Por Segundo Matta Colunche
En mayo pasado se presentó la II edición del libro “Historia
de la Corrupción en el Perú”, cuyo autor es el peruano Alfonso Quiroz. Este ya se
había publicado hace dos años atrás, sin embargo su versión en inglés no llegó
masivamente al Perú y solo estuvo en manos de embajadas peruanas y compatriotas
residentes en diferentes países del mundo.
Los pocos que accedieron a este trabajo de investigación, le
dieron el valor necesario a este importante documento. El libro estudia los
delitos de corrupción desde la colonia, habla del Virrey Amat, el más contumaz
de todos los representantes del monarca.
El libro “Historia de la Corrupción en el Perú”, describe con
precisión indiscutible (documentado) las irregularidades en la época de la
República. Los últimos escándalos por esta lacra en los gobiernos de Belaunde,
García y Fujimori. No pudo escribir más porque físicamente se nos fue, de lo
contrario estuviera cifrando su segundo tomo.
De varias cifras que presenta, lo que más llama la
atención e indigna es el costo que ha significado para el país este modelo
constante de corrupción: un 4% del PBI en promedio. ¿Qué hubiera pasado si el
país hubiera contado con ese porcentaje para, por ejemplo, educación? Nuestra
realidad fuera otra.
No hay nada para suponer que estemos ante un fenómeno de
una magnitud mínimamente parecida a la de los 90, pero ya hay señales de que
las cantidades en juego no son pocas. Las denuncias contra los expresidentes
García (narco indultos), y Toledo (compra de inmuebles), el blindaje a Omar Chehade
y la presencia de Alexis Humala en las licitaciones del gobierno de su hermano
Ollanta, expresan que la corrupción continúa en las principales instituciones
del Estado. La factura también pasa a los gobiernos regionales, como el caso de
PROREGIÓN (en investigación) en Cajamarca y la Municipalidad Provincial, ésta
última por el manejo de licitaciones que benefician a regidores y familiares de
éstos.
La corrupción es una lacra que está institucionalizada en
el país en todos los niveles y esferas, por lo tanto el Gobierno Regional
Cajamarca no está ajeno a este contexto, sin embargo, pasa por situaciones
individuales de las cuales deberán responder los directamente involucrados.
En 2010 la Contraloría General de la República reveló que
el costo de la corrupción podría llegar al 58% del PBI per cápita en
Latinoamérica, auditorías revelaron pérdidas de hasta 9 mil millones de soles
en los últimos 18 meses al año de realizada la investigación. Algo similar se
presenta en nuestros días, sin embargo las denuncias sólo han quedado en
escándalos.
Para frenar este problema social se tiene que tener una
posición firme con respecto a la transparencia y participación de la población
en la gestión, pasa por ser intolerantes ante actos de corrupción y sancionar
con dureza a los infractores. Se necesita mayor vigilancia de los recursos que
manejan las instituciones públicas y privadas (mineras), por parte de la ciudadanía
y de los medios de comunicación
En el Gobierno Regional Cajamarca se han tomado acciones
para corregir estos actos, se encuentra en proceso de aprobación la Ordenanza
Regional para la conformación del Comité Regional Anticorrupción, no habrá tregua
en la lucha por desterrar este flagelo, en donde los medios de comunicación
honestos y sociedad civil organizada son los llamados a fortalecer la
vigilancia ciudadana.