Ollanta Humala autoriza
intervención del ejército en Cajamarca
Por Segundo Matta Colunche
Resolución Suprema N° 231-2012-DE, publicado
hoy en el Diario Oficial El Peruano, autoriza a las Fuerzas Armadas “apoyar” a
la Policía Nacional en el “control” del orden público.
Mediante Resolución Suprema N° 231-2012-del Sector Defensa,
publicada hoy en el Diario Oficial El Peruano, el gobierno nacional autoriza a
las Fuerzas Armadas “apoyar” a la Policía Nacional en el “control” del orden
público, ante la anunciada paralización cajamarquina en contra del proyecto
minero Conga, este 31 de mayo.
La decisión fue tomada bajo el argumento de “proteger a la
población de las amenazas contra su seguridad” citando el Artículo 44 de la
Constitución Política del Perú, lo cual parece más un pretexto para continuar
en sus intentos de imponer el cuestionado proyecto Conga, inviable para
Cajamarca por donde se lo mire. Esta decisión para los cajamarquinos y un
amplio sector del pueblo peruano deslegitima al gobierno y afianza a Ollanta
como dictador.
Con ello, el gobierno derechista de Ollanta Humala ha creado un
mecanismo legal para militarizar, reprimir y perseguir a los cajamarquinos que
defienden la tierra y el agua. Esto es propio de una dictadura que se siente
dueña del Estado y que para defender sus fortunas utilizan prácticas represivas
salvajes al propio estilo de las dictaduras de Pinochet en Chile, Sánchez de
Lozada en Bolivia y Fujimori en Perú, cuyos gobiernos dejaron secuelas
incurables hasta el momento.
Cabe recordar que el año pasado Cajamarca fue declarada
injustamente en Estado de Emergencia por parte del gobierno humalista, y para
sustentar la medida antidemocrática se nombró al militar y empresario minero
óscar Valdés como Premier de la República.
No contento con sus medidas represivas, el gobierno en
alianza con las empresas mineras emprendió un proceso de persecución a
autoridades y dirigentes sociales, denuncias por doquier en el Ministerio
Público, millonarias campañas de publicidad en los medios nacionales y locales,
paralelismo en la administración pública (Instalación de Oficinas de los
Ministerios en Cajamarca y convocatoria a autoridades locales para entregarles
presupuesto), bloqueos de cuentas del Gobierno Regional de Cajamarca e
instalación de la Contraloría General de la República.
Nada de eso es casual, todo está organizado al pie la letra.
Ollanta usó al pueblo para llegar al poder y ahora se burla de él para
favorecer a Newmont y otras transnacionales interesadas en desmantelar al país.
En varias regiones del país se han endurecido las protestas
sociales ante el incumplimiento de promesas electorales del presidente de la República.
El mandatario se comprometió cambiar la Constitución -juró por la Constitución
del 79-, sin embargo, una vez en el gobierno la extrema derecha y los grupos de
poder económico dirigen los destinos del país a espaldas de las mayorías.
El pueblo cajamarquino jamás venderá su conciencia a los
poderes fácticos, al contrario seguirá luchando hasta conseguir que su voz sea
escuchada y la justicia llegue para todos.
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