Por: Segundo Matta Colunche
El último Adios a Mariátegui (1930) |
Para
los peruanos y en especial para Cajamarca, Mariátegui es el paradigma de la
libertad y la justicia social. No será posible alcanzar la cima si no hay
justicia para todos.
Hoy, 16 de marzo, recordamos
84 años de la desaparición física de José Carlos Mariátegui La Chira, el gran
Amauta, político, intelectual, periodista, dirigente, amigo y combatiente de la
pobreza. Es uno de los principales estudiosos del marxismo en Iberoamérica,
destacando entre todos sus libros los Siete Ensayos de Interpretación de la
Realidad Peruana, obra de referencia para la intelectualidad del
continente.
Mariátegui, fundador
del Socialismo (1928) y de la Confederación General de Trabajadores del Perú
CGTP (1929); dio direccionalidad política a la organización de los trabajadores
peruanos. "La organización de los
obreros y campesinos con carácter netamente clasista constituye el objeto de
nuestro esfuerzo y nuestra propaganda", frase que enarboló en el seno
de las masas. Su pensamiento sigue vigente hasta nuestros días y lo será por
siglos, mientras exista un pueblo que se resiste a las injusticias y abusos del
capital. Aspiramos al Socialismo como acción heroica del pueblo. Como él mismo,
dijera: “No queremos, ciertamente, que el
socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heróica. Tenemos que
dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al
socialismo indoamericano. He aquí una misión digna de una generación nueva.”
Cajamarca tiene mucha
relación con su pensamiento, en más de 160 años de vida departamental (1854 -
2014), ha desarrollado acciones revolucionarias de lucha histórica por su
independencia y dignidad. Esto cabe exactamente en lo que Mariátegui decía: "Si la revolución exige violencia,
autoridad, disciplina, estoy por la violencia, por la autoridad, por la
disciplina. Las acepto, en bloque con todos sus horrores sin reservas
cobardes". Casanova, Egúsquiza, Villanueva y muchos héroes anónimos
lucharon bajo una legítima revolución armada. ¡Honor y gloria a ellos!
Estamos en otros
tiempos, y el pensamiento de Mariátegui también nos abre la memoria, en
referencia a las últimas luchas del pueblo de Cajamarca, en defensa de sus
recursos naturales. Esto no quiere decir que estamos de acuerdo con la lucha
armada u otras acciones de violencia, pero sí formamos parte de una revolución
diaria de pensamiento y de defensa de los estropeados derechos humanos y de los
más pobres.
“No
nos contentamos con reivindicar el derecho del indio a la educación, a la
cultura, al progreso, al amor y al cielo. Comenzamos por reivindicar,
categóricamente, su derecho a la tierra.”, decía el Amauta; absolutamente nadie, por justicia,
puede despojarnos de nuestras tierras y quitarnos el derecho a proteger
nuestros recursos naturales; fundamento histórico para mantener la unidad por
la soberanía y justicia de nuestra región.
Para el gobierno
regional de Cajamarca, Mariátegui no está muerto. Vive en el sentimiento y en
el corazón de miles de campesinos, obreros, maestros, estudiantes, artistas,
periodistas, intelectuales, medioambientalistas, ecologistas y todos quienes
aspiran a construir una región y una patria diferente. Sus más de 20 obras
publicadas y cientos de escritos que aún son inéditos, son la base teórica y de
dirección de las organizaciones y la Izquierda Peruana, sirven como guía para
la construcción de un nuevo Perú con justicia social.
Todo peruano
consciente de su realidad, está obligado a leer o releer las obras de
Mariátegui. Convertir su teoría en práctica es el reto, hoy. Demostrar
consecuencia y lealtad a su pueblo y su partido. Y desde los espacios de los
partidos políticos u organizaciones, dignificar la política manchada y
contagiada por sectores reaccionarios, quienes sólo piensan en la tecnocracia y
plutocracia como formas de gobierno.
Necesitamos un ideal,
un programa como estrategia de lucha. Es obligación del militante construirlos
desde las bases. ¡Honor y Gloria a Mariátegui! ¡Hasta la victoria siempre!
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