Por: José Alfredo Torres Salas (Iquitos)
De Gregorio Santos se ha
dicho muchas cosas. Causa simpatía entre los más pobres de la patria,
campesinos y obreros, trabajadores manuales e intelectuales afectados y
conscientes de los peligros de mantener un modelo liberal a ultranza. Es un
hombre de pueblo, no cabe dudas, es de padres campesinos, es el niño pobre que
ayudó a la economía familiar y que siendo joven se dio cuenta que su camino
estaría marcado por una búsqueda constante de transformación y crecimiento
personal por ello se convirtió en maestro de escuela pública. Es el maestro que
lucha junto a su pueblo o es el pueblo que lo ha elegido para luchar junto él
para terminar con siglos de marginación y olvido nacional. Los comentarios
hacia su persona son buenos entre la gente que reclama más oportunidades y una
mejor distribución de la riqueza, son pocos los presidentes regionales que han
asumido la defensa de los intereses de sus regiones frente al capital
transnacional, frente a la explotación indiscriminada de los recursos
naturales. El proyecto minero Conga puso de manifiesto su disposición de estar
al lado de los hombres del campo y ello es algo raro en un país donde los
gobernantes se olvidan de sus promesas electorales y truncan los sueños de
cambios políticos e incumplen las expectativas de la gente que los ha elegido.
Es el David luchando contra el Goliat del capitalismo. Los comentarios
negativos en su mayoría vienen de los grandes medios de comunicación nacional y
forman parte de una campaña bien elaborada de desprestigio contra las causas
que defiende, más que a su persona. Nadie en lo sectores de la derecha se
ocuparían de Santos si es que este no hubiera puesto en juego el estatus quo de
sus intereses económicos. Ahí está el temor de la DBA, y el terror que siembra
en los pasillos de los sectores conservadores. Para el pueblo Gregorio Santos,
es una buena alternativa de gobierno. Por lo visto en los últimos meses podemos
afirmar que tiene coherencia entre lo que dice y hace. Hernando de Soto ha
dicho de él: “Santos tocó una fibra muy sensible al diagnosticar que una
parte importante de los peruanos siente que hay desigualdad. Su mensaje de que
el sistema legal que gobierna la economía “excluye a la mayorías” está calando
hondo. Su denuncia devela que los pobres están excluidos de la propiedad, y con
eso ha conquistado el presente.” El reconocimiento viene precisamente de la
orilla ideológica contraria de la que Santos forma parte.
El 18 de Noviembre
Santos fue elegido presidente del MAS pero el MAS no es Gregorio Santos es de
los ronderos, de los cientos y miles de campesinos, de los hombres y mujeres
del pueblo; trabajadores y empleados, y demás sectores sociales golpeados por
el neoliberalismo, no es solamente de la izquierda, es de todos los peruanos.
En su congreso fundacional todos ellos nos han brindado una nueva esperanza al
país, - si es que no lo han dado ya- para continuar la brega por la gran
trasformación social que el Perú reclama. Pero, ¿Qué es el MAS? El Movimiento
de Afirmación Social es la nueva bandera de lucha del pueblo explotado y
oprimido, es la alternativa política que mejor encarna los intereses de la
clase trabajadora y de los hombres del campo, es un elemento de unidad de los
sectores democráticos, patrióticos y de izquierda, es la nueva utopía de los
soñadores, y el instrumento político de quienes nunca renunciamos a tener un
país próspero para todos con un modelo de desarrollo sostenible. Su congreso
fundacional es el punto de partida de un nuevo proceso de unidad de la
izquierda y demás sectores progresistas pero a la vez es la continuidad de las
mejores tradiciones de lucha del pueblo peruano que a lo largo de la historia
republicana exige cuanto antes un Perú más justo para todos, sin
discriminaciones y postergaciones sociales. Santos tiene una enorme responsabilidad
para quienes confían en él. El pueblo, el de a pie, en su mayoría no es de
izquierda y, muchas veces, no entiende de ideología ni de programas, pero si
sabe mucho y aprendió en estas décadas difíciles que son los actos el mejor
testimonio de una persona, por eso confían en Gregorio Santos. Nosotros
confiamos en él. Personalmente no lo conozco, no hace falta, se puede saber
mucho de una persona por sus actos. Las injusticias que denuncia, los derechos
que reclama y los sueños que todos anhelamos es la mejor prueba de que estamos
ante una persona que está dispuesta a dar lo mejor de sí, en procura de un
mejor porvenir para todos. A la izquierda le salió su outsider, no, Santos es
el INKARI redimido que salió de la sierra de Cajamarca para luchar nuevamente
junto a su pueblo, para rehacer la historia.
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