miércoles, 14 de abril de 2021

Pedro Castillo en segunda vuelta


¡Venía! ¡Venía! ¡Venía! Los grandes conglomerados mediáticos seguían ignorándolo. Al inicio, no generaba mucha expectativa. Había un sector importante que no había definido su voto. Hasta el cierre de las últimas encuestas nacionales (domingo, 04 de abril), un promedio del 28% del electorado no definía por quién votar (IPSOS, IEP y DATUM).  Sin embargo, la candidatura de Pedro Castillo fue creciendo sostenidamente.


“Nunca subestimes a nadie. Porque como hijos de Dios todos somos victoriosos, vencedores y exitosos” dice una frase bíblica. Ningunearon su candidatura. No le daban importancia, menos, espacio político. En los dos encuentros de izquierda denominada “Voces de Cambio” llevadas a cabo en Huancayo y Cusco participaron como observadores dirigentes magisteriales que lidera Pedro Castillo. Había facciones en el interior de la izquierda que impedía la participación de Castillo en dichos encuentros políticos. Fue en Cusco que, Gregorio Santos, líder del MAS Democracia, exigió a todas las organizaciones progresistas reconocer a Pedro Castillo como dirigente legítimo del magisterio nacional. Posición que fortaleció el liderazgo del dirigente.

La propuesta de, “Un solo partido, un solo candidato, un solo programa” se fue socializando en todos los sectores progresistas. Sin embargo, la sentencia y encarcelamiento de Vladimir Cerrón (presidente de Perú Libre) y Gregorio Santos (presidente del MAS Democracia) truncó las expectativas populares. Las facciones de izquierda fueron tomando caminos diferentes. Juntos Por el Perú se alió bajo el liderazgo de Verónika Mendoza, Democracia Directa llevó como candidato a su fundador Andrés Alcántara y Perú Libre se quedó con sectores del magisterio, Partido Humanista Peruano y algunas bases regionales. Inscrita la plancha presidencial, Perú Libre sufrió una baja importante, la inhabilitación de su fundador Vladimir Cerrón Rojas (candidato a primer vicepresidente). En medio de divisiones y rupturas fue caminando la candidatura de líder chotano. 

Pedro Castillo tiene una sólida presencia en el magisterio nacional. Aunque la deslegitimada dirigencia ligada a Patria Roja quiera negarlo y/o satanizarlo. Castillo recogió el descontento mayoritario de los maestros en la huelga nacional indefinida del 2017, pero también, un relativo rechazo a una histórica dirigencia sindical aburguesada. Supo leer bien el escenario. Marchó junto a miles de maestros hacia la capital para exigir atención a las justas exigencias de los educadores peruanos. En tanto, el gobierno, sectores reaccionarios y algunos deslegitimados dirigentes sindicales se encargaron de cuestionar el liderazgo de Castillo. Lo acusaron de todo: “aliado del fujimorismo y aprismo”, “vocero del Movadef- brazo derecho de Sendero Luminoso-”, “anarquista e infantil”, “infiltrado del servicio de inteligencia”, etc. Las clásicas calumnias cayeron en saco roto. Castillo es un maestro de escuela, rondero y agricultor. 

Castillo forjó su liderazgo político desde el magisterio. Se le acusa de haber sido candidato de partidos de derecha, de disfrazarse, de generar emociones populistas o de intentar llevar al país al abismo. No es para menos, su presencia en la vida política del país es un peligro para los poderosos. La frase que acuñó Cerrón Rojas: “…no más pobres en un país rico” lo repite como lema principal de su campaña. 

Pedro Castillo alcanzó más del 18% de respaldo ciudadano en las elecciones generales del domingo 11 de abril. Tendrá que enfrentarse en la segunda vuelta a la derecha más reaccionaria de Latinoamérica. La DBA como lo llama Juan Carlos Tafur tiene a disposición medios de comunicación, opinólogos, consultores, financiamiento millonario y una red de troles para deslegitimar su candidatura.

Aun todavía quedan heridas en el interior del progresismo nacional. Enfrentamientos hueros que han destruido la unidad de la izquierda. Creo que en esta segunda vuelta necesitamos asumir autocríticamente los errores, seguir promoviendo la unidad, defender la propuesta progresista y consolidar un solo frente. 

Por: Segundo Matta C.