martes, 1 de octubre de 2013

Feliz Día del Periodista

Por Segundo Matta Colunche



Hoy 01 de octubre se celebra a nivel nacional el Día del Periodista, noble profesión para tan delicada labor. Regularmente se celebra con acciones sociales (festejos), en pocos lugares de la patria se abren espacios para el análisis y autocrítica de nuestra labor. 

Los periodistas utilizamos los medios masivos para opinar de los demás, encontrar errores o aciertos; pero también debemos ponernos a disposición del pueblo para que éste diga lo que somos. En una verdadera democracia la crítica y la autocrítica debe ser la bandera de un periodismo decente.

Sin lugar a dudas, llegamos a esta fecha en momentos no tan agradables para la libertad de expresión y de prensa en el país, los hechos deplorables suscitados durante la dictadura son prueba de ello, uno de los principales poderes (la Prensa), ha estado envuelto en cuestiones denigrantes, muy lejos de la ética profesional. Quizá ese sea uno de los antecedentes que cierto sector del periodismo arrastra. Revertir esta realidad sí es posible, fortalecer los gremios de la prensa también es posible, hacer más digna nuestra profesión indudablemente es posible. Necesitamos la no interferencia de los poderes políticos y económicos a nuestra labor diaria. 

Necesitamos que la autoridad actúe con respeto hacia los hombres de prensa, no ofreciendo migajas para callar la verdad, no chantajeando para desvirtuar la información. Sólo así construiremos la auténtica libertad de prensa. Necesitamos hacer esfuerzos para que la sociedad vuelva a creer en nosotros, para que los pueblos nos vean no como sus enemigos, sino como sus amigos. Necesitamos mayor formación académica profesional-ésta nunca termina-, necesitamos que el periodista se convierte en vocero legítimo de la población, que acompañe en las cosas agradables y desagradables de un pueblo. En realidad queremos que el paradigma de la información sea la voz de los que no tienen voz.

En este país donde todo se compra y todo se vende, queremos que la excepción, primera y final, sea la dignidad humana. No manchemos el honor de las personas, ellas tienen sentimiento, tienen familia, tienen amigos, tienen un pueblo que las vigila. Asumimos que como humanos cometemos  errores, lo asumimos con responsabilidad, pero debe servirnos como aprendizaje para enaltecer esta noble profesión.

Hermanos periodistas de diferentes lugares del Perú: nuestro día también es día del pueblo. Somos nosotros los que estamos en contacto permanente con él, conocemos sus alegrías, tristezas, emociones y aspiraciones. Nada nos separa de ellos. Actuemos con absoluta responsabilidad, es un reto, y sí se puede.

En este momento, aun cuando hayamos dicho la verdad, los seguidores de la información nos miran con cierto escepticismo. Quizá la culpa no sea totalmente nuestra, sino del poder fáctico y corrupto que destruyó en su momento el sistema democrático, donde a la prensa le pasó factura; pero igual luchemos porque la verdad y sólo la verdad salgan a la luz. Nada de ello será posible sino dejamos de lado intereses personales y de grupo para ponerlo al servicio pleno de la población. Hagamos honor a nuestros mártires y héroes que dieron su vida por defender un derecho tan preciado del ser humano: la libertad.

La información veraz es un derecho del pueblo, es un acto de justicia, por lo tanto es nuestra vocación de servicio actuar en esa dirección. Los esfuerzos se expresan más de allá de horarios, feriados, vacaciones o de sueldos, con orgullo decimos lo que es una frase en la Asociación Nacional de Periodistas a la cual pertenecemos: “el periodista trabaja, mientras el pueblo descansa”. 

En nombre del Gobierno Regional Cajamarca, saludamos a todos los hombres y mujeres de prensa agremiados y no agremiados. Invocándoles a seguir adelante en esta ardua labor. Hagamos de la profesión la más noble y no la más vil de las profesiones. En nuestras manos esta esa gran responsabilidad.

¡Feliz Día Periodista Peruano!

¡Hasta la victoria siempre!

MENSAJE DE LA ANP EN EL DÍA DEL PERIODISTA

La fecha es oportuna para hacer una pausa en la tarea diaria de acopiar información, interpretar y opinar sobre los hechos de interés público. Es, que duda cabe, una oportunidad no para glorificar sobre las grandezas de un trabajo eminentemente de servicio ciudadano, sino más bien para preguntarnos ¿cuál es el rol del periodista en la sociedad desde una perspectiva ética y social?
 
Como gremio que ha demostrado capacidad de propuesta en procura de un periodismo cada vez más respetable por la nobleza de su obra comunicacional diaria, este es el momento de ratificar que dicho rol debe cumplirse en consonancia con los anhelos de una ciudadanía, aun rezagada, que quiere abrir canales de representatividad en el procesamiento de demandas y en las instancias decisorias. Y eso es factible divulgando, con apego a la verdad, la presión social por democratizar realmente el sistema político y los vínculos con que el Estado asigna recursos a la sociedad, movilizando el veto activo de amplios contingentes de la sociedad civil para contener la corrupción, el clientelismo o la burocratización en las cúpulas con poder de decisión. Solamente así, transmitiendo éticamente lo que es cierto, el periodista puede contribuir al logro de un sustrato político adecuado al desarrollo con equidad.
 
Es evidente que el Perú está escribiendo una nueva historia y que nosotros los periodistas somos los portadores del mensaje de una nueva época. Esto en un siglo donde la información y el conocimiento se globalizan y, en consecuencia, la ciudadanía mayoritaria demanda nuevas políticas sociales y económicas, con un nuevo sentido común democrático que permita construir un Estado real de Ciudadanía.
 
La tarea, ya lo sabemos, por lo ocurrido con los periodistas que han ofrendado sus vidas, con quienes han sufrido prisión, agresiones físicas y persecuciones, con quienes afrontan querellas abusivas que pretenden amordazarlos, con quienes han sido despojados de su derecho al trabajo, no es facil. Pero por encima de esas vicisitudes, es menester tener el alma fuerte para no faltar al deber de la crítica ni aceptar, por asomo, la pretensión de alquilones que tratan de prostituir el sentido social de la palabra. Así como no se debe caer en la improbidad ni en la mala fe, tampoco hay que caer en esa repudiable prensa venal, cobarde y cortesana.
 
En Tarapoto recientemente y en anteriores congresos nacionales, de plena hermandad gremial se debatió al respecto. El mandato, en consecuencia está dado y en plena actualidad, en circunstancias en que los actores sociales afrontan una brecha entre expectativas y logros y cuando la expansión del consumo es muy marcado en las clases medias y cuando a eso, se suma una expectativa de ascenso intergeneracional, en medio de una situación contradictoria y conflictiva, por la incorporación de una herencia cultural de carácter individualista, donde la población se vuelca más al consumo que a la producción. Todo ello inducido por medios que más que hacer del periodismo un  servicio social, están interesados en la inversión con fines estrictamente rentables.
 
Por esas y otra razones de transcendencia para la dignidad de la persona humana, de la convivencia armoniosa y con justicia para todos, en este Día del Periodista, estamos en el deber de fortalecer la fuerza inteligente de la razón, tomar distancia de  las malas pasiones y perseverar en la divulgación del mensaje libre de ataduras políticas o económicas para derrotar a la mordaza de oro.
 
Saludamos en este día singular a los y las periodistas de todo el territorio nacional, sin discriminaciones ni marginaciones. A los miles de compañeras y compañeros de profesión el abrazo fraterno más cálido, no sin antes hacerles recordar que nuestro trabajo de informar con la verdad, es el alimento espiritual que demanda el alma colectiva de nuestro pueblo. Honremos el honor de ser periodistas y el orgullo de ser peruanos.
 
 
ANP, 1 de octubre del 2013
 
 
Comité Ejecutivo Nacional