Por: Segundo Matta Colunche
Ollanta-Belaunde Lossio-Nadine |
Los escenarios políticos, económicos y sociales han
marcado la pauta durante los últimos días del año 2014 y los primeros del 2015.
Los escándalos de corrupción, que salpicaron a palacio de gobierno
(Humala-Nadine-Figallo-Urresti-Belaunde Losio); el precio internacional del
petróleo que se registra como el más bajo de la última década ($50 por barril);
el fin del crecimiento económico pregonado por la derecha (3.7%); la ley “pulpín”
remece todas las tiendas políticas; y, la asunción de nuevas autoridades
locales y regionales causa escozor en la alicaída derecha reaccionaria.
Los bombazos vienen de todas partes: el golpe más
fuerte ha caído contra los jóvenes trabajadores con la ilegítima “Ley Pulpin” y
las campañas mediáticas contra la descentralización y regionalización en el
país. No cabe duda, estamos ante un año prelectoral; por ello, es que esta
guerra sin cuartel se ha trasladado hasta palacio de gobierno, donde vemos involucrados
directamente a la pareja presidencial Ollanta-Nadine en la red de corrupción
más grande de los últimos tiempos, que nació en Ancash-López Meneses-Orellana y
sigue con Belaunde Lossio. Además, el prófugo Belaunde Lossio, según
investigaciones preliminares que realiza la Fiscalía y comisiones ad hoc, sería
cajero del presidente “nacionalista”.
Sin embargo al mismo estilo de la década del
fujimontesinismo el poder político pretendía mover todo; por ello, es que el
Ministro de Justicia, Daniel Figallo buscó congratularse con la procuraduría a
cambio de proteger a Martín Belaunde Lossio (MBL). El tiro le salió por la
culata y la procuradora adjunta Yeny Vilcatoma valientemente denunció tal
acoso, finalmente fue destituida públicamente por negarse aceptar decisiones
anti-éticas. Por su lado, el ministro de Interior Daniel Urresti, quien
pretende ser la iluminaria en el gobierno con sus actividades mediáticas, dijo
irónicamente haber ganado “dos a cero” por la captura de Benedicto Jiménez y
Rodolfo Orellana y que iba por un tercer gol; y a pocas horas de finalizar el
2014 el destituido Fiscal de la Nación, José Ramos Heredia reveló que su
engreído de Humala se encontraba libremente paseando por Bolivia. Al parecer el
poder del gobierno “nacionalista” se cae a pedazos y en medio de un pandemónium
como la bíblica Torre de Babel.
Mientras, que al gobierno y sus colaboradores se les
encuentra cuestionamientos más fuertes por corrupción, la derecha reaccionaria
se prepara para dar sus últimos suspiros al cuestionado modelo económico
neoliberal. Por ello, quiere defender su propuesta injusta culpando a los
gobiernos locales y regionales de frenar la inversión. También se lamenta por
perder el poder en la mayoría de regiones y para salir de su desgracia exige al
deslegitimado Congreso de la República aprobar leyes contra los Movimientos
Regionales y Locales, cuestionando de este modo duramente a la descentralización
y la regionalización. Tal es el extremo de su infortunio chantajea a los
gobiernos subnacionales con la distribución del presupuesto nacional.
Por otro lado, desde las regiones está que emerge una
nueva propuesta alternativa (Nuevo
Modelo de Desarrollo). Cajamarca ya es un referente de lo que puede suceder en
otras regiones y en los años venideros en el país. El Presidente Regional de
Cajamarca, Porfirio Medina Vásquez, y los consejeros regionales han mostrado
una actitud suigeneris en su juramentación (01 de enero): “Por Cajamarca, por las Rondas Campesinas, por la defensa del Medio
Ambiente, por los mártires ambientalistas, por la dignidad de la patria y por
la libertad de Gregorio Santos… Sí, juro”. Así se reafirmaban en su firme compromiso
que va más allá de la protesta. Las banderas de la Justicia Social y gobierno
popular ya se agitan en los corazones de miles de cajamarquinos.
Ante esta actitud por parte de la rebelde Cajamarca,
el presidente Humala ha respondido: “Los gobiernos regionales que se portan mal
les cortamos el caño”. Estas palabras pintan de cuerpo entero al Gobierno
Central quien está demostrando que la autonomía de poderes en el país no existe
y que el manejo político de las arcas del estado, están a la orden del día
contra gobiernos y líderes políticos contestatarios al modelo que le impusieron
al gobierno “nacionalista”.
En medio de sucesos un poco agrios, hay esperanzas que
solo la unidad permitirá encontrar la auténtica justicia social. Y quizá no sea
tarde para recordar al señor Humala que: Quien siembra vientos cosecha
tempestades.