lunes, 24 de febrero de 2014

¿Se va? o ¿lo botan?

Por: Segundo Matta Colunche



César Villanueva duró 3 meses 24 días en el cargo de Presidente del Consejo de Ministros

En medio de fuertes críticas, formalizó su renuncia irrevocable al cargo de Primer Ministro, César Villanueva, a quien se le recordará por mostrar posición titubeante al momento de tomar decisiones. Desde que inició este gobierno, el cargo de Primer Ministro sólo ha quedado para las cámaras (exceptuando la torpe actuación de Valdez). Ahora está más que claro que las decisiones las toman Nadine y Castilla. La dimisión de Villanueva, fortalece el poder económico de las transnacionales y aleja al gobierno de las regiones. 


Villanueva se va, sin pena ni gloria. Mediatizaron su imagen para  presentarlo como uno de los mejores presidentes regionales del Perú, cuando las cifras de crecimiento económico de su región le eran contradictorias. La derecha veía en él a un hombre dispuesto a servir con obediencia, pero cuando sus decisiones desentonaban con el libreto de la CONFIEP: lo condenaron y lo sacaron.

En 3 meses 24 días que duró Villanueva, no dejó mucho para el recuerdo. No cambió a ningún ministro, porque él no tomada decisiones, tomaban decisiones por él. Negoció y avaló el recorte presupuestal a los gobiernos regionales y locales, a cambio de que a su región no se le reduzca ni un sol de presupuesto. Se va Villanueva: fugaz y descolorido.


El poder económico encontró en Humala el distraído perfecto para avalar: Conga, Xtrata, Antamina, Cañariaco, Águila Dorada, etc. proyectos muy cuestionados porque atentan directamente contra el medioambiente y la gente más humilde. Desde que la derecha reclutara a Ollanta a sus filas, no ha pasado mes en que su gobierno no tome medidas tales como: aprobó la Ley del Servicio Civil (30 mil soles para ministros, pero cero aumentos a maestros, enfermeros, policías y otros profesionales), Ley del Servicio Militar obligatorio (discriminatoria), avaló la repartija, etc. Pareciera que a nuestro presidente le han puesto un chip que le ha ordenado poner al estado en piloto automático.


Con un gobierno así, no se puede decir que Villanueva se va con dignidad como dice la derecha. Villanueva se va porque estaba pintado en la pared, se va porque le enmendaron la plana antes de cumplir los primeros 4 meses, se va porque no dirige; en pocas palabras, no se va, lo botan que es distinto. Y es más triste aún si recordamos que Villanueva se alió al gobierno cuando estalló Conga, quería congraciarse para saltar de San Martín a Lima; claro que lo hizo, pero le salió el tiro por la culata. 


Villanueva, forma ahora la nueva casta política de los tres amigos que se aburguesaron. Federico Salas, Yehude Simón y César Villanueva, en un inicio tuvieron las ganas de hacer sentir la voz del Perú profundo, pero el sistema les puso la música y les hizo bailar a su ritmo, a los tres les faltó pantalones para poner los puntos sobre las íes. 


Del nuevo gabinete no hay mucho que esperar porque será más de lo mismo. Quizá, Ollanta oculte a su mujer, quizá Nadine cuide sus palabras. Está claro que Humala no gobierna. Él solo es la sonrisa en la foto o la voz que lleva la buena nueva; y esto se debe a que el libreto lo siguen escribiendo los grandes millonarios de nuestro país.

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