Por: Segundo Matta Colunche
Ciudadana cajamarquina (Chetilla) |
En
la educación intercultural somos diferentes, pero dentro de las diferencias
podemos ser felices y comprendernos.
Acabamos de iniciar
la asignatura: “Comunicación Intercultural y Globalización”, cuarto curso de la
Maestría en Comunicación, de la escuela de Post Grado de la Universidad
Nacional de Cajamarca. Conceptos y definiciones que permiten entender la
complejidad de la comunicación al referirnos a las diferentes organizaciones
sociales (multiculturales). Los medios tecnológicos han contribuido a
fortalecer las comunicaciones, sin embargo para una mayor efectividad, estas
tienes que abordarse de manera integral, comprendiendo los factores económicos,
políticos y socioculturales.
El ser humano puede
adaptarse a las diferentes manifestaciones culturales, pero es necesario que lo
haga sin perder su identidad. Comprender la Comunicación Intercultural (CI)
significa valorar las diferentes manifestaciones de las organizaciones. “El hombre tiene necesidad de ser
comprendido, de reafirmar su identidad e intercambiar sus experiencias con los
demás hombres en la sociedad que les ha tocado vivir. Comunicar es hacer
circular, con el mínimo de ruido y máximo de rentabilidad informativa, un
mensaje de un polo a otro en una sola dirección” (Martín Barbero 2004.
Cajamarca es una
región multicultural: La vestimenta, actitudes, gestos, costumbres, lengua,
pensamiento religioso, arte, ideología, etc.; expresan la necesidad de
comprendernos en medio de la diversidad. Sin embargo somos una región con
grandes desigualdades históricas, ni la revolución del 54 ayudó a comprender la
grandeza de un pueblo, tampoco las últimas luchas justas de los cajamarquinos
por la defensa de sus recursos naturales. La responsabilidad es compartida: El Estado
ha estado ausente en más de 180 años de vida republicana, el centralismo ha fraccionado
la unidad regional y las trasnacionales ha condenado a nuestro pueblo a una
polarización injusta.
Los hermanos de
Chetilla o los Awuajun en San Ignacio, esperan que sus necesidades sean
atendidas, no como ciudadanos de segunda clase o categoría como afirmaba Alan
García, sino como peruanos, como seres humanos. No se necesita cambiar su
cultura para salir de la situación en la que se encuentran, urge potenciarlos
no solo para conocer nuestra historia, sino para valorarlos en su real
dimensión como expresión auténtica de su identidad. ¿Quiénes de los que asumen
funciones comunicativas han orientado sus espacios a valorar lo que tenemos? La
respuesta es obvia: hay un vacío en la comunicación intercultural, tarea que
queda afrontar con un fuerte sentido crítico y autocrítico.
La comunicación debe
tener un carácter democrático (transformación), se desarrolla respetando
procesos, implica diálogo horizontal, criterio eficaz de reflexión y acción; y
siempre participa en doble vía (al servicio de las mayorías). Negar lo que dice
Saladrigas, nos llevará a ignorar los principios básicos de la comunicación. El
respeto a la dignidad y honor de las personas son principios rectores de una
comunicación decente.
En todo el sentido
comunicativo, el protagonista principal es el hombre: “él hace su historia con
su actividad, crea el cuerpo de la cultura y a través de ella prueba ser un ser
esencial, se universaliza” (Estrada, s.f). Hoy la modernidad exige hombres con
sentido crítico de la realidad, investigador por antonomasia y buscador de
soluciones amplias. No niega la debilidad de ésta, pero crea espacios para su
desarrollo. Finalmente, puede ser limitado el análisis que hacemos, pero
orienta al respeto y la práctica de las diferentes manifestaciones sociales y
culturales como expresión democrática de nuestra civilización.
El Gobierno Regional Cajamarca,
con limitados presupuestos económicos llega con acciones concretas a lugares
que fueron excluidas durante muchos años: hay nuevas plazas de bilingüe para
Chetilla y San Ignacio (desde el nivel inicial), en San Ignacio ejecuta proyectos
y actividades de desarrollo económico como: electrificación y mejora de sus
actividades agropecuarias como el cultivo del café. Las acciones todavía son
mínimas, sin embargo se necesita presencia de todos los actores del Estado. Desarrollemos
una comunicación intercultural que por justicia corresponde a quienes estamos
comprometidos.
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