Por: Segundo Matta Colunche
Adios Edita Guerrero |
La discriminación al
pobre, al indio, al serrano se mantiene desde tiempos coloniales. El modelo de
colonización implantado hace 500 años, pese a esfuerzos internacionales por
contrarrestarlos, aún hace escarnio contra el pueblo y sus líderes.
La muerte de Edita Guerrero (vocalista del popular grupo de
cumbia “Corazón Serrano” de
Huancabamba-Piura), consternó a la gran mayoría de peruanos. Su voz y el
ritmo de su grupo quedaron grabados en el sentimiento de la juventud y de
quienes valoramos el arte y la cultura como expresión viva de los pueblos. Sus
éxitos no nos hacían presagiar que una mujer hermosa y joven dejara esta vida
tan temprano.
Pero la atención no sólo se centró en la desaparición física de
Edita Guerrero, sino también los comentarios racistas que intentaban
desprestigiarla en las redes sociales. Para los alienados que no conocen la
realidad de nuestro país (DBA), los peruanos del Perú profundo no existen, y sí
existen es solo como: cholos, ignorantes, serranos, chicheros, cobrizos, indios
e indígenas. Sin embargo, la discriminación también viene desde las
autoridades: García llamó a los peruanos, que luchaban por la defensa de sus
bosques, agua y fauna, ciudadanos de segunda categoría (Baguazo 2009). Fujimori
mandó asesinar a estudiantes y maestros, y además, desde el Ministerio de Salud
puso en práctica un Plan de Esterilizaciones Forzadas para que las madres
pobres y humildes de la sierra peruana no tengan hijos. Ollanta no se queda
atrás porque utilizó la DINOES para reprimir a los Cajamarquinos que luchan
contra el cuestionado proyecto Conga (5 hermanos asesinados, 75 heridos y más
de 150 denunciados). Como podemos ver, la discriminación no solo es verbal sino
también práctica. El que no haya culpables por tantas muertes es también
discriminación.
Todavía en el Perú tenemos personas que no pisan tierra, que viven
en el paraíso colosal y poco o nada les interesa la cruda realidad que viven
más de 7 millones de peruanos que están en extrema pobreza. Cuando ven aun
campesino, rondero, madre, dirigente o estudiante de escuela pública avanzar
espacios políticos en la vida democrática del país. No debemos sorprendernos: A
Vallejo lo calificaron como “Ese Cholo que se cree poeta”, a Flor Pucarina nunca
la quisieron ni siquiera cuando un mar de gente fue a enterrarla y, tampoco supieron
por qué “Cuando Chacalón canta los cerros bajan”. Discriminados por los
oligarcas, pero resucitados por el pueblo.
Son repudiables estas actitudes de un pequeño sector que se
creen virreyes en nuestro país y extranjeros en su propia patria. Y hasta creen
que tienen el derecho de insultar a quien ha luchado para salir adelante y que
ha logrado calar en el corazón del pueblo peruano. Por eso, al igual que
Corazón Serrano, también los huaynos de Ayacucho, carnavales de Cajamarca,
Santiagos de Puno o toadas de la selva peruana, expresan que cada región tiene
sus propias particularidades; y por ello, merecen nuestro respeto y
reconocimiento.
Quisiera rendir un homenaje al grupo que dio otro valor a la
palabra “Serrano”, muchos de sus temas son parte del recuerdo de niños, jóvenes
y adultos. Edita Guerrero, es las lágrimas de una barriada y es el sentimiento
hecho canción. Estoy seguro que su recuerdo luchará para que en este país se terminen
la segregación, el racismo, la pobreza y todos los males que sufre su pueblo.
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