miércoles, 16 de abril de 2014

Mariátegui vive en el corazón del pueblo

Por: Segundo Matta Colunche

El último Adios a Mariátegui (1930)
Para los peruanos y en especial para Cajamarca, Mariátegui es el paradigma de la libertad y la justicia social. No será posible alcanzar la cima si no hay justicia para todos.

Hoy, 16 de marzo, recordamos 84 años de la desaparición física de José Carlos Mariátegui La Chira, el gran Amauta, político, intelectual, periodista, dirigente, amigo y combatiente de la pobreza. Es uno de los principales estudiosos del marxismo en Iberoamérica, destacando entre todos sus libros los Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, obra de referencia para la intelectualidad del continente.

Mariátegui, fundador del Socialismo (1928) y de la Confederación General de Trabajadores del Perú CGTP (1929); dio direccionalidad política a la organización de los trabajadores peruanos. "La organización de los obreros y campesinos con carácter netamente clasista constituye el objeto de nuestro esfuerzo y nuestra propaganda", frase que enarboló en el seno de las masas. Su pensamiento sigue vigente hasta nuestros días y lo será por siglos, mientras exista un pueblo que se resiste a las injusticias y abusos del capital. Aspiramos al Socialismo como acción heroica del pueblo. Como él mismo, dijera: “No queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heróica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indoamericano. He aquí una misión digna de una generación nueva.”

Cajamarca tiene mucha relación con su pensamiento, en más de 160 años de vida departamental (1854 - 2014), ha desarrollado acciones revolucionarias de lucha histórica por su independencia y dignidad. Esto cabe exactamente en lo que Mariátegui decía: "Si la revolución exige violencia, autoridad, disciplina, estoy por la violencia, por la autoridad, por la disciplina. Las acepto, en bloque con todos sus horrores sin reservas cobardes". Casanova, Egúsquiza, Villanueva y muchos héroes anónimos lucharon bajo una legítima revolución armada. ¡Honor y gloria a ellos!

Estamos en otros tiempos, y el pensamiento de Mariátegui también nos abre la memoria, en referencia a las últimas luchas del pueblo de Cajamarca, en defensa de sus recursos naturales. Esto no quiere decir que estamos de acuerdo con la lucha armada u otras acciones de violencia, pero sí formamos parte de una revolución diaria de pensamiento y de defensa de los estropeados derechos humanos y de los más pobres.

“No nos contentamos con reivindicar el derecho del indio a la educación, a la cultura, al progreso, al amor y al cielo. Comenzamos por reivindicar, categóricamente, su derecho a la tierra.”, decía  el Amauta; absolutamente nadie, por justicia, puede despojarnos de nuestras tierras y quitarnos el derecho a proteger nuestros recursos naturales; fundamento histórico para mantener la unidad por la soberanía y justicia de nuestra región.

Para el gobierno regional de Cajamarca, Mariátegui no está muerto. Vive en el sentimiento y en el corazón de miles de campesinos, obreros, maestros, estudiantes, artistas, periodistas, intelectuales, medioambientalistas, ecologistas y todos quienes aspiran a construir una región y una patria diferente. Sus más de 20 obras publicadas y cientos de escritos que aún son inéditos, son la base teórica y de dirección de las organizaciones y la Izquierda Peruana, sirven como guía para la construcción de un nuevo Perú con justicia social.

Todo peruano consciente de su realidad, está obligado a leer o releer las obras de Mariátegui. Convertir su teoría en práctica es el reto, hoy. Demostrar consecuencia y lealtad a su pueblo y su partido. Y desde los espacios de los partidos políticos u organizaciones, dignificar la política manchada y contagiada por sectores reaccionarios, quienes sólo piensan en la tecnocracia y plutocracia como formas de gobierno.

Necesitamos un ideal, un programa como estrategia de lucha. Es obligación del militante construirlos desde las bases. ¡Honor y Gloria a Mariátegui! ¡Hasta la victoria siempre!

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