Por: Segundo Matta C.
El pasado lunes 26 de octubre, las Rondas Campesinas y Frente de Defensa de los Intereses y Patrimonio de Cutervo tomaron el frontis de la Dirección Sub Regional de Salud exigiendo la renuncia del director Helden Hernández Domador. Al funcionario regional se le acusa de supuestas irregularidades en la administración pública: direccionamiento de contratos de personal por la emergencia COVID-19, sobrevaloración en las compra de mascarillas y protectores faciales, incremento de sueldos de funcionarios en más de 100%, irregularidades en la compra de pruebas rápidas (investigación está en el Ministerio Público) y lentitud en la reorganización del hospital “Santa María” de Cutervo.
Las denuncias fueron permanentes. La comunicación regional estuvo lejos de la ciudadanía. Periodistas que no conocen la realidad y actúan como voceros de la gestión han perdido credibilidad. El desprestigio no es de ahora, es sistemático. La desconfianza viene desde que se convirtieron en serviles del poder de turno. Lejos del papel fiscalizador actúan como “tapabocas” de la mediocridad institucional. Un gobierno divorciado de la gente va al precipicio.
Es lamentable que el Gobierno Regional Cajamarca pase por momentos difíciles de legitimidad. No por el trabajo de fiscalización e investigación que hacen algunos medios de comunicación y pequeños sectores de oposición, sino por errores propios de la gestión regional. El nivel de inversión regional al 27 de octubre del presente año figura en el penúltimo lugar (17.2%), sólo superando a Tumbes e Ica, con 15.1% y 17%, respectivamente. Obras de impacto están paralizadas: hospitales de Cutervo y San Ignacio, carretera El Empalme-Santa Cruz, proyecto ganadero que involucra a más de 90 distritos, obras de saneamiento, electrificación, infraestructura educativa y de salud, medio ambiente y turismo.
Otro de los problemas que no ha podido superar la actual gestión regional es la ineficiente respuesta al estado de emergencia por COVID-19. No se hizo un trabajo articulado entre los tres niveles de gobierno y las organizaciones sociales. Al contrario, funcionarios regionales confrontaron con el movimiento social. La comunicación institucional al margen de acciones prácticas, es huero.
Hacer comunicación sobre la base de descalificación a dirigentes y líderes de opinión es pésima estrategia. La gobernabilidad se fortalece sobre la base de consensos y respeto a diversidad. Cualquier acción al margen del respeto mutuo genera confrontación. La confrontación gobierno-pueblo nunca ha dado resultados favorables. Ejemplos sobran: la reciente lucha de los pueblos de Ecuador, Bolivia y Chile pueden ser las cercanas.
Hemos leído en redes sociales y escuchado opiniones de periodistas cercanas al gobierno regional descalificar lucha del movimiento social en Cutervo. Calificar a los ronderos como “terroristas”, “analfabetos”, “indios” e “ignorantes” es revolver la tortilla para el recuerdo de las peores campañas mediáticas de la historia. La dictadura fujimorista utilizó a “periodistas a sueldo” para deslegitimar a las organizaciones, dirigentes, intelectuales, comunicadores, investigadores y a todos quienes se oponían al régimen. Luego de esto, la historia es conocida.
Haber llegado a casi la mitad de la gestión sin resultados y con prácticas antidemocráticas es negativo para el fortalecimiento del estado regional. La Comunicación de Gobierno tiene que estar orientada en la lectura objetiva de la realidad, empatía, respeto a la diversidad, capacidad de escucha, conocimiento e investigación de la idiosincrasia ciudadana, respeto a la cultura, diálogo permanente, cercanía a los medios de comunicación, fórums y mesas temáticas de desarrollo personal y cooperación interinstitucional, convenios, acuerdos, etc. Los medios de comunicación son aliados del estado, éstos contribuyen al fortalecimiento de la democracia y son impulsores de la participación ciudadana. Si la mirada no va por allí, entonces, se ha perdido el sentido de ser gobierno.
Esperamos pronta solución al problema de la DISA Cutervo.