lunes, 19 de noviembre de 2012

No conozco a Gregorio Santos, pero sí, las causas que defiende

Por: José Alfredo Torres Salas (Iquitos)
De Gregorio Santos se ha dicho muchas cosas. Causa simpatía entre los más pobres de la patria, campesinos y obreros, trabajadores manuales e intelectuales afectados y conscientes de los peligros de mantener un modelo liberal a ultranza. Es un hombre de pueblo, no cabe dudas, es de padres campesinos, es el niño pobre que ayudó a la economía familiar y que siendo joven se dio cuenta que su camino estaría marcado por una búsqueda constante de transformación y crecimiento personal por ello se convirtió en maestro de escuela pública. Es el maestro que lucha junto a su pueblo o es el pueblo que lo ha elegido para luchar junto él para terminar con siglos de marginación y olvido nacional. Los comentarios hacia su persona son buenos entre la gente que reclama más oportunidades y una mejor distribución de la riqueza, son pocos los presidentes regionales que han asumido la defensa de los intereses de sus regiones frente al capital transnacional, frente a la explotación indiscriminada de los recursos naturales. El proyecto minero Conga puso de manifiesto su disposición de estar al lado de los hombres del campo y ello es algo raro en un país donde los gobernantes se olvidan de sus promesas electorales y truncan los sueños de cambios políticos e incumplen las expectativas de la gente que los ha elegido. Es el David luchando contra el Goliat del capitalismo. Los comentarios negativos en su mayoría vienen de los grandes medios de comunicación nacional y forman parte de una campaña bien elaborada de desprestigio contra las causas que defiende, más que a su persona. Nadie en lo sectores de la derecha se ocuparían de Santos si es que este no hubiera puesto en juego el estatus quo de sus intereses económicos. Ahí está el temor de la DBA, y el terror que siembra en los pasillos de los sectores conservadores. Para el pueblo Gregorio Santos, es una buena alternativa de gobierno. Por lo visto en los últimos meses podemos afirmar que tiene coherencia entre lo que dice y hace. Hernando de Soto ha dicho de él: “Santos tocó una fibra muy sensible al diagnosticar que una parte importante de los peruanos siente que hay desigualdad. Su mensaje de que el sistema legal que gobierna la economía “excluye a la mayorías” está calando hondo. Su denuncia devela que los pobres están excluidos de la propiedad, y con eso ha conquistado el presente.” El reconocimiento viene precisamente de la orilla ideológica contraria de la que Santos forma parte.
El 18 de Noviembre Santos fue elegido presidente del MAS pero el MAS no es Gregorio Santos es de los ronderos, de los cientos y miles de campesinos, de los hombres y mujeres del pueblo; trabajadores y empleados, y demás sectores sociales golpeados por el neoliberalismo, no es solamente de la izquierda, es de todos los peruanos. En su congreso fundacional todos ellos nos han brindado una nueva esperanza al país, - si es que no lo han dado ya- para continuar la brega por la gran trasformación social que el Perú reclama. Pero, ¿Qué es el MAS? El Movimiento de Afirmación Social es la nueva bandera de lucha del pueblo explotado y oprimido, es la alternativa política que mejor encarna los intereses de la clase trabajadora y de los hombres del campo, es un elemento de unidad de los sectores democráticos, patrióticos y de izquierda, es la nueva utopía de los soñadores, y el instrumento político de quienes nunca renunciamos a tener un país próspero para todos con un modelo de desarrollo sostenible. Su congreso fundacional es el punto de partida de un nuevo proceso de unidad de la izquierda y demás sectores progresistas pero a la vez es la continuidad de las mejores tradiciones de lucha del pueblo peruano que a lo largo de la historia republicana exige cuanto antes un Perú más justo para todos, sin discriminaciones y postergaciones sociales. Santos tiene una enorme responsabilidad para quienes confían en él. El pueblo, el de a pie, en su mayoría no es de izquierda y, muchas veces, no entiende de ideología ni de programas, pero si sabe mucho y aprendió en estas décadas difíciles que son los actos el mejor testimonio de una persona, por eso confían en Gregorio Santos. Nosotros confiamos en él. Personalmente no lo conozco, no hace falta, se puede saber mucho de una persona por sus actos. Las injusticias que denuncia, los derechos que reclama y los sueños que todos anhelamos es la mejor prueba de que estamos ante una persona que está dispuesta a dar lo mejor de sí, en procura de un mejor porvenir para todos. A la izquierda le salió su outsider, no, Santos es el INKARI redimido que salió de la sierra de Cajamarca para luchar nuevamente junto a su pueblo, para rehacer la historia.

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