Testimonios registrados en libros, revistas, artículos, ensayos y poemarios testifican que por finales de los años 70 e inicios de los 80 recorrían los pueblos de la región Cajamarca ciudadanos de Chota, Cutervo, Jaén, San Miguel y Santa Cruz. Un movimiento social campesino se gestaba a lo largo y ancho del departamento. Se unieron a esta alternativa social campesinos de Lambayeque, La Libertad, Piura, Amazonas y San Martín. Se habla de varios nombres, entre ellos, Segundo Manuel Torres Centurión, natural del centro poblado de Cachacara en Cutervo, quien el último fin de semana partió a la eternidad.
Indudablemente fue uno de los creadores de las gloriosas Rondas Campesinas en la provincia y la región. El Movimiento Ronderil surge por necesidad propia de los campesinos para cuidar sus animales, tierras y hacer frente a la injusticia que el poder político de turno había institucionalizado en las instancias del Estado. Han pasado décadas y todavía sigue latente.
La creación de la organización campesina se gestaba por varios puntos. Se resalta como uno de sus principales propulsores a quien en vida fue Agustín Montenegro Altamirano (La Succha-Cutervo). El ilustre cutervino lideró varias acciones de lucha en contra de delincuentes, abigeatos y autoridades corruptas. Manuel Torres lideraba otro frente por el sur y norte de la provincia. La novela “Hombres del Sereno” del profesor Willan Villalobos Hoyos describe algunos episodios.
Haberse enfrentado al poder político, económico y a la delincuencia organizaba costó vidas humanas, cárceles, persecución y destierros. Manuel Torres Centurión fue a parar a las peores mazmorras -condiciones inhumanas- acusado de terrorismo. Luego de algunos años fue absuelto porque no se le encontró ninguna responsabilidad. Varios de sus compañeros no volvieron a casa. Los jueces sin rostros -cómplices del poder corrupto- pretendía acabar con todos quienes expresaban una voz contestataria al sistema neoliberal.
De vuelta a casa, Manuel Torres Centurión vuelve a su inicial trinchera de lucha: Las Rondas Campesinas. Desde allí organiza escuelas de capacitación, espacios culturales, programas radiales y promueve desde las instancias sociales la participación directa del pueblo en proyectos de desarrollo. Se involucró en actividades políticas. Mantuvo siempre sus principios progresistas.
El rondero valiente que el último fin de semana falleció en Cajamarca deja huellas imborrables. Fue uno de los propulsores del programa radial “Voz y Sentimiento de las Rondas Campesinas” que se transmitió por Radio Ilucán en la década del 90 y primera del presente siglo. Espacio mediático que les permitió a los “hombres del sereno” expresar libremente su opinión, difundir sus acciones de trabajo y fortalecer la noble organización social. Hoy, las Rondas Campesinas están organizadas en 17 regiones del Perú.
Personalmente tuve la oportunidad de conversar viarias veces con Manuel Torres sobre la problemática local y regional. Fue muy crítico a la gestión actual. “Hay gente improvisada e incapaz, oportunistas que quieren utilizar las instituciones como su botín, gente que quiere aprovecharse de los recursos del pueblo. Eso no debemos permitirlo. Hay que denunciarlo con hidalguía” manifestaba. “Que pasa con las instituciones fiscalizadoras: veo una pasividad en las organizaciones sociales” indicaba indignado. Ya lo años avanzaba y probablemente sus energías alcanzaban a expresar su indignación en conversaciones personales y/o mediáticas.
Antes de partir a la eternidad conversé con él. A la pregunta ¿Qué pasó estimado Manuel? Muy preocupado me dijo: “…fue un descuido estimado amigo. Voy a salir de ésta. Cuídense mucho. Explica en la radio que no debemos descontrolarnos”. Fue un hombre que asumió sus responsabilidades, mostró valentía para salir de las adversidades y generó propuesta en medio de su incesante lucha.
Gracias Manuel por tus orientaciones. Un hombre de fe y de buenos modales se ha ido a la eternidad. Las generaciones que eventualmente nos quedamos en esta tierra nos toca seguir tu ejemplo: principios, lealtad, lucha, consecuencia, valentía, trabajo, desprendimiento e identidad con el pueblo.
¡Hasta siempre Manuel!
Por: Segundo Matta C.