Por
Segundo Matta Colunche
Sólo palabras u
opiniones subjetivas distorsionan la verdad. Las posturas sentimentales no
tienen un matiz científico. O como dijera el filósofo, poeta y filólogo clásico alemán Friedrich Wilhelm
Nietzsche, "Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino
que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti", o una frase que
acostumbramos a decir: “quien no conoce la verdad, no tiene derecho a opinar”.
Así comienza una breve crónica de la resistencia por defender el agua.
Partimos a las 9 a.m. con destino a las lagunas de Conga, función que se
hace en cumplimiento de nuestras labores institucionales, hacia el lugar iban
el presidente regional de Cajamarca, Gregorio Santos; el gerente de Recursos
Naturales y Medio Ambiente, Máximo León Guevara y equipo técnico. Función
principal: inspeccionar las lagunas de Conga, ante denuncias de la población de
un inminente trasvase a uno de sus anunciados reservorios.
Seis (6) horas duró nuestro viaje. Pasamos por campos extensos y llenos de
pastos naturales. Varias tranqueras en el lugar exigen nuestra identificación.
“Puede que sean de Yanacocha o gente de Ollanta, dice una señora”. Nos
identificamos y continuamos nuestro recorrido. Ya estamos en la laguna “El
Perol” para muchos “símbolo de resistencia social y popular”. Desde un pico a
unos 300 metros miramos hacia el fondo del emblema, los miles de asistentes
compartían su acostumbrado fiambre-tortillas-cancha-papas sancochadas-quesillos
y su agüita de manzanilla, yerba luisa o su cafecito. Todo un hermoso panorama.
Nos trasladamos donde estaba la multitud -El Perol-, con fuerza exclamaban
arengas contra Yanacocha, Newmont y Ollanta. Mientras el equipo técnico del Gobierno
Regional Cajamarca hacía su trabajo, los dirigentes recogían la opinión de las
masas y las autoridades escuchaban sus acuerdos. Vámonos donde están
construyendo el que llaman dique "El Perol”, decían. Su recorrido empezó,
mientras a unos 200 metros la policía y la DINOES se organizaban, se movían, se
ponían sus escudos, se amarraban sus botas, colocaban en mejor posición sus armas…movimiento
como en una guerra “listos para disparar”. Del otro lado los campesinos
gritaban, “cobardes”, “dejen las armas y vengan”, “ustedes qué comen, seguro
que comen oro”, “díganle a Ollanta que vamos a ganar”. Indignación total.
Terminado nuestro recorrido (1 hora y media) al lugar denominado cerro “El
Indio”, desde aquí se verificaron trabajos de la empresa, han movido tierras.
Es un engaña-muchachos.
A las 5p.m. se concentraron en terreno de la familia Quiliche, dueño que
gentilmente brindó un área a la población para que construyan su campamento, aproximadamente
a 300 metros del dique. “De aquí vigilamos. No vamos a permitir más movimiento
de tierra”. Los dirigentes tomaron la palabra uno por uno. Turnaremos nuestra
presencia. Vendrán más compañeros a respaldarnos, indicaban optimistamente. Fueron
las 6:30 de la tarde, ya de vuelta a casa.
A excepción del diario “La República”, ningún medio nacional estuvo en el
lugar. Sí presencia de medios internacionales, como si el interés mayor
estuviera fuera de las fronteras. Entonces con razón decimos: Quien no conoce
no tiene derecho a opinar.
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