martes, 29 de mayo de 2012

Las dictaduras siempre reprimen

Ollanta Humala autoriza intervención del ejército en Cajamarca

Por Segundo Matta Colunche
Resolución Suprema N° 231-2012-DE, publicado hoy en el Diario Oficial El Peruano, autoriza a las Fuerzas Armadas “apoyar” a la Policía Nacional en el “control” del orden público.

Mediante Resolución Suprema N° 231-2012-del Sector Defensa, publicada hoy en el Diario Oficial El Peruano, el gobierno nacional autoriza a las Fuerzas Armadas “apoyar” a la Policía Nacional en el “control” del orden público, ante la anunciada paralización cajamarquina en contra del proyecto minero Conga, este 31 de mayo.

La decisión fue tomada bajo el argumento de “proteger a la población de las amenazas contra su seguridad” citando el Artículo 44 de la Constitución Política del Perú, lo cual parece más un pretexto para continuar en sus intentos de imponer el cuestionado proyecto Conga, inviable para Cajamarca por donde se lo mire. Esta decisión para los cajamarquinos y un amplio sector del pueblo peruano deslegitima al gobierno y afianza a Ollanta como dictador.

Con ello, el gobierno derechista de Ollanta Humala ha creado un mecanismo legal para militarizar, reprimir y perseguir a los cajamarquinos que defienden la tierra y el agua. Esto es propio de una dictadura que se siente dueña del Estado y que para defender sus fortunas utilizan prácticas represivas salvajes al propio estilo de las dictaduras de Pinochet en Chile, Sánchez de Lozada en Bolivia y Fujimori en Perú, cuyos gobiernos dejaron secuelas incurables hasta el momento.

Cabe recordar que el año pasado Cajamarca fue declarada injustamente en Estado de Emergencia por parte del gobierno humalista, y para sustentar la medida antidemocrática se nombró al militar y empresario minero óscar Valdés como Premier de la República.

No contento con sus medidas represivas, el gobierno en alianza con las empresas mineras emprendió un proceso de persecución a autoridades y dirigentes sociales, denuncias por doquier en el Ministerio Público, millonarias campañas de publicidad en los medios nacionales y locales, paralelismo en la administración pública (Instalación de Oficinas de los Ministerios en Cajamarca y convocatoria a autoridades locales para entregarles presupuesto), bloqueos de cuentas del Gobierno Regional de Cajamarca e instalación de la Contraloría General de la República.

Nada de eso es casual, todo está organizado al pie la letra. Ollanta usó al pueblo para llegar al poder y ahora se burla de él para favorecer a Newmont y otras transnacionales interesadas en desmantelar al país.

En varias regiones del país se han endurecido las protestas sociales ante el incumplimiento de promesas electorales del presidente de la República. El mandatario se comprometió cambiar la Constitución -juró por la Constitución del 79-, sin embargo, una vez en el gobierno la extrema derecha y los grupos de poder económico dirigen los destinos del país a espaldas de las mayorías.

El pueblo cajamarquino jamás venderá su conciencia a los poderes fácticos, al contrario seguirá luchando hasta conseguir que su voz sea escuchada y la justicia llegue para todos.

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