viernes, 3 de julio de 2020

Divididos enfrentamos el coronavirus


Por: Segundo Matta C.
 
iUnidad, unidad, unidad!
La historia ha demostrado que sólo la unidad vencerá al enemigo. Al dividirnos somos presa fácil de las derrotas. Los tiempos actuales requieren líderes que busquen consensos en medio de las adversidades. Líderes que rompan fronteras para evitar un mayor número de bajas. Líderes que generen alianzas para salir con el menor número de ilesos. La vida es un derecho inalienable, defenderla hasta el final es cuestión de dignidad. Sin embargo, en la región Cajamarca parece que el tema de la unidad suena a discursos mediáticos que provienen de protagonismos individuales.

Aquí se enfrenta la pandemia de la COVID-19 cada uno por su lado. Tenemos un gobernador regional que confronta con todos: congresistas, alcaldes, consejeros, organizaciones sociales y periodistas. Autoridades locales se enfrentan permanentemente con líderes sociales (intentan paralizar y/o desaparecerlos). Es irresponsable culpar a la sociedad civil de la debilidad del Estado. Es vergonzoso escuchar a funcionarios atacar a la oposición por errores suyos. No hay autocrítica.

La clase política local saca lustre de lo que más puede hacer: soberbia, prepotencia, autoritarismo, pedantería e ineficiencia. Generar consensos para lograr la gobernabilidad está muy lejos. Cada quien hace lo que puede. Mientras en varias regiones del país los gobernadores han liderado procesos de coordinación local (reuniones virtuales permanentes), en Cajamarca la autoridad regional buscó congratularse méritos ajenos sin que se haya reunido con los 127 alcaldes distritales y provinciales, organizaciones sociales, colegios profesionales, periodistas y empresas privadas. Sin quitarles méritos a algunas autoridades locales y regionales, las Rondas Campesinas y Urbanas se convirtieron en “Guardianes de la Salud”. Disciplinadamente la organización campesina asumió el cerco comunal, distrital, provincial y regional hasta el pasado 30 de junio fecha final del confinamiento decretado por el Gobierno Central. Empero, la mezquindad salió a lustre para desvirtuar trascendental papel del movimiento campesino.

Divididos en el discurso. La autoridad regional comunicó triunfalismos al presidente de la República Martín Vizcarra lo que obligó a la autoridad nacional liberar de la cuarentena a nuestra región. Sin mirar los últimos resultados salimos del mapa de emergencia como si las cosas en Cajamarca estuvieran controladas. En última entrevista que sostuviera el alcalde provincial de Cajamarca, Andrés Villar Narro al programa Ampliación de Sucesos de Radio Ilucán reveló cifras preocupantes que exige darle continuidad al confinamiento regional: “del 15 al 29 de junio, el número de infectados por la COVID-19 en la región Cajamarca aumentó en 65%, mientras que, las personas que lamentablemente fallecieron se incrementó en 82%”. Las cifras presentadas están en función a las pruebas rápidas realizadas en la región entendiendo que aún siguen siendo mínimas en comparación a la población regional. Pero eso no es todo, 10 personas fallecieron el último fin de semana en Cajamarca sin que algunos de ellos llegaran a camas UCI por el colapso del hospital COVID-19 “Simón Bolívar”. El discurso mediático fantasioso está lejos de una Comunicación Política profesional.

No se supo afrontar los viajes humanitarios, se nombró a directores de hospitales, DISAS y redes de salud seriamente cuestionados, contradicciones en funcionarios de salud para deslindar responsabilidades sobre la compra irregular de 60 mil pruebas rápidas generó más dudas e incertidumbre sobre la transparencia en los procesos, etc.

Divididos en medio de la pandemia. No hay capacidad de enmienda. No se quiere bajar al llano. Voces sin consenso afrontan la nueva etapa de la crisis sanitaria. Con un estado débil y liderazgos débiles la respuesta a la crisis también será débil.
Reflexionemos. Dejemos atrás confrontaciones políticas y generemos una apertura mayor sin exclusiones. La vida de las personas está por encima de intereses particulares y de grupo. Es momento de la unidad, del consenso, de la solidaridad, de la concertación, del diálogo, de la crítica y autocrítica, del sinceramiento, de la unidad de las partes para lograr un todo. Allí estaremos.