martes, 28 de enero de 2014

Santos pedidos

Editorial-La República (25/01/14)

El pedido hecho por la Fiscalía Penal Corporativa de San Ignacio para que se condene a treinta años de prisión al actual presidente regional de Cajamarca es un exceso lamentable.

El caso se remonta a casi un decenio atrás, cuando Gregorio Santos, hoy presidente de la región Cajamarca, era dirigente de los ronderos de San Ignacio y la señora Petronila Vargas fue sometida a juicio popular luego de ser retenida por varias horas y flagelada. En la misma ocasión se procedió a expulsar a Miguel Briceño, ex fiscal de San Ignacio, luego de haber sido declarado persona no grata a la comunidad.

Petronila Vargas y el ex fiscal Briceño presentaron sendas denuncias. La primera acusando a Gregorio Santos, a Ydelso Hernández, presidente del Frente de Defensa de Cajamarca, y a Eliana Zavaleta –conocida activista antiminera– por delito de secuestro; además demanda una reparación civil de diez mil soles. En el segundo caso, se acusa a Santos de delitos contra la libertad, secuestro agravado y resistencia a la autoridad en agravio del fiscal Miguel Briceño y del Estado.

El caso permaneció durante años en los archivos judiciales, pero súbitamente ha sido actualizado, con un pedido de prisión formulado por la Fiscalía Penal Corporativa que insiste en la responsabilidad de Gregorio Santos, demandando para él una condena a 30 años de prisión. Según Santos, no existen pruebas que demuestren que él soliviantó a la población ni que participó en los secuestros del fiscal Briceño y Petronila Vargas.

En efecto, existen razones que llevan a creer que la reactivación de este proceso se debe a un intento de ejercer presión política sobre Gregorio Santos y, en caso de que se dicte sentencia en contra suya, que se busque apartarlo a la mala de la actividad política, ya que si es condenado a prisión por esas acusaciones, inevitablemente se dictaría contra él una sentencia que lo inhabilitaría en sus derechos civiles y lo obligaría a renunciar.

Como a nuestros lectores les consta, el presidente regional de Cajamarca ha sido criticado en estas páginas y disentimos de varias de sus propuestas y métodos. Este desacuerdo no significa que haya que dejar pasar lo que a todas luces es una maniobra que busca manipular al Poder Judicial y al Ministerio Público para dejar a Santos fuera de la próxima coyuntura electoral e impedir que postule a la reelección. Máxime si otros presidentes regionales son precisamente beneficiados por su relación con la Fiscalía. Ni uno ni otro, la ley en su sentido justo y proceso establecido.

Persiste en este caso la misma visión equivocada que ha empantanado la situación en Cajamarca, que consiste en creer que la población de dicha región se deja manipular por el discurso de unos cuantos dirigentes y que sacados estos del espacio público Conga será bienvenida y todo se arreglará. Esa visión es peyorativa para muchos cajamarquinos, reducidos a un  rebaño sin voluntad o pensamiento propios, y cargados de prejuicios que pueden cambiar de signo.

Es ingenuo pensar que porque se lleva a prisión a Gregorio Santos las cosas van a cambiar y, de pronto, la siguiente etapa de Conga se hará. Lo que ocurrirá es que el actual presidente regional no tardará en victimizarse y decir que es objeto de una persecución política decretada por el gobierno central, el cual se vale del PJ para perjudicarlo. En suma, si se quiere ver a Gregorio Santos cuatro años más como presidente regional de Cajamarca no tienen más que insistir en la pretensión de dejarlo fuera de juego de modo tramposo. Esa absurda acusación debe ser desechada.

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