Por: Segundo Matta Colunche
El informe PISA pone en el ojo de la
tormenta a la educación peruana. La Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE), encargada de la evaluación, cada 3 años, confirma
la crisis educativa por la que atraviesa nuestro país al descender 2 lugares en
el ránking mundial, respecto al 2009. Del puesto 63 al 65 en la actualidad.
La
mejora de la calidad educativa, no sólo es cuestión de infraestructura e
incremento de maestros, el fondo del asunto va más allá de las meras
informaciones mediáticas. El tema de fondo son las políticas educativas que rigen
el sector y la relación del gobierno con los poderes económicos administradores
de colegios y universidades privadas.
La
década del 90, bajo la dictadura fujimontesinista, fue trágica no sólo para los
poderes del Estado que pasaron a manos de Fujimori, sino para los sectores
fundamentales como educación y salud.
En
10 años de dictadura se ejecutaron 228 operaciones de venta, la liquidación de
empresas públicas generó un monto de US$ 9 mil 221 millones de dólares. Al
Tesoro Público sólo llegó US$ 6,445. La diferencia de US$ 2.700 millones se
destinó al pago de consultoras, bancos de inversión y a sanear las cuentas de
las compañías privatizadas (el Estado asumió todas sus deudas antes de
venderlas), según publicación del Diario La República del 22 de abril de 2011.
Lo más despreciable es que se dio carta abierta a las universidades, institutos
y escuelas particulares sin ningún control por parte del Estado, dejando en orfandad
a las instituciones públicas. Desde entonces crecieron las universidades; en
1990 había 51 universidades, de las cuales la mayoría eran estatales, con la
privatización fujimorista se incrementó el número de éstas, pero
fundamentalmente en el sector privado a 62% (82 universidades) y las estatales
se quedaron rezagadas con el 38% (50 universidades); algo similar ocurrió con las
instituciones de inicial, primaria y secundaria privadas. El capital ingresó,
sin darnos cuenta, al control casi absoluto del sector educación. El resultado
de las pruebas PISA entonces tiene culpables: el Modelo Económico que gobierna
el país y los gobiernos de turno arrodillados al poder económico.
Mientras
se hace alarde del crecimiento económico e “inclusión social”, nuestro país se ubica en el último lugar en matemática,
ciencia y comprensión lectora; último lugar entre los 65 países que
participaron en el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes
(PISA, por sus siglas en inglés) 2012. Es grave, además, que los medios escondan
que el sector Educación en Perú y Colombia tienen el menor PBI per cápita de la
región (US$10.076 y US$10.175, respectivamente), el PBI general está por debajo
del 3%. Los países mejor posicionados en América Latina son Chile, México,
Brasil, Costa Rica y Uruguay, y los
primeros a nivel mundial, China y Singapur.
El
ministro de Educación, Jaime Saavedra, de tendencia neoliberal, ha anunciado un
presupuesto de mil 200 millones de soles para la construcción y mejoramiento de
infraestructura educativa, pero no dice nada de un Proyecto Educativo
descontextualizado, del bajo nivel de remuneraciones a los maestros, de la
desnutrición crónica infantil, del abandono magisterial en términos de
capacitación, y del aún déficit de instituciones de educación inicial, entre
otros.
Mientras
esto sucede con los resultados de la prueba PISA, el Gobierno Regional Cajamarca,
que preside Gregorio Santos Guerrero, en el marco del Nuevo Modelo de
Desarrollo, en menos de 3 años avanzó en el sector educación del puesto 24 en
comprensión lectora al puesto 20 y en lógico matemático del puesto 24 al puesto
15. En educación inicial la creación de mil instituciones educativas, 400 redes
educativas, 550 maestrías gratuitas a maestros de la región, creación de 22
Institutos Superiores Tecnológicos Públicos, implementación con computadoras y
material didáctico al 100% de instituciones educativas, capacitación general al
magisterio en actividad (diferentes áreas), modernas infraestructuras de UGELs
de Cajabamba, Bambamarca y San Ignacio; Cajamarca y San Marcos en construcción, 45 infraestructuras modernas (integrales) de instituciones educativas, 12 en construcción y 06 inician en enero del 2014; es decir camino a una nueva administración educativa.
La
prueba PISA es un diagnóstico general, para saber cómo estamos en un sector
importante como es educación, quiénes son culpables del fracaso y qué acciones
se debe tomar para superar las dificultades enormes que tiene el sector.
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