(Respuesta a Hernando
de Soto)
Vicepresidente
regional de Cajamarca
Hernando de Soto, unos de
los pocos voceros inteligentes de la derecha peruana, ha publicado
recientemente un polémico pero interesante artículo en el que hace referencia
al conflicto socio ambiental de Cajamarca y a la propuesta sobre el nuevo
modelo que propugna el Presidente Regional Gregorio Santos. En él reconoce que “Conga
no es sólo una batalla minera”, ya que en el fondo, detrás de las críticas al citado
proyecto minero, se habría planteado un cuestionamiento radical al modelo
económico neoliberal, al régimen político y al propio sistema capitalista.
En este artículo, el autor
de “El Otro Sendero” pretende demostrar que si bien el Presidente Santos ha
podido “conquistar el presente”, le será muy difícil “conquistar el futuro”. Esto
sería así porque, aunque el mandatario regional de Cajamarca, denunciando las
injusticias de un sistema que excluye a las mayorías, ha podido “darle voz al
Perú preindustrial que no sabe cómo interpretar la revolución industrial”, habría
cometido el error de lanzar un “ataque indiscriminado contra el único sistema
que, reformado, puede dar a los pobres lo necesario para desarrollarse”.
Con el tono apodíctico que
caracteriza a quien pretende tener la verdad de su lado, Hernando de Soto, busca demostrar la presunta
falta de coherencia y sustento de las propuestas que desde Cajamarca venimos
formulando. Por ello, en mi condición de Vicepresidente del Gobierno Regional, me
veo en la obligación de formular algunas precisiones necesarias sobre su
pretendida incontestable crítica, con el ánimo de proponer un amplio debate nacional
sobre la necesidad de abrir un nuevo curso para Cajamarca y para nuestro país.
Lo primero que hay que decir
es que las críticas que De Soto nos hace, contra lo que el mismo pregona,
parten en verdad de procedimientos y premisas bastante discutibles y dudosas.
En efecto, el autor de “El
Misterio del Capital” utiliza el desgastado recurso de descalificar primero al
adversario antes que discutir sus ideas. Y aunque no escatima en formular algunos
elogios para el Presidente Santos (Dice que ahora es muy popular, que tiene un
discurso bien contextualizado y progresista y un planteamiento ideológico
definido), inmediatamente arremete contra la ideología que presuntamente
inspira al gobernante del Cajamarca.
Hernando de Soto señala que
Gregorio Santos (Goyo) profesa un marxismo “físico”, en la medida que tiene un
planteamiento problemático respecto del capital, ya que en lugar de seguir la
propuesta “metafísica” de Marx que pensaba que el capital es “inmaterial”, aquí
pensamos el capital como algo “material”, pues proponemos potenciar la
producción de “cosas físicas”, tal como el arroz, el café, la yuca, el cacao,
etc.
Sobre este tema hay que
decir dos cosas. Primero, que es demasiada audacia deducir de frases aisladas
de los discursos políticos del Presidente Regional toda una concepción
teorética acerca del capital. Y Segundo, que es una audacia mayor que pretenda
pontificar sobre marxismo alguien que ha
intentado, toda su vida intelectual, rebatir las tesis centrales del pensador
comunista, pretendiendo inclusive esconder que el verdadero “misterio del capital” reside en la
explotación de la fuerza de trabajo y la generación de la plusvalía.
Un segundo aspecto que
queremos puntualizar es que De Soto, a pesar de declarar que ha leído nuestra propuesta de nuevo modelo de
desarrollo, demuestra en verdad que no ha sido capaz de entenderla. Esto es así porque toda su crítica se
sustenta en un falso supuesto: que nuestra propuesta de asociatividad de los
productores rurales es ya, directamente, una apuesta socialista.
Por lo visto, nuestro
crítico no ha leído bien nuestra propuesta, ya que en ella se habla de promover
la asociatividad con gestión empresarial, con el objetivo de alcanzar un mayor
volumen de oferta de productos; mejorar la capacidad de negociación con los
mercados, especialmente con aquellos que premien la calidad; mejorar el acceso
a servicios de asistencia técnica y financiamiento; y alcanzar una mayor
eficiencia y eficacia de la inversión en riesgo.
Cualquier persona que no
tenga los prejuicios del señor De Soto se dará cuenta que lo que proponemos no
rebasa los marcos generales de la economía de mercado. Y no porque estemos
persuadidos que éste camino sea el mejor, sino porque pensamos que es el que
debemos todavía transitar, en la medida que, como Marx enseñaba, no se puede
franquear de un salto las fases de desarrollo de una sociedad, aunque se pueda
acortar el periodo de gestación y atenuar los dolores del parto[2].
Y aquí está precisamente la
diferencia entre nuestra propuesta de nuevo modelo de desarrollo con la que
profesan los acólitos del modelo neoliberal, porque mientras éstos, al defender
el modelo vigente, en realidad defienden los privilegios de los grandes
oligopolios depredadores y contaminantes que hoy dominan nuestra economía,
nosotros propugnamos la necesidad apoyar el desarrollo sostenible de la mayoría
productores de nuestra región.
Por lo demás, la propuesta
cooperativista con enfoque empresarial que propugnamos se apoya en la propia
realidad de la región. Primero, porque responde a un problema concreto que impide
a nuestros hermanos campesinos salir de la pobreza: el hecho que cerca del 70%
de los productores agropecuarios sean titulares minifundistas. Y, segundo, que se trata de un camino que ya
viene siendo recorrido, con éxito, por los pequeños productores de café de las
provincias de San Ignacio y Jaén, que han demostrado que sólo las cooperativas
les han permitido mejorar su capacidad de producción, acceder a la asistencia
técnica y financiera, mejorar su posición de negociación en los mercados y,
sobretodo, tomar y redistribuir directamente entre los productores la mayor
renta obtenida de la venta directa. Renta que antes quedaba principalmente en
manos de los intermediarios.
No podemos cerrar esta nota
sin señalar la falta de sentido autocritico del señor De Soto, ya que sigue
presentando como camino seguro e invencible el modelo que hoy mismo está
haciendo agua en Europa y Estados Unidos, cuyos Estados han entrado en una
crisis gigantesca, por precisamente implementar, sin regulación alguna, la
receta que él propone: “crear capital”, o sea riqueza, a través de contratos y
títulos que permiten girar y circular dinero sin más respaldo que la confianza
en los inversores. El autor de “El Otro
Sendero” se niega a reconocer que esto, que él pomposamente denomina el
“misterio del capital”, no es la clave de la “riqueza de la naciones”, porque
apenas es un mero instrumento de dinamización financiera, que obviamente no es
ilimitado, tal como se demuestra precisamente en la actual crisis mundial,
desatada por el desmoronamiento de la hasta ayer muy firme y segura pirámide de
títulos, bonos, hipotecas y demás artificios financieros.
El señor
De Soto insiste en defender el actual modelo primario exportador, basado en la financierización
de los recursos naturales y en las grandes especulaciones, ocultando que este
modelo, cuando entra en su fase crítica, como ahora, tiene efectos devastadores
sobre las fuerzas productivas, el empleo de millones de personas y la propia
gobernabilidad de las naciones. O sea que tiene un efecto totalmente contrario
al modelo de “seguridad y prosperidad” que idealiza este economista mimado por
las transnacionales.
Cajamarca,
06 de setiembre del 2012