domingo, 9 de agosto de 2020

Beirut se desangra

Por: Segundo Matta C.


Beirut, capital del Líbano, con 7 millones de habitantes está pasando por la peor crisis de su historia. Una explosión de 2 mil 750 toneladas de nitrato de amonio ha provocado la muerte de 113 personas, más de 4 mil heridos y decenas de desaparecidos. El puerto de Beirut está bajo escombros.

 

El país árabe soporta una crisis política y económica desde hace más de dos años. Tienen una deuda pública de 170% de su PBI. La mayoría de espacios públicos está en manos privadas. El estado sólo control el 20% de los bienes y servicios.

 

El país que se independizó de Francia en 1943 tiene una población marcada y divida por religiones: el 54% de la población practica el Islam, el 40.4% el cristianismo y el 5.6% se consideran musulmanes. Éstas tres facciones también están divididas: dentro del Islam encontramos a los chiítas (27%), sunitas (27%); mientras que, los cristianos se dividen entre mormones (21%), griegos ortodoxos (8%), melquitas (5%), protestantes (1%) y un 5.4% compuesto por armenios ortodoxos, católicos armenios, siriacos católicos, católicos caldeos, asirios, coptos y más (Statistics Libanon). El país vive una guerra interna desde su formación. La mayor disputa está relacionada con la religión y la política. En medio de las fracciones va ganando terreno la propuesta de un país laico. 

 

Líbano es considerado el país más desigual del continente. El 1% de la población más rica posee el 40% de la riqueza. Según el Banco Mundial, 4.5% millones de sus habitantes viven bajo en umbral de la pobreza. La tasa de desempleo alcanza el 35% y la inflación de la canasta básica es de 60% - la más alta de la región-. Su PBI es de 91 mil 199 millones de dólares -la más alta del mundo por millón por millón de habitantes-, sin embargo, la corrupción, la guerra civil política-religiosa, la asistencia masiva de inmigrantes sirios lo ha llevado a una crisis invaluable.

 

Empezamos a investigar a Líbano a raíz de sus permanentes conflictos civiles. Hace dos años el gobierno de Michel Aoun afronta una de sus peores crisis políticas después de la guerra civil (1975-1990). El ejecutivo, legislativo y las instituciones que administran justicia son las más desprestigiadas. El gobierno ha fortalecido sus alianzas con bancos y empresas trasnacionales: “durante la última década hubo rescate de bancos con fondos públicos. Hay empresas que tienen acceso privilegiado al poder político y sus utilidades no derivan de su competitividad sino de su capacidad de cotejar con las autoridades” (Farid Kahhat, el Comercio 09/08/20).

 

El contrapeso político no está en los partidos sino en las religiones. De acuerdo a ley, el cargo de presidente de la República debe ser ocupado siempre por un cristiano maronita, el de primer ministro por un suní y el de presidente de la Asamblea de Representantes por un chiíta. Ninguna minoría debe estar discriminada en el gobierno. La fuerza de resistencia de las facciones gobiernistas está en el grupo armado Ezbolá. Tiene presencia indirecta en el gobierno a través de los chiítas.

 

La explosión de nitrato de amonio en el puerto de Beirut -la capital comercial más importante de Líbano- se le atribuye al gobierno. Estuvo almacenado por más de 6 años sin las medidas preventivas. “Lo que pasó en Beirut es el segundo accidente industrial no nuclear más fuerte en la historia de la humanidad en intensidad de explosión. El primero fue en Canadá antes de la I Guerra Mundial” (Ing. Químico, Ramiro Canchucaja, El Comercio 09/08/20).

 

El académico peruano considera que la propagación de la explosión ha sido 3 mil metros por segundo. Hay un parecido con lo sucedido en Tarata (Lima) en 1992. El sanguinario grupo terrorista Sendero Luminoso hizo explosionar dinamitas que dejó 25 muertos, 155 heridos y varias edificios en escombros. Historias sangrientas que nunca deben repetirse.

 

Lo sucedido en Beirut está en investigación. Varios funcionarios del gobierno están bajo arresto domiciliario. Por el momento hay solidaridad de países europeos. El presidente francés Emmanuel Macron fue el primero en llegar a la zona del desastre. En tanto, las protestas masivas continúan en varias ciudades de Líbano: exigen dimisión en bloque del gobierno, elecciones anticipadas, inmediatas reformas económicas y un sistema judicial independiente. Los conflictos religiosos-políticos y el terrorismo de estado desangra a Beirut. ¡Solidaridad internacional!

Crisis política

 Por: Segundo Matta C.

Se veía venir. La crisis de los partidos trasciende programas, proyectos y planes. La debilidad institucional data de finales de los 80. El fujimorismo nos trajo los partidos independientes: sin escuelas, sin cuadros, sin organización, sin programa, sin liderazgos. La industria marketera desplazó a los programas. La comunicación política está orientada exclusivamente a la difusión de spots, diseños, fotografías, frases, slogans y/o mensajes subliminales. El trabajo de los estrategas sigue siendo coyuntural. La realidad exige una Comunicación Política Estratégica a mediano y largo plazo.

La negativa del Congreso de la República de otorgar el “voto de confianza” al gabinete liderado por Pedro Cateriano tiene un fuerte componente comunicacional que no les favorece políticamente: gestos, discursos, imágenes, intereses, tiempos, espacios, alianzas, etc. Los partidos representados en el Congreso no miran más allá de su entorno. Están jugando a la gallina ciega.

Es cierto que hay errores en el gobierno. La burocracia actual no responde a las exigencias de la crisis. Hospitales sin una gestión moderna no podrían enfrentar profesionalmente la pandemia del COVID-19. En todos los nosocomios del Perú hay serios vacíos administrativos y asistenciales.  Sin embargo, es obligación moral la unidad de todos los sectores para salir de este caos.

Tras no lograr la confianza el premier Pedro Cateriano dejará el gabinete ministerial. Vizcarra está obligado a elegir a uno que genere mayores consensos entre la representación congresal. Es una crisis particular que se produce después de 27 años –Cateriano duró sólo 20 días en el premierato-. Al ex nacionalista se le conoce por ser confrontacional con los apristas y fujimoristas pero dúctil con los abusos del poder económico y mediático.

Cateriano dedicó su tiempo a dialogar con la mayoría de bancadas congresales. Éstas se comprometieron a respaldar sus propuestas. Sin embargo, ha pesado los intereses políticos partidarios que los problemas del país. Los partidos tienen una agenda clara: Elecciones Generales 2021.

Mientras los enfrentamientos son noticias de primera plana, más de un mes los pobladores de Espinar en el Cusco acatan una medida de fuerza sin encontrar solución a sus demandas. Las regiones de Huánuco, Arequipa, Cajamarca, Ica, Lambayeque, Piura, Tumbes y Loreto pasan por duros momentos en esta crisis sanitaria: hospitales colapsados, sin medicinas y oxígeno, trabajadores de salud sin EPPs. En tanto, las gestiones regionales no alcanzan a invertir ni el 50% de su presupuesto destinado a la emergencia COVID-19.

La respuesta del premier y sus ministros han sido endebles. Para muestra un botón, el ministro de defensa Walter Martos trató de negar la realidad de Cajamarca, actitud que provocó no sólo el rechazo de los parlamentarios cajamarquinos sino de la ciudadanía. Así, varios ministros han actuado de espaldas a la población.

Es evidente que los partidos políticos quieren sacar réditos de los errores del gobierno, sin embargo, parece que no hay una lectura objetiva de la realidad. El mandatario tiene todavía más del 50% de respaldo ciudadano. Comunicacionalmente hay una mirada equivocada de las organizaciones políticas representadas en el parlamento. Los principales políticos que lideran las preferencias electorales no tienen presencia legislativa [Forsyth y Del Solar]. El primero tiene un acercamiento con Martín Vizcarra y el segundo fue su premier que ayudó a cerrar el congreso aprofujimorista.

Los partidos están preparando sus candidatos. Están midiendo fuerzas. Utilizan cual coyuntura para capturar el mayor número de adeptos. En el Congreso no pesa una representación contestataria al modelo, tampoco hay liderazgos de mayor peso político en el lado progresista. Por tanto, afirmar que, la negativa al gabinete Cateriano responde a un tema ideológico de la izquierda, es no mirar más allá de sus narices.

Finalmente, el haber negado la confianza al gabinete Cateriano no significa que tengamos un buen Congreso. La población es testigo que tenemos la continuidad del anterior, con particulares excepciones. La confrontación con el Congreso de la República le ha servido a Vizcarra lograr sostenida legitimidad, pero podría mellar su imagen si las disputas continúan entendiendo que no puede cerrar el actual parlamento.