Por: Segundo Matta Colunche.
Parece que se cumple a “pie puntilla” la Tercera Ley de Newton, "… toda acción tiene una reacción igual y opuesta". El #GrupoDeLima encabezado por el gobierno del Perú (Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra Cornejo) e integrado por varios gobiernos de derecha lideraron una propuesta de sanciones (bloqueos y rompimiento de relaciones bilaterales) en contra del pueblo venezolano. Gobiernos enemigos del chavismo se sumaron al inhumado bloqueo internacional impuesto por Estados Unidos. La crisis económica -falta de medicinas y comida- provocó un éxodo nunca antes visto en la historia del país bolivariano. El Perú cobija a cerca de un millón de ciudadanos venezolanos. Pese a las circunstancias las sanciones aún continúan.
En tanto en Venezuela la crisis económica llegaba a los ribetes más altos del mundo, aquí - en Perú-, soñábamos como uno de los países potencia. El engañoso crecimiento económico nos hizo ver tinieblas. Todo fue gaseoso. Nuestro sistema sanitario ha colapsado, la educación camina sin rumbo, sectores productivos del campo subsisten al mínimo, la industria está paralizada y el 75% de peruanos que se encuentra en la informalidad pasan momentos difíciles. Miles de peruanos marchan en medio de la crisis hacia sus lugares de origen. Lima, Chiclayo, Trujillo, Piura que hace algunos años eran pueblos apetitosos por la oportunidad laboral y posibilidades de emprendimiento; ahora, se han convertido en los principales focos de la pandemia COVID-19. Nuestros hermanos piden a gritos salir del centro del desastre.
Parece mentira pero es realidad. Perú presenta el "éxodo sanitario" más triste de Latinoamérica. Ni Ecuador que fue duramente azotado por la pandemia del coronavirus sufre la desgracia que hoy padecemos los peruanos. ¿Hay visos de solución? Nada. La burocracia peruana mantiene sus históricas y hasta individuales confrontaciones antes que desprendimiento para solucionar la grave crisis sanitaria-económica-social.
Es triste ver a funcionarios regionales y locales tirarse la pelota unos a otros. Se miran entre ellos sin saber qué hacer. Deben tener bien en claro que: "... cuando hay crisis a un nivel que afecta a la salud de la población, la administración pública está obligada a hacer modificaciones presupuestales para atender las necesidades prioritarias de la población. La vida humana no tiene precio". O se atiende responsablemente a nuestros compatriotas o esto se desborda.
Miles han emprendido su viaje de Lima a provincias |
Si quienes gobiernan sintieran lo que siente una madre con su hijo en brazos, un anciano con bastón caminando por las arenas de Huacho, un padre sin tener un céntimo para darle un caramelo a sus hijos o un joven que perdió todo producto de la crisis sanitaria COVID-19, no actuarían de espaldas a ellos. El éxodo de retorno a casa ha empezado. Los gobiernos subnacionales -regiones y municipalidades- no saben qué hacer para solucionar la peor crisis del último siglo. La verdad es que hay cerca de 200 mil peruanos varados en las principales ciudades de la costa. Ellos quieren regresar a sus pueblos, pero los bloqueos y el aislamiento social les impide.
Parece que se cumple a “pie puntilla” la Tercera Ley de Newton, "… toda acción tiene una reacción igual y opuesta". El #GrupoDeLima encabezado por el gobierno del Perú (Pedro Pablo Kuczynski y Martín Vizcarra Cornejo) e integrado por varios gobiernos de derecha lideraron una propuesta de sanciones (bloqueos y rompimiento de relaciones bilaterales) en contra del pueblo venezolano. Gobiernos enemigos del chavismo se sumaron al inhumado bloqueo internacional impuesto por Estados Unidos. La crisis económica -falta de medicinas y comida- provocó un éxodo nunca antes visto en la historia del país bolivariano. El Perú cobija a cerca de un millón de ciudadanos venezolanos. Pese a las circunstancias las sanciones aún continúan.
En tanto en Venezuela la crisis económica llegaba a los ribetes más altos del mundo, aquí - en Perú-, soñábamos como uno de los países potencia. El engañoso crecimiento económico nos hizo ver tinieblas. Todo fue gaseoso. Nuestro sistema sanitario ha colapsado, la educación camina sin rumbo, sectores productivos del campo subsisten al mínimo, la industria está paralizada y el 75% de peruanos que se encuentra en la informalidad pasan momentos difíciles. Miles de peruanos marchan en medio de la crisis hacia sus lugares de origen. Lima, Chiclayo, Trujillo, Piura que hace algunos años eran pueblos apetitosos por la oportunidad laboral y posibilidades de emprendimiento; ahora, se han convertido en los principales focos de la pandemia COVID-19. Nuestros hermanos piden a gritos salir del centro del desastre.
Parece mentira pero es realidad. Perú presenta el "éxodo sanitario" más triste de Latinoamérica. Ni Ecuador que fue duramente azotado por la pandemia del coronavirus sufre la desgracia que hoy padecemos los peruanos. ¿Hay visos de solución? Nada. La burocracia peruana mantiene sus históricas y hasta individuales confrontaciones antes que desprendimiento para solucionar la grave crisis sanitaria-económica-social.
Es triste ver a funcionarios regionales y locales tirarse la pelota unos a otros. Se miran entre ellos sin saber qué hacer. Deben tener bien en claro que: "... cuando hay crisis a un nivel que afecta a la salud de la población, la administración pública está obligada a hacer modificaciones presupuestales para atender las necesidades prioritarias de la población. La vida humana no tiene precio". O se atiende responsablemente a nuestros compatriotas o esto se desborda.
ESCUCHAMOS. Los peruanos estamos obligados a cambiar el rumbo de nuestra historia. El modelo que ha gobernado el país durante casi 2 siglos ha fracasado. Un mejor futuro si es posible. ¡Unidos venceremos!.
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