Por: Segundo Matta Colunche
César Villanueva duró 3 meses 24 días en el cargo de Presidente del Consejo de Ministros |
En medio de fuertes críticas, formalizó su renuncia
irrevocable al cargo de Primer Ministro, César Villanueva, a quien se le
recordará por mostrar posición titubeante al momento de tomar decisiones. Desde
que inició este gobierno, el cargo de Primer Ministro sólo ha quedado para las
cámaras (exceptuando la torpe actuación de Valdez). Ahora está más que claro
que las decisiones las toman Nadine y Castilla. La dimisión de Villanueva, fortalece
el poder económico de las transnacionales y aleja al gobierno de las regiones.
Villanueva se va, sin pena ni gloria. Mediatizaron su imagen para
presentarlo como uno de los mejores
presidentes regionales del Perú, cuando las cifras de crecimiento económico de
su región le eran contradictorias. La derecha veía en él a un hombre dispuesto a
servir con obediencia, pero cuando sus decisiones desentonaban con el libreto
de la CONFIEP: lo condenaron y lo sacaron.
En 3 meses 24 días que duró Villanueva, no dejó mucho para el
recuerdo. No cambió a ningún ministro, porque él no tomada decisiones, tomaban
decisiones por él. Negoció y avaló el recorte presupuestal a los gobiernos
regionales y locales, a cambio de que a su región no se le reduzca ni un sol de
presupuesto. Se va Villanueva: fugaz y descolorido.
El poder económico encontró en Humala el distraído perfecto
para avalar: Conga, Xtrata, Antamina, Cañariaco, Águila Dorada, etc. proyectos
muy cuestionados porque atentan directamente contra el medioambiente y la gente
más humilde. Desde que la derecha reclutara a Ollanta a sus filas, no ha pasado
mes en que su gobierno no tome medidas tales como: aprobó la Ley del Servicio
Civil (30 mil soles para ministros, pero cero aumentos a maestros, enfermeros, policías
y otros profesionales), Ley del Servicio Militar obligatorio (discriminatoria),
avaló la repartija, etc. Pareciera que a nuestro presidente le han puesto un
chip que le ha ordenado poner al estado en piloto automático.
Con un gobierno así, no se puede decir que Villanueva se va con
dignidad como dice la derecha. Villanueva se va porque estaba pintado en la
pared, se va porque le enmendaron la plana antes de cumplir los primeros 4
meses, se va porque no dirige; en pocas palabras, no se va, lo botan que es
distinto. Y es más triste aún si recordamos que Villanueva se alió al gobierno
cuando estalló Conga, quería congraciarse para saltar de San Martín a Lima; claro
que lo hizo, pero le salió el tiro por la culata.
Villanueva, forma ahora la nueva casta política de los tres
amigos que se aburguesaron. Federico Salas, Yehude Simón y César Villanueva, en
un inicio tuvieron las ganas de hacer sentir la voz del Perú profundo, pero el
sistema les puso la música y les hizo bailar a su ritmo, a los tres les faltó
pantalones para poner los puntos sobre las íes.
Del nuevo gabinete no hay mucho que esperar porque será más
de lo mismo. Quizá, Ollanta oculte a su mujer, quizá Nadine cuide sus palabras.
Está claro que Humala no gobierna. Él solo es la sonrisa en la foto o la voz
que lleva la buena nueva; y esto se debe a que el libreto lo siguen escribiendo
los grandes millonarios de nuestro país.