domingo, 22 de febrero de 2015

Comunicación intercultural, necesidad urgente

Por: Segundo Matta Colunche

Ciudadana cajamarquina (Chetilla)
En la educación intercultural somos diferentes, pero dentro de las diferencias podemos ser felices y comprendernos.

Acabamos de iniciar la asignatura: “Comunicación Intercultural y Globalización”, cuarto curso de la Maestría en Comunicación, de la escuela de Post Grado de la Universidad Nacional de Cajamarca. Conceptos y definiciones que permiten entender la complejidad de la comunicación al referirnos a las diferentes organizaciones sociales (multiculturales). Los medios tecnológicos han contribuido a fortalecer las comunicaciones, sin embargo para una mayor efectividad, estas tienes que abordarse de manera integral, comprendiendo los factores económicos, políticos y socioculturales.

El ser humano puede adaptarse a las diferentes manifestaciones culturales, pero es necesario que lo haga sin perder su identidad. Comprender la Comunicación Intercultural (CI) significa valorar las diferentes manifestaciones de las organizaciones. “El hombre tiene necesidad de ser comprendido, de reafirmar su identidad e intercambiar sus experiencias con los demás hombres en la sociedad que les ha tocado vivir. Comunicar es hacer circular, con el mínimo de ruido y máximo de rentabilidad informativa, un mensaje de un polo a otro en una sola dirección” (Martín Barbero 2004.

Cajamarca es una región multicultural: La vestimenta, actitudes, gestos, costumbres, lengua, pensamiento religioso, arte, ideología, etc.; expresan la necesidad de comprendernos en medio de la diversidad. Sin embargo somos una región con grandes desigualdades históricas, ni la revolución del 54 ayudó a comprender la grandeza de un pueblo, tampoco las últimas luchas justas de los cajamarquinos por la defensa de sus recursos naturales. La responsabilidad es compartida: El Estado ha estado ausente en más de 180 años de vida republicana, el centralismo ha fraccionado la unidad regional y las trasnacionales ha condenado a nuestro pueblo a una polarización injusta.

Los hermanos de Chetilla o los Awuajun en San Ignacio, esperan que sus necesidades sean atendidas, no como ciudadanos de segunda clase o categoría como afirmaba Alan García, sino como peruanos, como seres humanos. No se necesita cambiar su cultura para salir de la situación en la que se encuentran, urge potenciarlos no solo para conocer nuestra historia, sino para valorarlos en su real dimensión como expresión auténtica de su identidad. ¿Quiénes de los que asumen funciones comunicativas han orientado sus espacios a valorar lo que tenemos? La respuesta es obvia: hay un vacío en la comunicación intercultural, tarea que queda afrontar con un fuerte sentido crítico y autocrítico.

La comunicación debe tener un carácter democrático (transformación), se desarrolla respetando procesos, implica diálogo horizontal, criterio eficaz de reflexión y acción; y siempre participa en doble vía (al servicio de las mayorías). Negar lo que dice Saladrigas, nos llevará a ignorar los principios básicos de la comunicación. El respeto a la dignidad y honor de las personas son principios rectores de una comunicación decente.

En todo el sentido comunicativo, el protagonista principal es el hombre: “él hace su historia con su actividad, crea el cuerpo de la cultura y a través de ella prueba ser un ser esencial, se universaliza” (Estrada, s.f). Hoy la modernidad exige hombres con sentido crítico de la realidad, investigador por antonomasia y buscador de soluciones amplias. No niega la debilidad de ésta, pero crea espacios para su desarrollo. Finalmente, puede ser limitado el análisis que hacemos, pero orienta al respeto y la práctica de las diferentes manifestaciones sociales y culturales como expresión democrática de nuestra civilización.


El Gobierno Regional Cajamarca, con limitados presupuestos económicos llega con acciones concretas a lugares que fueron excluidas durante muchos años: hay nuevas plazas de bilingüe para Chetilla y San Ignacio (desde el nivel inicial), en San Ignacio ejecuta proyectos y actividades de desarrollo económico como: electrificación y mejora de sus actividades agropecuarias como el cultivo del café. Las acciones todavía son mínimas, sin embargo se necesita presencia de todos los actores del Estado. Desarrollemos una comunicación intercultural que por justicia corresponde a quienes estamos comprometidos.

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