martes, 19 de enero de 2021

Se apaga la voz del rondero Manuel Torres Centurión


Testimonios registrados en libros, revistas, artículos, ensayos y poemarios testifican que por finales de los años 70 e inicios de los 80 recorrían los pueblos de la región Cajamarca ciudadanos de Chota, Cutervo, Jaén, San Miguel y Santa Cruz. Un movimiento social campesino se gestaba a lo largo y ancho del departamento. Se unieron a esta alternativa social campesinos de Lambayeque, La Libertad, Piura, Amazonas y San Martín. Se habla de varios nombres, entre ellos, Segundo Manuel Torres Centurión, natural del centro poblado de Cachacara en Cutervo, quien el último fin de semana partió a la eternidad.  

Indudablemente fue uno de los creadores de las gloriosas Rondas Campesinas en la provincia y la región. El Movimiento Ronderil surge por necesidad propia de los campesinos para cuidar sus animales, tierras y hacer frente a la injusticia que el poder político de turno había institucionalizado en las instancias del Estado. Han pasado décadas y todavía sigue latente.

La creación de la organización campesina se gestaba por varios puntos. Se resalta como uno de sus principales propulsores a quien en vida fue Agustín Montenegro Altamirano (La Succha-Cutervo). El ilustre cutervino lideró varias acciones de lucha en contra de delincuentes, abigeatos y autoridades corruptas. Manuel Torres lideraba otro frente por el sur y norte de la provincia. La novela “Hombres del Sereno” del profesor Willan Villalobos Hoyos describe algunos episodios. 

Haberse enfrentado al poder político, económico y a la delincuencia organizaba costó vidas humanas, cárceles, persecución y destierros. Manuel Torres Centurión fue a parar a las peores mazmorras -condiciones inhumanas- acusado de terrorismo. Luego de algunos años fue absuelto porque no se le encontró ninguna responsabilidad. Varios de sus compañeros no volvieron a casa. Los jueces sin rostros -cómplices del poder corrupto- pretendía acabar con todos quienes expresaban una voz contestataria al sistema neoliberal. 

De vuelta a casa, Manuel Torres Centurión vuelve a su inicial trinchera de lucha: Las Rondas Campesinas. Desde allí organiza escuelas de capacitación, espacios culturales, programas radiales y promueve desde las instancias sociales la participación directa del pueblo en proyectos de desarrollo. Se involucró en actividades políticas. Mantuvo siempre sus principios progresistas. 

El rondero valiente que el último fin de semana falleció en Cajamarca deja huellas imborrables. Fue uno de los propulsores del programa radial “Voz y Sentimiento de las Rondas Campesinas” que se transmitió por Radio Ilucán en la década del 90 y primera del presente siglo. Espacio mediático que les permitió a los “hombres del sereno” expresar libremente su opinión, difundir sus acciones de trabajo y fortalecer la noble organización social. Hoy, las Rondas Campesinas están organizadas en 17 regiones del Perú.

Personalmente tuve la oportunidad de conversar viarias veces con Manuel Torres sobre la problemática local y regional. Fue muy crítico a la gestión actual. “Hay gente improvisada e incapaz, oportunistas que quieren utilizar las instituciones como su botín, gente que quiere aprovecharse de los recursos del pueblo. Eso no debemos permitirlo. Hay que denunciarlo con hidalguía” manifestaba. “Que pasa con las instituciones fiscalizadoras: veo una pasividad en las organizaciones sociales” indicaba indignado. Ya lo años avanzaba y probablemente sus energías alcanzaban a expresar su indignación en conversaciones personales y/o mediáticas.

Antes de partir a la eternidad conversé con él. A la pregunta ¿Qué pasó estimado Manuel? Muy preocupado me dijo: “…fue un descuido estimado amigo. Voy a salir de ésta. Cuídense mucho. Explica en la radio que no debemos descontrolarnos”. Fue un hombre que asumió sus responsabilidades, mostró valentía para salir de las adversidades y generó propuesta en medio de su incesante lucha. 

Gracias Manuel por tus orientaciones. Un hombre de fe y de buenos modales se ha ido a la eternidad. Las generaciones que eventualmente nos quedamos en esta tierra nos toca seguir tu ejemplo: principios, lealtad, lucha, consecuencia, valentía, trabajo, desprendimiento e identidad con el pueblo. 

¡Hasta siempre Manuel!

Por: Segundo Matta C. 


Crisis económica y rebrote del coronavirus

74% de la población peruana se desarrolla en la informalidad

Han pasado 11 meses de la identificación de la primera persona infectada por COVID-19 en el Perú. Ante la incertidumbre mundial el gobierno del presidente Martín Vizcarra estuvo obligado a mandar a cuarentena a la población. El tránsito fue paralizado, los mercados vacíos, los centros educativos cerrados - las ciudades eran un silencio total -. La información llegaba vía medios tradicionales y/o redes sociales. No había sucedido algo similar en más de un siglo.

La crisis sanitaria llevó al colapso de los hospitales: falta de médicos especialistas, camas de hospitalización, camas UCI, medicamentos, oxígeno, ambulancias, etc. Las familias clamaban desesperadamente atención médica para salvar a los suyos. Las fronteras internas y externas estaban cerradas. En tanto, algunas clínicas, boticas y farmacias particulares hacían su agosto. El Estado con sus debilidades salvó en parte a la humanidad.

La estampida social generó zozobra en el mundo entero. El Perú se parecía a varios países del medio oriente en donde su población huye de las guerras y el hambre.  Millones de peruanos que radicaban por cuestiones de trabajo en ciudades de la costa estaban obligados a retornar a su jurisdicción para salvarse de la pandemia y la miseria: sin trabajo, sin dinero, sin vivienda y sin alimentos. Después de un mes de cuarentena en todas las ciudades del Perú empezaron aparecer banderas blancas en barrios y asentamientos humanos, los compatriotas esperan solidaridad para paliar el hambre producto de la crisis alimentaria. El sistema fue desenmascarado. Aquel modelo que era intocable por la clase política no respondía a las exigencias de la crisis.

La clase política gobernante de las últimas tres décadas nos habían contado el cuento que el país caminaba firmemente hacia el primer mundo. El crecimiento era el mejor del mundo y que la pobreza se habría reducido de 58.4% en el 2004 al 20.2% en el 2019. Las cifras eran las más altas de la región. ¿Si éramos el mejor país en crecimiento económico, por qué en menos de un año existe un retroceso de siete años según la CEPAL? Por qué los impactos negativos han sido en menor magnitud en países vecinos: ¿Ecuador, Bolivia, Brasil, Chile, Argentina, Uruguay, Colombia y México? Vivimos más de 3 décadas con una sostenida publicidad engañosa. Los gobiernos sucesivos se sostenían al ritmo del Marketing Político. La investigación social que incorpora a la ciudadanía como componente de la Comunicación Política estuvo ausente. 

El rebrote de la pandemia ya está en el Perú. La nueva variante amenaza con ser más infecciosa: ésta pasará de 2 contagiados por personas a 6 o 7 personas. “No será más letal”, según investigaciones del médico peruano Elmer Huerta. Sin embargo, la población debe continuar con las medidas de seguridad: lavado de manos, distanciamiento social y portar mascarilla. La economía volverá a crecer paulatinamente en el 2021, 2.5% en mundo, 6% en países desarrollados y América Latina apenas subirá a 3.6% (FMI). Los pronósticos en medio del rebrote covid-19 son auspiciosos para el Perú, crecerá 7.3%. A nuestro modesto parecer es un toque marketero para lavarle la cara al desgastado modelo económico.  

Las elecciones están a la puerta de la esquina. Los candidatos del sistema neoliberal han perdido respaldo de la ciudadanía. Más del 63% de peruanos no simpatizan con ningún candidato en carrera. El FMI y BM son perfectos aliados para mantener el desprestigiado sistema excluyente. Ojalá la inteligencia del pueblo peruano se sobreponga a la crisis política que arrastramos décadas. 

Escrito por: Segundo Matta Colunche