Por: Segundo Matta Colunche
La izquierda se
fortalece en Latinoamérica. Bolivia, Argentina, Brasil, Ecuador, Venezuela,
Cuba, Nicaragua y Uruguay son referentes de sentimiento popular, así como Chile
y Perú en donde también se promueven sentimientos de cambio ¡Pronto!
La derecha no acepta su derrota, niega la realidad. Pierde elecciones,
pero gobierna; sin embargo esto se le va acabando. Alejandro Toledo se les fue,
Ollanta Humala se les está yendo. Tienen entre sus manos el poder económico y
mediático, pero escazas veces han demostrado capacidad de debate y de gobierno,
no pueden explicarle al pueblo la enorme desigualdad que existe-Perú primero en
Latinoamérica-.
La derecha en Latinoamérica ha utilizado las estrategias más
sucias para manchar honras de líderes progresistas, Veamos: En Argentina, país
gobernado por el peronismo –de tendencia progresista-, el grupo El Clarín acusa
al gobierno de “enriquecimiento ilícito,
sus arcas han subido 923% desde que llegaron al gobierno”, dicen. La justicia
no ha podido probar las supuestas irregularidades. El gobierno está con el
pueblo y dirige el país 3 periodos consecutivos (10 años).
En Venezuela, Hugo Chávez tuvo que enfrentar al poder
económico yanqui y al mediatismo internacional. Organizaron golpe de Estado,
crearon redes de difamación mundial, intentos de asesinato, bloqueos económicos
mundiales, acusaron de corrupción a su gobierno e incluso llegaron a la
desfachatez de acusarlo de “loco” y atentaron contra su familia. Gobernó 14
años (1999-2013) y Venezuela sigue en manos del pueblo.
En Ecuador, Rafael Correa (2006-2013), convicto defensor de
la Izquierda Latinoamericana, junto a Chávez fortaleció la Unión de Países
Sudamericanos (UNASUR), enfrentaron al intervencionismo norteamericano y al poder
mediático, mientras sus opositores los acusaba
de atentar contra la libertad de expresión. Ecuador pasa por la peor crisis
de su historia, afirman. El pueblo está con él (Correa) y ya gobierna 3 periodos consecutivos.
Evo Morales en Bolivia, fue diputado destituido por la
derecha de Sánchez de Lozada y los lobbies de su país, fue encarcelado junto a
varios dirigentes cocaleros a quienes los acusaron de terrorismo, narcotráfico y
hurto (supuesta apropiación de dinero de las organizaciones sociales, decían
tendenciosamente). Por voluntad popular llegó a ser presidente. Gobierna 2
periodos consecutivos y todo indica que ganará las próximas elecciones por
amplia mayoría. Junto a Fidel y Chávez continuó sembrando la esperanza de
erradicar el analfabetismo.
Fidel, líder de la Revolución Cubana (1959-2008), convocó al
pueblo para asumir decisiones de gobierno unitario, hizo grandes reformas en
los diferentes sectores (mejores médicos del mundo), sigue luchando consecuentemente
por consolidar el socialismo, intentaron matarlo, invadir su territorio-la
lucha del pueblo fue mayor-, atentaron contra sus camaradas y familia, lo acusaron
de ser el hombre más rico del mundo (por supuestos actos de corrupción), pero nunca
encontraron nada. Desde 1959 la revolución dirige la isla pese al bloqueo
inhumano del capitalismo. Firme en sus convicciones es un pueblo que se levanta
con dignidad. Igual pasa con líderes de Brasil, Uruguay y Nicaragua. Sólo son
algunos ejemplos recientes en Latinoamérica. Todos ellos con grandes cambios a favor del pueblo.
Todo lo descrito se repite ahora en Cajamarca. No nos
sorprende cuando la derecha peruana (mediática) arroja basura contra Gregorio
Santos. Ella sabe que soplan nuevos vientos en el Perú, y que nada ni nadie podrán
hacer retroceder el avance del pueblo. En cada región, provincia, distrito,
barrio y núcleo familiar hay un
sentimiento de cambio. No aceptarán jamás que un pueblo heroico como Cajamarca haya
frenado los abusos de las transnacionales mineras como Yanacocha; tampoco
aceptará que un pueblo digno haya desenmascarado oscuros negociados del grupo
“El Comercio” y la mafia fujimontesinista. No borrarán de su memoria que pese a
su estrategia mediática y bloqueo presupuestal, hay una población y un gobierno
regional que sigue firme por la defensa de sus recursos naturales. Jamás aceptarán
que ahora el pueblo tenga la palabra, que se escuche la voz de los que no
tenían voz. Jamás perdonarán. El pueblo es digno y lo seguirá siendo.