Por: Segundo Matta Colunche
Familia de Chongoyape (Lambayeque) se identifican con la candidatura de Gregorio Santos |
Recientes
estudios de investigación ubican a Gregorio Santos con 27% de respaldo en
Cajamarca y, 9% en Lima Provincias. Hasta las encuestadoras limeñas confirman
un avance por encima del 2%.
Luego que se difundiera
sondeos de opinión, en la que ubican a Gregorio Santos por encima del 10%, la
derecha reaccionaria y sus medios aliados desatan toda una planificada guerra
sucia para deslegitimar la participación democrática del líder izquierdista.
Desde el penal de Piedras Gordas, el perseguido político participa como candidato
presidencial, similar a su candidatura regional del 2014.
El caso de Santos es sui
generis en el Perú, sin embargo, en Latinoamérica y el mundo hay hechos que
dignificaron la política revolucionaria. Mandela (Sud-Africa), Fidel (Cuba),
Lula (Brasil), Mujica (Uruguay), Evo (Bolivia) y, el desaparecido Hugo Chávez
tuvo que enfrentar mazmorras de la derecha venezolana. Por decir algunos casos.
La historia ha
demostrado que las victorias a favor de las mayorías no han llegado con facilidad,
no nos han regalado, ha costado grandes
sacrificios (muertes, encarcelamientos y persecuciones), sin embargo, la fe
puesta en los cambios a favor del pueblo, alcanzaron finalmente la justicia que
las amplias mayorías esperaban.
El intelectual cubano,
José Martí lo expresaba en una de sus obras maestras: “…para ir delante de los demás, se necesita ver más que ellos”. Mirar
al pueblo –conocer sus necesidades y aspiraciones-, trabajar y luchar con
ellos, dignifica la política. En cambio, la derecha no puede mirar más allá de
su entorno, ocupa el perímetro familiar y grupal como solución a los problemas
del pueblo.
La derecha reaccionaria
y sus aliados nos sembraron el cuento que el sostenido crecimiento económico
solucionaría los problemas del país, crecimiento a costa de todo. Según ellos,
hay que privatizar: minas, petróleo, gas, carreteras, puertos, colegios,
universidades, hospitales, bosques y hasta el incontrolable aire. Le dieron rango
legal con la Constitución de 1993 aprobado por el régimen dictatorial fujimorista.
Ante ésta realidad,
renace la esperanza de un cambio de verdad. El liderazgo de Gregorio Santos,
rebelde ante las injusticias, sólido en sus principios y leal a su pueblo; se
enfrentó al mostro Newmont-Yanacocha en Cajamarca, y con ello, a los poderes
económicos, políticos y mediáticos. Ahora, Nueva Constitución está en la
conciencia de un sector importante del pueblo peruano.
La historia se repite. Los
mismos que habían gobernado la región, aun perdiendo las elecciones,
vaticinaban derrota del pueblo organizado con el encarcelamiento de su
principal líder, sin embargo, la firmeza del soberado alcanzó en el 2014 por segunda
vez, la victoria.
A pocos meses del
proceso del 5 de octubre del 2014, un fiscal de San Ignacio pidió 30 años de
cárcel para Gregorio Santos, se desató ataques al gobierno regional, al MAS y
al pueblo organizado. Encuestadoras pagadas daban por derrotada la candidatura
de Santos, periodistas voceros de Yanacocha saltaban para trepar el panal
minero. Terroristas, violentistas, corruptos, ignorantes, incapaces,
anti-inversión, anti-desarrollo, anti-todo; gritaban en las pantallas y ondas
de radio. El pueblo inteligente se puso de pie, venciendo por una diferencia de
más de 26% (MAS 44.6%-FP 18%) al fujimorismo que venía cargado de millones de
dólares en campaña.
Empero, la guerra sucia
no solo vino de la derecha reaccionaria y las mafias mineras, también actuaron
como “tontos útiles” pequeños sectores anarquistas, quienes trataron de hacerles
el juego a las mineras con críticas infundadas al liderazgo de Gregorio Santos.
Frustración por antonomasia.
Los antecedentes predicen
de lo que suceden ahora. El fiscal Walter Delgado, obediente del poder económico
y las mineras, a pocos días del proceso electoral y, cuando Gregorio Santos
avanza en las preferencias electorales, solicita 24 años de cárcel por
supuestos delitos de corrupción. Acusación que se cae a pedazos por ausencia de
pruebas, sólo se basa en colaboradores eficaces (sin rostro ni identidad).
Santos, pasa 22 meses
tras las rejas (prisión preventiva), cuando en el peor de los casos debería ser
16 meses (Nuevo Código Procesal Penal), además, el fiscal Delgado ha pasado más
tres años investigando, sin presentar hechos reales que determinen la solidez
de la acusación. En el peor de los casos, se habla de “coimas” pero no se denuncia
por eso. Casos y cositas que se cae para desilusión de los poderosos.
La guerra está
declarada, no de hoy, desde hace mucho tiempo. Los reportajes que presenta
sistemáticamente América TV (grupo El Comercio)
y con réplica en algunos medios de provincias, tienen un fin: tumbar la
candidatura de Gregorio Santos, evitar una acumulación importante en el sector
popular y acabar con los gobiernos progresistas y de izquierda. Las grandes
operaciones extractivas como Conga y Tía María están en juego.
El Movimiento de
Afirmación Social (MAS) y Democracia Directa ratifican su compromiso con el pueblo.
Conga no va, Tía María, tampoco. La lucha continúa.