Por: Segundo Matta Colunche
Gregorio Santos junto a campesinos cajamarquinos |
Rolando
Breña Pantoja (El Correo, 07 de octubre 2014). “La victoria de Gregorio
Santos en Cajamarca tiene aún para
hacer correr ríos de papel y tinta”. No se equivocó el mítico dirigente comunista
al momento de analizar el triunfo de Santos. Analistas y “opinólogos”
defensores del modelo neoliberal no cesaron en pretender desvirtuar la realidad
al resumir la victoria de Santos en una sola palabra: “victimización”.
En
el diario Perú 21, hoy se publica una amplia entrevista a Edmundo Paz Soldán,
destacado escritor boliviano, residente durante muchos años en Estados Unidos.
En ella analiza el histórico triunfo de Evo Morales, el pasado domingo 12 de
octubre, convirtiéndose por tercera vez en presidente constitucional del país
del altiplano. Sin sentimentalismos y respetando sus posturas divergentes con
el líder cocalero, Paz Soldán afirma que “Morales ha recuperado la autoestima
boliviana”. Considera que en su país ha triunfado el Capitalismo de Estado
Andino, científicamente llamamos los pasos iniciales para avanzar en el proceso
de revolución.
Paz
Soldán, reafirma que la época Morales es considerada como las de mayor
expansión de la sociedad de consumo. La renegociación con las empresas
petroleras y gasíferas le permitió llevar justicia a los pueblos más olvidados
de Bolivia. Y en otros lugares, donde estuvo enraizado el libre mercado, buscó
alianzas con los empresarios para construir una propuesta de respeto a la
propiedad pero con reglas claras sobre su presencia en la tierra. El MAS de
Bolivia está a punto de conseguir las tres cuartas partes del parlamento, lo
que le permitiría seguir haciendo cambios profundos en la Constitución
Política. El intelectual boliviano no deja dudas sobre el avance de la
izquierda en su país, y considera que hoy “el boliviano se siente más orgulloso
de ser boliviano”.
Mientras
en Bolivia, la intelectualidad y analistas mediáticos no burlan la realidad y
consideran que el gobierno de Morales, con las limitaciones que se le puede
atribuir, es una alternativa para la clase históricamente excluida; en el Perú
la defensa de la tierra, el agua, los derechos laborales, de una Nueva
Constitución y de una auténtica descentralización, es considerado como “ideas
trasnochadas”. La derecha peruana a su propio estilo defiende a un modelo que,
a cuentas claras, está en crisis, no representa al pueblo y por lo tanto acaba
siendo el ridículo de siempre.
El
“tsunami” cajamarquino no termina. El triunfo de Gregorio Santos a la
presidencia regional de Cajamarca, ha generado “escozor” y hasta “odio” en el
poder económico y sus voceros. Llaman a cerrar y terminar con la
descentralización, mayor control a los gobiernos regionales y locales, y por
último desaparición de movimientos políticos regionales y locales. Exigen mayor
protagonismo de los partidos tradicionales y finalmente procesos y persecución
contra quienes se revelan al modelo. Consideramos todo ello nefasto para la
democracia.
En
la faceta humorística de la última edición de Hildebrandt en sus trece, llamada
La Huevada de la semana, dice: El economista Carlos Adrianzén sostiene la
tesis de que Cajamarca el pueblo ha votado en contra de sus intereses. Y ha
añadido: “Lima no tiene por qué gobernar a regiones zánganas que eligen a malos
presidentes…” ¿Ahora ya entiende, amable lector, porque Gregorio Santos ha sido
abrumadoramente reelegido en Cajamarca? Frente al desprecio, votos; frente al
centralismo, reafirmación; ante las amenazas, rebeldía. La derecha jamás entenderá
al Perú.
El
“tsunami” cajamarquino probablemente dará que hablar durante muchos meses. La
reafirmación de Cajamarca no solo se debe a la consecuencia de sus líderes,
sino a un proceso de cambio que tiene matices revolucionarias del Perú
profundo; por ello, no dudamos que seguirá siendo agenda nacional y que ante
las proximidades de las elecciones del 2016 también Cajamarca tendrá su
palabra.
Así
como los bolivianos se siente más orgullosos de ser bolivianos, los
cajamarquinos nos sentimos más orgullosos de ser cajamarquinos. El triunfo del
05 de octubre reivindica a los miles de cajamarquinos burlados en insultados
por la derecha reaccionaria.