Por: Segundo Matta Colunche
La Cumbre de la CELAC, giró en torno a la
reflexión histórica que con claridad precisara José Mujica, veterano líder de
la izquierda uruguaya, quien subrayó la necesidad de la lucha
por la paz, el bienestar y la supervivencia de la humanidad.
El pasado 27 y 28 de enero, en la Habana (Cuba), gobernantes
de 30 países participaron en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños - CELAC. Los países miembros debatieron durante 2 días sobre: el cambio
climático; unidad en torno a objetivos comunes; respeto a su independencia
política; defensa de la tierra y los recursos naturales; fortalecer modelos de
desarrollo basado en la agricultura, agroindustria y forestales; lucha frontal
contra el hambre y la desocupación; y, reconocimiento al liderazgo de Cuba en
la organización y ejecución de evento internacional.
Como era de esperarse, los presidentes que más resaltaron en su
participación fueron: el carismático José Mujica (Uruguay), Rafael Correa
(Ecuador), Daniel Ortega (Nicaragua) y Evo Morales (Bolivia); esto se debía, a
sus propuestas claras sobre la unidad sudamericana y caribeña, y la lucha por
la defensa de la dignidad humana que busca frenar las enormes desigualdades
sociales. Como era de esperarse, los mandatarios mencionados, no querían
retirarse sin antes visitar y saludar al líder de la revolución cubana: Fidel
Castro Ruz. Al compás del espíritu de unidad de los pueblos de América, también
se sumaron Cristina Fernández (Argentina) y Dilma Rousseff (Brasil).
La pregunta que salta a la vista ¿Dónde
estuvo Ollanta Humala? Pues, se encontraba junto a Sebastián Piñera (Chile),
Juan Manuel Santos (Colombia) y Enrique Peña Nieto (México). No cabe duda que la
derecha también se agrupó; aunque, valgan verdades, sin presencia visible
dentro del debate o en las conclusiones. Todos estos presidentes estaban aislados
de la mayoría e interpretaban una reducida cumbre del Foro de Cooperación
Económica Asia Pacífico – APEC. Como es sabido, este foro reúne a los países
cuyos gobiernos solo buscan ampliar los negociosos económicos del capitalismo,
sin importar la vida y la dignidad humana.
Las palabras de Mujica conmovieron
a un sector importante del planeta quienes seguían paso a paso el desarrollo del
acontecimiento internacional: “Si la humanidad no
es capaz de pensar como especie, si la humanidad sigue pensado como país, y
dentro de país como clase social y pensando solo en lo nuestro, entonces la
civilización está condenada".
Mientras en Cuba
se debatía la lucha por la integración de los pueblos de América y, desde este
espacio, trabajar por disminuir las enormes desigualdades sociales; desde Perú,
con el ego que le caracteriza, el expresidente Alan García condenaba el ejemplo
de unidad de Latinoamérica y el Caribe. “Es trágico que 30 gobernantes elegidos
reciban lecciones de una dictadura de 55 años que tiene el pueblo en la
miseria”, comentó el aprista. Nosotros le
diríamos, al líder del APRA, que: Lo trágico es entregar nuestras tierras,
ríos, bosques, mar y gran parte de la riqueza a las trasnacionales, como lo
hizo con Yanacocha en Cajamarca (en octubre del 2010 se aprobó el EIA, muy
cuestionable, del proyecto Conga). Como es sabido, al final este proyecto tuvo
la venia de Humala; debido a que, el presidente, perdió el liderazgo del
gobierno cuando la derecha le impuso su ministro de economía.
Al margen de una
minoría aislada y los clamores de los egos colosales de la derecha; la II
Cumbre de la CELAC significa, la unidad que busca fortalecer la integración de
los pueblos olvidados y marginados.