (692 ha). Nos oponemos a este proyecto porque no queremos
que se genere 650 millones de toneladas de desechos, según el EIA, la cual
alteraría enormemente nuestro ecosistema. Por eso luchamos.
Cajamarca un pueblo digno, lucha en todos los
espacios para evitar que lo poco que queda del agua dulce en el Perú y el
mundo, sea mal utilizado. Buscamos asegurar la supervivencia de la humanidad. Este proyecto que no tiene la
licencia social, utilizaría 2 millones de metros cúbicos de agua dulce por año,
para procesar los metales de cobre, plata y oro.
El
pueblo ya despertó, sabe inteligentemente por qué lucha. Y su lucha es digna.