Por: Segundo Matta Colunche
Gobiernos
de Fujimori, Toledo, García y Ollanta que están involucrados en actos de
corrupción pasan piola en los tribunales. La década del 90 considerada la más
corrupta de la historia dejó un precedente: “la derecha y el poder económico
son siameses del descalabro de las instituciones públicas”.
El pasado 25 de
junio, la jueza Mercedes Caballero del Juzgado de Investigación Preparatorio
Nacional (Lima), decretó ilegalmente por 14 meses, prisión preventiva para el
presidente regional de Cajamarca, Gregorio Santos Guerrero. Decisión que fue
tomada, bajo las presiones políticas, económicas y mediáticas con las que se
pretendió acusar a Santos de ser el líder de una “banda criminal”. Para los
voceros de las trasnacionales mineras “Santos se parecía a Álvarez”. Craso y
monumental error al analizar dos gestiones regionales que política, ideológica
y administrativamente son diferentes.
¿Por qué nos
diferenciamos de la gestión de Álvarez? 1) En Cajamarca nunca se negoció con
ningún fiscal o juez para favorecer casos en materia de investigación, 2) Por
principios y respeto a la ciudadanía nunca se organizó una “centralita” para
chuponeos y seguimiento a personas opositoras a la gestión, 3) Aquí no hubo
compadrazgos con empresas mineras, 4) Los cajamarquinos no se arrodillaron al
poder económico y político a cambio de presupuestos, 5) En Cajamarca se cumple
la decisión de la mayorías y respeta las minorías, 6) La gestión cajamarquina
no tuvo una bancada en el parlamento para su defensa, etc. Razones suficientes
para demostrar que la prisión preventiva a Santos se debe a decisiones
políticas (persecución política).
Si queremos medir a
todos con la misma vara y tomando en cuenta los supuestos indicios de
corrupción, Alan García, Alejandro Toledo, Ollanta Humala y sus ministros de
Estado deberían estar cumpliendo prisión preventiva. También se trasladaría a
dueños de las empresas mineras, petroleras y madereras; a los lobbies del
Congreso de la República, a dueños de empresas constructoras y consultoras que
saltan varios procesos de licitación para hacerse dueños de formulación o
ejecución de obras estatales. Como decía una madre cajamarquina en una radio
local, también se debe dictar prisión preventiva contra algunos periodistas que
mienten y difaman bajo sus acostumbrados chantajes. Pero en este país la justicia
es igual a un embudo: “ancho para los poderosos u voceros de ellos, y angosto
para el pueblo”.
Los últimos años
hemos presenciado actitudes vergonzantes de quienes administran justicia: Los
hermanos Fujimori se educaron en EE.UU. con dinero del Estado Peruano, “la
justicia” archivó y los limpió de polvo y paja; encontraron pasta básica de
cocaína en una de las empresas del congresista Kenji Fujimori y en casa de
candidatos naranjas, igual no se encontró responsabilidades; al exministro
aprista se sentencia a más de 04 años de prisión efectiva, pero no ha ido ni
una hora a la cárcel (suigeneris); Alan García es responsable directo de los
narcoindultos, petroaudios, irregularidades en los colegios emblemáticos y sin
embargo sus operadores judiciales lo blanquean.
Igual podemos hablar
de Alejandro Toledo: Sus familiares cercanos tiene inmobiliarias por más de 20
millones de soles incluido él, pero no pasa de leves denuncias mediáticas. No
es todo: Ollanta Humala, el de la “Honestidad para hacer la diferencia” avanza
a convertirse en los más cuestionados de los últimos 14 años: Lobbies como Cheade,
Mayorga, Cornejo, Figallo y otros son su carta de presentación. Allí nace para
satisfacción “nacionalista” el prófugo Martín Belaunde Losio y el apoyo
incondicional del ex Fiscal José Peláez y
el actual José Ramos Heredia para fortalecer una red de corrupción que carcome
hasta palacio de gobierno. Pero, prohibido denunciar estos hechos, porque
puedes terminar fuera de tu institución de trabajo como la ex procuradora Yeny
Vilcatoma.
A Gregorio Santos se
le dictó prisión preventiva por represión y revanchismo político. Desde que
estalló el conflicto Conga y Santos se puso de lado de su pueblo el poder
económico y político no cesó en atacarlo. Preso ganó por segunda vez el
gobierno regional de Cajamarca y hoy el pueblo peruano exige su libertad.
¡Escuchad, escuchad, escuchad la victoria será del pueblo!