Por: Segundo Matta Colunche
Presidente Ollanta Humala y su portátil de Cajamarca |
En 2010, el presupuesto
designado al pago de gobernadores fue de S/.46’220.000; en el 2011,
S/.52’505.000; 2012, S/.65’971.000 y; S/.33’440.000 en 2013 (se redujo a la
mitad porque la Onagi cambió de pliego, pasaba a ser una entidad con autonomía
propia). Sin embargo en 2014 el presupuesto se triplicó a S/.84’692.000.
La Ley de Bases de la Descentralización No. 27783,
publicada en el diario oficial El Peruano, el 20 de abril del 2002, fija las
normas y procedimientos de descentralización del gobierno en aspectos
administrativos, económicos, productivos, financieros, tributarios y fiscales;
competencias que en regiones debe estar a cargo de los gobiernos sub
nacionales, como determina el artículo 08: “La
autonomía es el derecho y la capacidad efectiva del gobierno en sus tres
niveles, de normar, regular, y administrar los asuntos públicos de su
competencia”.
Sí, en el marco de la autonomía que les confiere
la ley, son los gobiernos sub nacionales los que tienen la responsabilidad y el
derecho de promover y gestionar el desarrollo de sus circunscripciones, en el
marco de la unidad de la nación y bajo las leyes constitucionales. Entonces
¿Qué hacen los gobernadores? La respuesta es evidente, cumplen la función de
“sobonaje y soplonaje” como manifestara, César Flores Berríos, en un post
publicado en su página de Facebook.
El más claro ejemplo se evidencia en Cajamarca,
cuyo gobernador regional Ever Hernández Cervera, sólo se ha dedicado a criticar
y desinformar sobre la gestión regional, gobiernos locales y organizaciones
sociales. Fiel a su estilo y obediente de las directivas de su jefa Dacia Nena Escalante,
-la manda más de la Oficina Nacional de Gobierno Interior- (Onagi), cumple con
defender a raja tabla el cuestionado proyecto minero Conga y los programas
sociales.
Algunas evidencias muestran que los gobernadores están
alineados a las determinaciones de la pareja presidencial, si sucede lo
contrario, los cambian inmediato como sucedió en Cutervo, cuando el gobernador
Aurelio Quiróz anunció una posible alianza con Fuerza Social. “Todos los
gobernadores deben apoyar a Bobadilla, sin resistencia ni murmuraciones”.
Pero esto no es todo: El gobierno central en su
ambición re-centralista, en Cajamarca ha instalado oficinas del Ministerio de
Vivienda, Energía y Minas, Economía, Mides, y otras; que definitivamente
paralelizan la gestión regional y local. Ésta no es otra cosa que concentración
de instituciones con evidente tufo político, ante la ausencia de partidos y movimientos
políticos orgánicos.
La portátil de Humala, conformada por
gobernadores, muchos de ellos sin un perfil político determinado, representa a
la emoción momentánea. Aquí no hay principios políticos ni ideologías definidas
sino carencia de militantes. Terminado el gobierno “nacionalista”, cada uno
tomará su propio camino como sucedió con Perú Posible, Frente Independiente
Moralizador, Somos Perú, el “limatizado” PPC y otros. El “Nacionalismo” no es
un partido político, es un movimiento
electoral coyuntural.
Las portátiles a sueldo también se evidencian en
otros sectores: En Cajamarca, Yanacocha apeló a Luis Guerrero, Emilio Horna,
Jorge Vergara, Manuel Becerra, periodistas y
sus ya conocidos candidatos. Sería necesario que El Comercio, también
diga algo de ellos.
Una cosa es seguir al líder u organización por
militancia o simpatía, otra es por adulonería y soplonería. Esperamos que los
gobernadores (portátil de Humala) se conviertan en militantes orgánicos y no
los que evidenciamos ahora.
Humala rompió el proceso de descentralización y
bonificó presupuestalmente a sus gobernadores para hacer frente a los gobiernos
sub nacionales. Estas oficinas sólo cumplen funciones de trámite documentario
para la otorgación de garantías personales y autorizaciones para eventos, que
muy bien podrían hacerlo las comandancias policiales de cada jurisdicción.
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