miércoles, 20 de agosto de 2014

Renovación periodística

Por: Segundo Matta Colunche

Constitucionalista Alberto Borea Odría
Alberto Borea: “El periodismo levanta la circunstancia para que se conozca, pero no puede levantarla para que se condene directamente. El periodismo no puede convertir en culpables a las personas que sindica”.

Durante las últimas décadas los periodistas con raras excepciones han perdido el respeto y credibilidad de la población. Muchos de ellos se alquilaron en la época más nefasta de la historia republicana (dictadura fujimorista). La televisión, la radio y la prensa escrita eran controladas por el poder político y económico, abominada por la mayoría. Hoy, no ha cambiado casi nada. La prensa gira en función de intereses de los dueños del Perú, quitándole el derecho al pueblo a saber la verdad.

El grupo El Comercio, que concentra inconstitucionalmente cerca del 80% de medios de comunicación del Perú; no deja espacio para la divergencia. Orienta su línea editorial y periodística a defender el modelo económico neoliberal y cuestiona severamente las propuestas progresistas y de izquierda. Aliado a los grupos de poder económico como Newmont-Yanacocha, emprende campañas de desinformación y desprestigio contra líderes sociales y políticos regionales (Santos de Cajamarca sufrió la guerra sucia mediática y salvaje). Para los periodistas reaccionarios “todo privado es bueno”, por eso hay que privatizar el agua, la electricidad, los bosques, las escuelas, la salud, el petróleo, las carreteras y hasta los programas sociales. El Estado sólo debe monitorear lo que hace las empresas. Se deben perdonar multas y brindar facilidades para mejores ganancias. En otras palabras nos dice: “más ganancias para los ricos y miseria para el pueblo”.

Podría generar debate las declaraciones del constitucionalista Alberto Borea, difundido hoy en el diario “Uno” de Lima, sobre el rol de la prensa peruana y de quienes administran justicia. El hombre de leyes considera que jueces y fiscales timoratos se dejan influenciar por los medios de comunicación en la que no se respeta la presunción de inocencia y se envía a prisión a quienes los periodistas acusan en sus informes o portadas. Considera que hay necesidad de una renovación periodística amparada en una ley que sancione los excesos de la prensa.

Ha! Pero cuidado. No falta que mañana salgan a decir: “es un modelo chavista, quieren controlar los medios de comunicación y atenta contra la libertad de prensa y expresión del país”. Claro, atenta contra la libertad de prensa cuando les conviene y está bien cuando difaman y destruyen la dignidad de las personas. Como dice Borea: “…muchos de los que apoyaron al fujimorismo en los 90 ahora nos quieren dar clases de moralidad y decencia”. Coincidimos con el constitucionalista, quien afirma que es necesario plantear una ley que sancione los excesos de la prensa y se brinde un espacio gratuito a las autoridades elegidas por el pueblo para que se dirijan a sus electores.

Así como exigimos independencia y pluralidad en los medios de comunicación, también los poderes del Estado deben seguir un camino decente. Luís Pásara, afirma: “La prisión preventiva se está usando como una suerte de mascarada para esconder la incapacidad de los fiscales, como arma política para descalificar a los adversarios”. IDL: “El juez quiere evitar que la prensa le meta un periodicazo y lo lapide, y por eso dicta la prisión preventiva a las personas”. Borea, no deja duda que la renovación periodística es necesaria y urgente.

Más allá de promover leyes, queda que los periodistas decentes (los pocos que hay) apuesten por un periodismo democrático y decente. En Cajamarca se puede evidenciar lo podrido que está un sector de la prensa. Todo gira en función a la plata de Yanacocha o del clan Ramírez, que por lo pronto hay muchas dudas de donde viene el dinero.


Me parece importante que candidatos maltratados por el mercenarismo mediático hagan oídos sordos a tal infamia. La mejor comunicación es el contacto directo con el pueblo, ya que es quien al final juzga. 

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