Por: Segundo Matta Colunche
¡…Oh, Libertad, cuántos crímenes se cometen en tu
nombre!
Decía la francés, Marie-Jeanne Roland de la Platiere, dos días antes de ser
ejecutada por el fascismo. Nosotros diríamos en el Perú: ¡…Oh, Libertad, cuántas
mentiras, crímenes y violencia se comenten en tu nombre! ¡Despierta pueblo que
el hambre y los crímenes de información están en tu puerta!
Por más de 18
años hemos asumido responsabilidades periodísticas (Radio, Televisión y Prensa
Escrita”). Nuestros maestros no fueron periodistas profesionales, pero
encabezaron la enseñanza de la comunicación social y el periodismo, maestros en
pedagogía y un pueblo que hacía las veces de jueces (sentenciaba u absolvía).
En cada encuentro provincial, regional o nacional de la Asociación Nacional de
Periodistas del Perú (ANP), aparecíamos como jóvenes periodistas dispuestos a
seguir luchando y defendiendo la libertad de expresión y de prensa en el país.
Nunca renunciamos a ello, aún hoy consideramos que la libertad de prensa es un
derecho fundamental para fortalecer la democracia.
Ya por la
década del 90, en plena dictadura, íbamos admirando a varios comunicadores
sociales, que eran líderes de la comunicación social, de la formación académica
y profesional. Alcanzaban el mejor sitial entre: las ondas sonoras, la pantalla
chica y páginas de los periódicos: César Hildebrandt, Gustavo Momhe Llona, Raúl
Wiener, César Lévano, Mirko Lauer, Humberto Campodónico, entre otros. Los
diarios La República, Liberación, Caretas e incluso El Comercio, fueron
considerados importantes fuentes de información en una época en que decir la
verdad estaba prohibido. Cabe destacar que también fueron estos hombres de
prensa, quienes contribuyeron con su labor a la caída de la nefasta dictadura
fujimontesinista.
Como se
recuerda, Fujimori, siguiendo las órdenes del Consenso de Washington, no solo privatizó
las empresas públicas en bochornosos remates, sino que también aniquiló la
libertad de expresión; llegando, para ello, a valerse de medios y de periodistas
mercenarios que eran la artillería de la mentira y la difamación, entre esa
ciénaga sobresalían los “medios chicha”. Es así como la corrupción no solo
alcanzó a niveles de gobierno, empresas y fuerzas armadas, sino a grandes
medios de comunicación. En pocas palabras, la dictadura de Fujimori hizo trizas
de la Libertad de Expresión.
De allí hasta
esta fecha, poco ha cambiado. Si bien es cierto las redes sociales han
contribuido a la democratización de las comunicaciones, pero el libertinaje ha
conllevado a manchar la honra y la dignidad de las personas. Por ello, las
redes sociales se han visto plagadas por cuentas falsas (“troll´s”) que actúan
irresponsablemente y con absoluta impunidad. Y de la mayoría de medios
tradicionales, ni que decir: “cometen crímenes en nombre de la libertad”.
Por eso, no es
de extrañar que sean pocos los periodistas e intelectuales que hayan criticado
la cobertura mediática que está teniendo la muerte de la cantante piurana Edita
Guerrero, vocalista de Corazón Serrano, cuando la mayoría de los comunicadores
calla. Incluso hay los que irresponsablemente ya sentenciaron: “Es un asesino”,
dicen. Igual sucedió con la muerte de Ciro Castillo, Alicia Delgado y otros
artistas. La fama da billete y mucho, en los medios es un buen negocio. Esta
cortina de humo, que levanta la prensa sensacionalista, solo busca: tapar los
negociados del “paquetazo económico” que beneficia a las trasnacionales o
callar la denuncia que pesa sobre el Ministro de Estado (Urresti), acusado de
asesinato a un periodista. ¡…Oh, Libertad cuántos crímenes se cometen en tu
nombre!
Como gestión,
hemos apoyamos y defendido la libertad de prensa y de expresión, que fortalece
la débil democracia de nuestra patria; pero también rechazamos que, en nombre
de esta libertad, las mentiras y violencia estén al orden del día manchando
honras y dignidades de las personas. Por ejemplo: A Gregorio Santos, la prensa reaccionaria
irresponsablemente ya lo ha sentenciado, ignorando por completo que el líder
izquierdista está en calidad de investigado y que su prisión preventiva es una
evidente persecución política del poder económico, político y mediático. ¡Oh,
Libertad cuantos crímenes se cometen en tu nombre!
Galería de fotos.
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