martes, 4 de marzo de 2014

No a la discriminación

Por: Segundo Matta Colunche


Adios Edita Guerrero

La discriminación al pobre, al indio, al serrano se mantiene desde tiempos coloniales. El modelo de colonización implantado hace 500 años, pese a esfuerzos internacionales por contrarrestarlos, aún hace escarnio contra el pueblo y sus líderes.

La muerte de Edita Guerrero (vocalista del popular grupo de cumbia “Corazón Serrano” de  Huancabamba-Piura), consternó a la gran mayoría de peruanos. Su voz y el ritmo de su grupo quedaron grabados en el sentimiento de la juventud y de quienes valoramos el arte y la cultura como expresión viva de los pueblos. Sus éxitos no nos hacían presagiar que una mujer hermosa y joven dejara esta vida tan temprano. 

Pero la atención no sólo se centró en la desaparición física de Edita Guerrero, sino también los comentarios racistas que intentaban desprestigiarla en las redes sociales. Para los alienados que no conocen la realidad de nuestro país (DBA), los peruanos del Perú profundo no existen, y sí existen es solo como: cholos, ignorantes, serranos, chicheros, cobrizos, indios e indígenas. Sin embargo, la discriminación también viene desde las autoridades: García llamó a los peruanos, que luchaban por la defensa de sus bosques, agua y fauna, ciudadanos de segunda categoría (Baguazo 2009). Fujimori mandó asesinar a estudiantes y maestros, y además, desde el Ministerio de Salud puso en práctica un Plan de Esterilizaciones Forzadas para que las madres pobres y humildes de la sierra peruana no tengan hijos. Ollanta no se queda atrás porque utilizó la DINOES para reprimir a los Cajamarquinos que luchan contra el cuestionado proyecto Conga (5 hermanos asesinados, 75 heridos y más de 150 denunciados). Como podemos ver, la discriminación no solo es verbal sino también práctica. El que no haya culpables por tantas muertes es también discriminación. 

Todavía en el Perú tenemos personas que no pisan tierra, que viven en el paraíso colosal y poco o nada les interesa la cruda realidad que viven más de 7 millones de peruanos que están en extrema pobreza. Cuando ven aun campesino, rondero, madre, dirigente o estudiante de escuela pública avanzar espacios políticos en la vida democrática del país. No debemos sorprendernos: A Vallejo lo calificaron como “Ese Cholo que se cree poeta”, a Flor Pucarina nunca la quisieron ni siquiera cuando un mar de gente fue a enterrarla y, tampoco supieron por qué “Cuando Chacalón canta los cerros bajan”. Discriminados por los oligarcas, pero resucitados por el pueblo.

Son repudiables estas actitudes de un pequeño sector que se creen virreyes en nuestro país y extranjeros en su propia patria. Y hasta creen que tienen el derecho de insultar a quien ha luchado para salir adelante y que ha logrado calar en el corazón del pueblo peruano. Por eso, al igual que Corazón Serrano, también los huaynos de Ayacucho, carnavales de Cajamarca, Santiagos de Puno o toadas de la selva peruana, expresan que cada región tiene sus propias particularidades; y por ello, merecen nuestro respeto y reconocimiento. 

Quisiera rendir un homenaje al grupo que dio otro valor a la palabra “Serrano”, muchos de sus temas son parte del recuerdo de niños, jóvenes y adultos. Edita Guerrero, es las lágrimas de una barriada y es el sentimiento hecho canción. Estoy seguro que su recuerdo luchará para que en este país se terminen la segregación, el racismo, la pobreza y todos los males que sufre su pueblo.

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