Por: Segundo Matta Colunche
Histórico recibimiento a #GregorioSantos en Cajamarca |
Dice una frase proverbial: “nadie es profeta en su tierra”, al
referirse a quien obtiene desprendido merecimiento fuera de su lugar de origen,
cuando en el suyo no pudo alcanzar, por cuestiones diversas. Es una frase muy
usada cuando se trata de describir las potencialidades y debilidades de las
personas.
Sin embargo, a la luz de los hechos, parece que esta frase no
aplica para ciertos liderazgos populares. Para quienes viven su identidad,
defienden y luchan por ella, las profecías son mas bien buenaventuras de
victoria, que al no ser absoluta requiere sostenibilidad para lograr la
felicidad social.
Reflexionamos sobre ella para describir la liberación del líder
del Movimiento de Afirmación Social (MAS), #GregorioSantosGuerrero, preso
injustamente en el penal de máxima seguridad “Piedras Gordas” en Lima, por más
de 2 años.
A Santos se le acusa de supuestos actos de corrupción en la
administración pública sin que hasta el momento se haya encontrado pruebas para
acusarlo. Lo que se evidencia una verdadera persecución por su posición
ideológica y política frente al sistema. Pues no hubo mejor motivo para sus
adversarios que acusarlo de hechos dolosos. Así acostumbran para deslegitimar
ante un pueblo. Así acostumbra la derecha reaccionaria frente a sus enemigos.
En Cajamarca alquila “periodistas mercenarios”, utiliza títeres
para defender sus intereses. No importa cuanto daño se haga contra el honor y
la buena reputación de las personas. El fin justifica los medios.
Después de toda una campaña de desinformación e injusto
encarcelamiento, Santos volvió triunfal a su pueblo – Cajamarca -. Miles
esperaban verlo, abrazarlo y expresarle directamente su solidaridad. La
multitud que asistió, solo alcanzó verlo y logró escuchar sus palabras de aliento.
Lágrimas bañaban sus rostros al sentir en cuerpo entero la libertad.
Santos desafió una leve parálisis facial producto de la emoción.
Delegaciones del norte del Perú esperaron en Ciudad de Dios (cruce Cajamarca,
Trujillo y Chiclayo). Carteles de identidad se extendieron en calles de las
ciudades, mientras flameaban en el fondo
las banderas verdes y amarillas de la libertad.
Era imposible pasar un poblado sin que él se detenga por un
momento. En Tembladera y Chilete (Contumazá), y Asunción (Cajamarca) estuvo
obligado a realizar improvisados mítines. La gente quería escuchar su voz. Ya
en tierra cajamarquina, una caravana multicolor acompañaba al líder
masista.
El sol se ocultaba y entrada la noche, cohetes y bombardas
anunciaban pasos del hermano. En Cruz Blanca (salida a Chiclayo), miles de
amigos, simpatizantes y militantes del MAS y Democracia Directa esperaban su
llegada. Entre tanto, en la Plaza Principal de Cajamarca se concentraba la
multitud al compás de artistas cajamarquinos. Las calles se inundaron y el
tránsito se paralizó por varias horas.
Según información de la comisión organizadora, lo planificado
desbordó las expectativas. No alcanzaron controlar la multitud. El desorden les
vino encima. No hemos visto una actividad política tan particular como lo
sucedido el 03 de agosto. Esto ya es parte de la historia.
Goyo, con la naturalidad de siempre y con sus ideas claras sobre
la aspiración del proyecto izquierdista, concentró por más de 40 minutos a sus
seguidores. Mientras la multitud no dejaba de vitorear: “Goyo presidente”,
“Goyo amigo, el pueblo está contigo”, “en costa, sierra y selva; Goyo
presidente”. Las luces de los smartphones lucían en la noche. La tecnología
celular satisfacía con las imágenes de su líder.
¿Fue un éxito la presencia de Goyo? Sin apasionamiento,
consideramos que sí. El éxito, literalmente afirma la felicidad personal;
empero, cuando alcanza más allá de la ideas y el pensamiento, es satisfacción
social.
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