lunes, 28 de octubre de 2013

La derecha le da la espalda a Ollanta

Por Segundo Matta Colunche



“Ollanta Humala llegó a la presidencia de la República con una propuesta progresista. En la presidencia cambió, y traicionó al pueblo, buscando refugio en la derecha. Ahora ésta le da la espalda y el pueblo ya no quiere saber nada con él”.

En las últimas elecciones generales (2006 y 2011), el entonces candidato Ollanta Humala alcanzó, en primera vuelta, más del 30% de votos válidos del sector que representa a los más excluidos de la patria. En ambas elecciones fue a segunda vuelta, la primera perdió frente al candidato del APRA Alan García Pérez y en la segunda venció al fujimorismo, alcanzando la presidencia de la República. En Cajamarca, en la primera vuelta perdió y en segunda vuelta con el apoyo del Movimiento de Afirmación Social MAS, logró el triunfo.

Ollanta Humala, elegido presidente, en su primer acercamiento convocó a los presidentes regionales del Perú, entre ellos, Gregorio Santos Guerrero, presidente regional de Cajamarca. Tema: ¿Cómo lograr la gobernabilidad del país? La autoridad cajamarquina solicitó, “encaminar la Gran Transformación, con una Nueva Carta Magna, a través de una Asamblea Constituyente. Lograr la unidad del país y fortalecer la descentralización”, políticas claras para lograr la justicia que exige la mayoría de peruanos.

No pasó mucho tiempo y ya elegido como ministro de Economía, Luis Castilla, tras reunirse con empresarios mineros vía la CONFIEP, de la noche a la mañana, Humala cambió de discurso, ya no le interesaba la Gran Transformación y dijo que la hoja de ruta era el plan con el cual iba a gobernar. Estalló el conflicto Conga, el mandatario salió con su discurso de “Conga va”, militarizó Cajamarca-decretó dos Estados de Emergencia-, murieron 5 hermanos cajamarquinos, hubo decenas de heridos, denunciados y perseguidos. Se sumó a todo, el bloqueo económico al Gobierno Regional, la instalación de la Contraloría General de la República en la sede regional y una férrea campaña mediática dirigida desde Lima por los monopolios de la comunicación. 

Mientras esto sucedía en contra de Cajamarca y el gobierno regional, la solidaridad se sentía en todo el Perú y en varios países del mundo. Cajamarca resistía ante la permanente represión. Humala se sentía dueño y señor del gobierno y las fuerzas armadas, muy bien protegidas por el militar Oscar Valdés y el poder económico. Pese a  todo gozaba de una buena simpatía. Recibió el apoyo de la extrema derecha nacional, Alan García, Pedro Pablo Kuczynski, Keiko Fujimori, Lourdes Flores y Alejandro Toledo, quienes se convirtieron en aliados del gobierno con respecto a Conga. Operadores de Yanacocha-varios de ellos cajamarquinos se paseaban como Pedro en su casa, por los diversos medios de comunicación, grandes publirreportajes pagados. Cajamarca resiste.

Ollanta pensó que traicionar al pueblo y estar al lado del poder económico, era el camino para legitimarse en el Perú y consolidarse como un líder indiscutible. Nada más absurdo. Pasó el tiempo y los sectores sociales y populares que lo llevaron al gobierno se sienten defraudados y traicionados. En la última encuesta de GFK, sólo el 24% aprueba su gestión. Rechazo rotundo de la mayoría de peruanos.

Humala ya no sólo ha perdido el apoyo de la izquierda, de los sectores populares, sino de la derecha. Sus pupilos como Bobadilla en Cajamarca, tienen que maquillarse para participar en próximas elecciones. La gran mayoría de cajamarquinos repudia y sanciona a quienes traicionaron a su pueblo.


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