jueves, 30 de abril de 2020

Gracias heroicos ronderos

Por: Segundo Matta Colunche.

Ronderos del caserío Cullanmayo (Cutervo-Cajamarca)
Más de 40 años las Rondas Campesinas son referentes de justicia. Inicialmente -década de los 70 y 80- su trabajo estuvo orientado a la lucha contra la delincuencia y abigeato que azotaba la zona norte de Cajamarca. Luego avanzaron a ser autogestionarias (construyeron escuelas, carreteras, puestos salud, centros comunales y otras). El avance en su nivel de formación social y política ayudó a que haya una fuerte fiscalización a las instituciones del Estado, la lucha férrea contra la corrupción y la ineficiencia. Su espacio trasciende a un más cuándo éstas pusieron en jaque a empresas trasnacionales como Neumont-Yanacocha (Cajamarca), Majas (Piura), Cañariaco (Lambayeque), Tía María (Arequipa) y otras.  En la actualidad las Rondas Campesinas están organizadas en 17 regiones del Perú.
La organización campesina no estuvo lejos de ataques: “es un colectivo de intransigentes, terroristas y autoritarios” decían sus enemigos. Los momentos de su lucha encontraban calificaciones descabelladas. Siempre fueron odiadas por el poder económico, político y las mafias organizadas. Sectores reaccionarios mantienen reparos contra los hombres del campo. Sin embargo, muchos de ellos hoy exclaman a gritos solidaridad, unidad y lucha. Es parte de la idiosincrasia humana en reconocer algo cuando estamos en peligro.
Las Rondas Campesinas históricamente fueron solidarias. Son reconocidas y respetadas por los miembros de la comunidad. Las decisiones son colectivas y se acata disciplinadamente. Alcanzan cuatro décadas de lucha y gestión permanente por su fortalecimiento. No han caído, no caerán jamás.
Durante las últimas semanas vienen nuevamente haciendo noticia. Ahora ya no ponen en jaque al poder económico y político sino a un enemigo invisible que azota al mundo: pandemia COVID-19. En la mayoría de regiones del Perú han contribuido al cerco de aislamiento. Han organizado piquetes las 24 horas del día para evitar que ingresen personas sospechosas infectadas por el coronavirus; su trabajo se centra en inspeccionar, detenerlos y entregarlos a la policía y al sector salud para que pasen por los protocolos establecidos. Se han presentado varios casos, particularmente en las regiones de Cajamarca, San Martín, Amazonas, Lambayeque, Piura y Ancash.
Si bien, su acción solidaria es reconocida y aplaudida por sectores mayoritarios, su exposición al contagio del COVID-19 es cercana. Varios de ellos carecen de equipos de protección (vestimenta, tapabocas, ponchos, guantes, silbatos, linternas, etc.). Además, hay limitaciones en su alimentación, la mayoría tiene que cargar sus víveres para las típicas “ollas comunes”. Hay ausencia del Estado en apoyo a los héroes campesinos.
Hasta el cierre del presente artículo Cajamarca tenía 141 casos positivos de ciudadanos infectados por el coronavirus y 3 lamentables muertes (DIRESA Cajamarca). Es una cifra baja en comparación a ciudades de la costa. Los ronderos cumplen funciones de seguridad en toda la región.
En Cutervo se presentó hace 15 días un primer caso que satisfactoriamente el pasado lunes se dio de alta. Creemos que en gran medida es mérito de la organización campesina de haber cercado los ingresos a la provincia. También, reconocemos el papel de la Policía Nacional del Perú, Serenazgo y Rondas Urbanas. Sin embargo, consideramos que por el número de sus miembros es insuficiente para paralizar a toda una provincia de 157 mil habitantes. Las Rondas Campesinas con 54 zonas organizadas, centrales independientes, centrales de coordinación y bases nuevas - más de 50 mil ronderos activos - se convierten en la defensa principal de la salud de la población. Gratitud y reconocimiento a ellos. Hoy, la mayoría de caseríos y/o comunidades están cercadas. Todos contra la pandemia. ¡Si se puede, unidos venceremos!
ESCUCHAMOS: La pasada semana ingresaron a la ciudad de Cutervo 2 fiscales y un conductor de vehículo procedentes de la ciudad de Chiclayo. Según denuncias ciudadanas no se cumplió con los protocolos establecidos por el MINSA. Hay hermetismo en el Ministerio Público y en el comando COVID-19 para explicar el caso denunciado. Se exige respeto a las disposiciones del Estado de Emergencia decretado por el Gobierno Central. Todos estamos expuestos al contagio si generamos desorden.

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