Por: Segundo Matta Colunche
El 29 de diciembre de
1976 se crean las Rondas Campesinas en Cuyumalca, provincia de Chota, región
Cajamarca. Desde esa fecha no cesaron ataques para desaparecerlas. Hoy son referentes
de justicia en el Perú.
Por iniciativa de los campesinos, el 29 de diciembre de 1976 se crea una de las organizaciones
sociales más importantes del país: Las Rondas Campesinas. Contribuyeron a la gesta
heroica de esta iniciativa los campesinos, maestros, algunas autoridades
identificadas con el pueblo e intelectuales.
De estas acciones sociales surgieron varios líderes asumiendo
protagonismos singulares en la lucha por la justicia social. A las figuras
indiscutibles como Agustín Sánchez Cieza
(Chota) y Agustín Montenegro (Cutervo), se suman a esta lista indiscutibles
dirigentes ronderos y la gran masa campesina que enaltece el nombre de nuestra
región.
Quienes somos ronderos, hijos de ronderos o quienes dedicaron
su tiempo a conocerlos, tienen la autoridad moral para hablar de la
organización, ellos saben en carne propia lo que significa ser soldados de la
justicia campesina. Hombre rural que junto con sus labores diarias contribuyen a
la justicia como fundamento de la paz y al desarrollo integral de los pueblos. ¡Cuán
importante es conocer su cosmovisión del hombre del campo!
Las Rondas, creación genuina de los campesinos tienen un
espacio trascendental en la historia de la humanidad de esta parte del país y
del mundo. Ellas solucionan problemas en sus jurisdicciones en poco tiempo y
sin costo, lo que en el poder judicial está por décadas. Casos que en la
mayoría tienen la satisfacción de los litigantes.
Los integrantes de la organización campesina, no sólo luchan
contra el abigeato y la corrupción, sino que son actores directos del
desarrollo integral de sus comunidades. Han construido carreteras, caminos,
escuelas, postas médicas, etc.; verdadero ejemplo de justicia y desarrollo
comunal.
Se estima que en la región Cajamarca existen más 500 mil
ronderos organizados mediante bases, zonas, comités centrales, distritales,
provinciales y regional. Sus integrantes respetan el organigrama organizativo y
su reglamento interno.
Varios escritos publicados afirman que después de su creación
como organización, ésta también se extendió a las zonas urbanas, lugar a donde
se trasladó la delincuencia. Aquí tomaron el nombre de Rondas Urbanas, pero con
el único fin: hacer justicia y luchar contra la corrupción.
No hay razón para que los enemigos salgan a atacar a tal noble
fuerza, sin embargo desde su aparición los poderes económicos, políticos y
fácticos intentaron desaparecerla encontrando para ello, tontos útiles
similares a los que hoy aparecen. En su fracaso crearon organizaciones
paralelas. Nada de ello melló el avance de los cajamarquinos organizados.
Nos parece mezquino, y hasta ingrato, que cada vez que haya errores
en algunos de sus integrantes, que son humanos, los enemigos salgan a atacar para
desaparecerlas. Los voceros mediáticos y hasta las instancias que administran
justicia lanzan sus voces amenazantes.
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