Con puño en alto: ¡Goyo libertad!

Por: Segundo Matta Colunche

Gregorio Santos sólo pudo comunicarse con sus camaradas vía videoconferencia

Este 25 de agosto, Gregorio Santos Guerrero cumple 14 meses de prisión preventiva dictada injustamente por la jueza Mercedes Caballero. En este lapso el fiscal a cargo de la investigación, Wálter Delgado Tovar no encontró hechos materia de acusación; por lo que, solicita se amplíe la prisión preventiva a 22 meses más. Sentencia adelantada a un prisionero político.

Ayer, en la Sala Penal Nacional de la ciudad de Lima, se llevó acabo la Audiencia Pública sobre el pedido de ampliación de prisión preventiva al prisionero político, Gregorio Santos Guerrero. La audiencia estuvo programada para las 8:30 de la mañana, inició unos minutos más tarde. Es considerada Audiencia Pública, sin embargo, existieron limitaciones para el ingreso; y peor aún, se impidió el ingreso de cámaras y la no utilización de celulares, contraria a otras audiencias realizadas en el mismo lugar en otros procesos. Quisieron impedir que el pueblo peruano conozca la pobre exposición del Fiscal Delgado y el nivel de parcialización de quienes administran justicia en el país.

El tema materia de la audiencia fue la ampliación de la prisión preventiva a Gregorio Santos, tema que se podría sustentar en menos de 10 minutos pero el “investigador” pidió 30 minutos para repetir lo mismo de siempre. El abogado de la defensa solicitó a la jueza Pérez Escalante, limitarse exclusivamente al tema de agenda y para ello no necesita más de 15 minutos, sin embargo en un ambiente donde se arroja al tacho de la basura las leyes, la magistrada otorgó 25 minutos al fiscal Walter Delgado. Actitud más que parcializada a favor del poder económico, político y las trasnacionales mineras.

En su pobre y nerviosa exposición, con distorsionados términos en la utilización de las palabras, Delgado Tovar, repitió lo de siempre: “…Santos es líder de una banda criminal en el Gobierno Regional Cajamarca, sigue influyendo en funcionarios, trabajadores y empresas contratistas”. Palabra, sin poder demostrar una. Acusó a Santos de tener poder absoluto en la entidad regional sin asumir funciones, negando que el líder izquierdista fue elegido y reelegido presidente regional de Cajamarca. Además, el fiscal tiró por la borda las leyes electorales, al negar la representatividad legal y legítima en Cajamarca de Santos.

Debemos recordarle al fiscal Delgado, que en el proceso electoral del pasado 05 de octubre, Gregorio Santos Guerrero, ganó las elecciones regionales con 44.67%, más del doble de votación que obtuvo el representante del fujimorismo. Además el MAS logró obtener 12 consejeros regionales de los 16; y ganar 04 municipios provinciales y 28 distritales. Además, en la mayoría de distritos y provincias, el movimiento político de Gregorio Santos Guerrero logró obtener importantes segundos lugares, con respaldo electoral pocas veces vistas en el país. ¡El poder nace del pueblo señor fiscal!

En el colmo del desconocimiento, Delgado Tovar pidió 22 meses más de prisión preventiva para Santos contrario al Nuevo Código Procesal Penal que tan solo determina 18 meses para casos graves. “…en qué parte de la Ley dice lo que Delgado mediáticamente enfoca en el proceso”, dijo el abogado defensor de Santos, Mario Pablo Ríos Hurtado.

A Goyo se le niega su condición de ciudadano perteneciente a la Comunidad Campesina de Chirinos, y que, el gobierno peruano pese haber asumido compromisos de Estado tiró por la borda el Convenio 169 de la OIT.

Gregorio Santos saludó a sus camaradas y compañeros, vía red de videoconferencia con el puño en alto, como quien quiso decir: “…adelante compañeros, la lucha continúa”. Claro, sabemos la parcialización de quienes administran justicia, y solo queda la unidad del pueblo para la libertad y la gran transformación del país.

En las próximas horas, la jueza Pérez Escalante se pronunciará sobre el caso Gregorio Santos. Esperemos que determine su libertad, caso contario nuevamente se demostrará que las leyes en este país están hechas para perseguir a quienes son contrarios a los poderosos.