viernes, 19 de febrero de 2021

Momentos difíciles


El Perú vive momentos difíciles. Más de 100 mil personas han muerto por el coronavirus (SINADEF), superamos un millón de infectados y miles de compatriotas se aferran a la vida. Tenemos el peor sistema sanitario de Latinoamérica: hospitales con limitaciones de camas UCI, oxígeno, medicinas, especialistas, etc. Ya vamos cerca de un año de confinamiento total y parcial, mientras que, el estado no ha podido solucionar la primera línea de atención de la crisis sanitaria. 

La economía ha sufrido su peor revés en el último medio siglo (-11, 2%-INEI). Si se extiende la cuarentena los resultados serán catastróficos. El Estado poco o nada ha hecho por hacer un trabajo colectivo: organizar a la población, atender sus necesidades básicas e implementar planes de reactivación reales. Los bonos (paliativos temporales) no solucionarán los estragos que está dejando la pandemia. 

En tanto la crisis se acentúa, un grupo de ex funcionarios, tecnocráticos y políticos tradicionales toman al Estado por asalto: promueven leyes anticonstitucionales, generan shows mediáticos, hacen leguleyadas con las normas establecidas, vacan, desafueran, mienten, roban, etc. Todo en nombre del sufrido pueblo peruano.

No queda duda que estamos frente a la peor clase política de la historia. La crisis ha provocado que candidatos reaccionarios como Rafael López Aliaga se pasee por los medios dando clases de honestidad y eficiencia.  “Yo no soy político. Soy empresario. Pago impuestos. Los políticos han fracasado”. Esa misma campaña política hicieron Alberto Fujimori (Perú), Donald Trump (EE.UU.) y Jair Bolsonaro (Brasil). Éstos, odian a los organismos de derechos humanos, las propuestas progresistas, la igualdad de oportunidades, la justicia social, la defensa del territorio, la protección de los recursos naturales, etc. 

El proceso electoral de abril del 2021 se presenta incierto. Así como vamos, cualquier aventurero podría dirigir los destinos del país. Negar a la política es negar el conocimiento, la ciencia, la academia, la gestión pública. Los empresarios miran al Estado desde sus intereses: “ganar dinero a cambio de todo”. Si por ellos fuera, los hospitales, las escuelas, las carreteras, los bosques, el agua, la luz, el aire, deben ser administrados por privados. Reducir y/o achicar el estado a su mínima expresión.

La coyuntura actual obliga a ser un análisis profundo de lo que sucede en el país. Partir de la realidad para generar mayor conciencia social. No podemos seguir caminando de tumbo en tumbo. Por más que quieran negar, los peruanos jamás olvidaremos el oportunismo del expresidente Martín Vizcarra, ex funcionarios y políticos reaccionarios. Con la complacencia de un sector de la prensa adicta al poder mintieron mil veces para cegar a la ciudadanía. Igual sucede en los gobiernos regionales y locales. Esperamos que la inmunización contra el coronaviris al expresidente, funcionarios y tecnocráticos no pase por agua tibia. Investigación y sanción. 

Es triste para la imagen del país ver a gobernantes, políticos y tecnocráticos aprovecharse de la crisis sanitaria y económica con el fin de sacar beneficios personales. Todos sabemos que miles de peruanos han perdido a sus familiares, están postrados en cama, padecen problemas psicológicos por falta de vacunas para combatir la Covid-19. Lo sucedido durante los últimos meses quedará grabado para siempre en la historia del Perú. El pueblo no perdonará fácilmente. No es más que una traición a la voluntad popular. 

¿Tendremos memoria de lo sucedido? La crisis nos debe permitir no solo encontrar la vacuna contra el virus Sars-Cov-2, sino también, la vacuna contra la indiferencia, la mediocridad, el oportunismo y la corrupción.  

Por: Segundo Matta C.