viernes, 9 de febrero de 2018

La izquierda que la derecha quiere (II)


Por: Segundo Matta C.
Aurich, Villarán, Simon, Lerner.

Libre mercado, privatizaciones como modelo interminable, crecimiento económico sin desarrollo, eliminación de derechos laborales, privatización de servicios [agua, salud, educación, etc.], Estado reducido, patria y territorio sin soberanía, asistencialismo extremo y capitulación externa vergonzante; son algunas de las políticas de la derecha reaccionaria que plantea a una disque “moderna izquierda” o “centro izquierda”.

La derecha no quieren que se toque un ápice del sistema excluyente, promueve desde sus intereses una izquierda domesticada, sumisa, blanda, débil, “dialogante”, de colores varios y de “tiempos de modernidad”. Crean una izquierda que gane elecciones pero que no gobierne. En esa dirección giran sus columnistas y opinólogos de los principales medios reaccionarios. Nada de cambio, continuidad absoluta.

Afirmamos así, a raíz de las últimas conferencias realizadas por los ex candidatos presidenciales Verónika Mendoza [Nuevo Perú] y Gregorio Santos [MAS Democracia] en Cajamarca y Cusco, respectivamente. Ambos líderes progresistas promueven una Nueva Constitución vía referéndum.

La agenda mediática nacional no deja de comentar los errores que volvería a cometer Verónika Mendoza al unirse con Gregorio Santos o viceversa. Para algunos, es grave error que la lideresa de Nuevo Perú busque radicalizarse con la propuesta del líder masista-democrático. O que, sus cálculos electorales lo llevarían a reducir su aceptación coyuntural. Para otros, la unidad de Verónika-Goyo tiene como objetivo convertir al Perú en una réplica de Venezuela o Cuba. Algunos más moderados y escépticos, hablan de una posible sorpresa en los próximos años si se concretiza una confluencia de izquierda y progresista. Hay vacío de una lectura más objetiva. Sin embargo, la subjetividad como idea/tiempo decora los titulares de los diarios de la ilegal concentración.

En fin, si queremos ingresar al debate, hagamos algo. Y ese algo, jamás será de agrado de la derecha rancia y de sectores capitalistas. Su negacionismo al cambio y a la trasformación del país inyecta en el cerebro de un sector de peruanos. La derecha quiera una izquierda a su estilo e intereses.

En medio de periodicazos, los líderes de ambas organizaciones de izquierda han afirmado que continuarán trabajando una agenda común que permita cambiar la Carta Magna. “No es una alianza electoral, es un trabajo conjunto para impulsar una Nueva Constitución. Además, en esa tarea también están involucrados: Democracia Directa, Perú Libre, Mi Región de Puno, movimientos regionales progresistas y organizaciones sociales”. Se requiere cambiar la estructura y principios fundamentales del texto constitucional, es decir mayor participación y debate en la propuesta.

La reacción de la derecha se extiende porque tocan el lado más sensible de su status quo. Una Nueva Constitución nos permitirá: recuperar la democracia, promover una Estado Plurinacional, inversiones limpias, Fuerzas Armadas y Policiales integradas al desarrollo, política exterior ejercida con independencia y soberanía. Es el camino correcto para cambiar el rumbo de nuestra patria.