Por: Arturo Muñoz
José Martí: "Cuando hay muchos hombres sin decoro, hay siempre otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se rebelan con una fuerza terrible contra los que roban a los pueblos sus libertades, que es robarle a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana. Esos hombres son sagrados".
Desde la Patagonia hasta Río Grande. Perú no es el único país donde los capitalistas mineros son enfrentados por el pueblo. Basta revisar algunos ejemplos en otros países de Latinoamérica. En Buenos Aires, el 23 de febrero, se realizó una manifestación multitudinaria en contra del modelo extractivista minero. Fue fundamentalmente rechazada la minería a tajo abierto, prohibida en Europa y en varios Estados de Estados Unidos, prohibida también en la provincia argentina de Mendoza y en muchos otros países.
Definitivamente la minería de mercurio, arsénico y cianuro no es aceptada en ninguna parte del mundo; ni siquiera en África. Pero la corrupción les abre las puertas a las empresas mineras para explotar los minerales a tajo abierto. Sin embargo los pueblos de Catamarca, Entre Ríos, La Rioja y Tucumán se han puesto fuertes, le han dicho no a la minería y la respuesta de los capitalistas mineros es violenta, con el apoyo de los gobernadores y del gobierno central. Las afectadas por la represión usando armas de fuego han sido la gente de Famatina, Belén, Andalgalá, Amaicha, Tinogasta y Cafayate; a quienes se les quiere aplicar la Ley Antiterrorista, forma de criminalización de las luchas sociales en el mundo.
Organizados en torno a la Unión de Asambleas Ciudadanas los argentinos y argentinas volverán a marchar el 3 de marzo. Esta vez el punto de partida será de Trelew (ciudad de la provincia de Chubut en la Patagonia) para llegar el 10 de marzo a Esquel, donde la minera Yamana Gold, en sociedad con la suiza Xstrata y la canadiense Goldcorp, quiere explotar el oro de Esquel (Yamana Gold es la misma que explota la mina La Alumbrera en Andalgalá). En Esquel la actividad minera está prohibida por ordenanza municipal 33/2003, que fija las normas para un municipio ambientalmente sustentable.
En Chile, la transnacional canadiense Barrick Gold con la oposición de Frente de Lucha Anti Pascua Lama, se ha instalado en el glacial Pascua Lama para explotar oro, plata y cobre, dañando a los agricultores del Valla del Huasco, en la región de Atacama. Múltiples marchas en contra del proyecto binacional Pascua Lama se han realizado, pero la minera ha contado con el apoyo de los gobiernos de Chile y de Argentina, al firmarse el Tratado de Integración y Complementación Minera en 1997. Miguel Bonasso, diputado argentino, presentó un proyecto de ley sobre glaciares que fue vetado por el gobierno central, pues impedía la explotación minera en ellos.
En Nariño, Colombia, los pobladores dicen: Sin oro y sin plata podemos vivir, pero sin agua y sin tranquilidad, no. Se han negado a darle permiso a la minera Gran Colombia Gold. En toda Colombia la minería está causando el levantamiento de los pueblos afectados por la contaminación en el momento de la exploración y de la explotación, y por los relaves hasta ahora imposible de evitar que envenenen las aguas, el aire y los suelos.
México, Oaxaca, está en pie de guerra contra la minería. El pueblo ancestral Wixárika ha dicho no a la minería en su territorio, han marchado hasta la capital para encontrar el apoyo de los mexicanos a su decisión sabia de vivir en armonía con la naturaleza.
Sólo los codiciosos empresarios mineros utilizan a las fuerzas armadas para reprimir violentamente los movimientos contra la minería, actividad insalubre minera que viene destruyendo la vida en todo el planeta.
Una nueva relación con la minería
En todos los foros, asambleas, mesas de diálogo, etc., en todos los países se le dice No a la minería. Este es un punto vital pues va a llevar a un proceso de discusión que terminará en irse a las manos si la intransigencia continúa por parte de los Estados y de las transnacionales capitalistas.
Como punto mínimo algunos conciliadores plantean la renegociación de los contratos, en base a tomar como base el precio de los minerales, es decir que las transnacionales paguen por el mineral que extraen a precio internacional, y no sólo impuestos; para que no se lleven gratis el oro, el cobre y otros minerales estratégicos nunca declarados.
También exigen, los conciliadores con la burguesía minera, el establecimiento de refinerías para saber exactamente en qué cantidad y cuantos tipos de minerales extraen las transnacionales, que no son declarados al momento de pasar por las aduanas. Las transnacionales mineras denuncian una mina de cobre, pero todo el mundo sabe que se llevan desde molibdeno hasta uranio. Muy bien dicen algunos conciliadores con las transnacionales, pongamos refinerías para saber qué tipo de mineral extraen, en qué cantidad y cuánto vale en precios internacionales. Esa es la propuesta de los conciliadores, que coinciden con la de los funcionarios corruptos del Estado, al servicio de las corporaciones mineras.
Por otro lado, están quienes adoptan una posición patriótica, mantienen su posición de defensa de la vida y el agua con rotundo No a la minería, peor si es a tajo abierto y propiedad de transnacionales que saquean al país.
Los pueblos latinoamericanos no sólo por experiencia propia, sino por lo sucedido en los países de capitalismo avanzado donde la minería del carbón, por ejemplo, en Alemania e Inglaterra, ha causado daños irreparables a la naturaleza. Inmensas extensiones de Estados Unidos son inservibles para la agricultura producto de la actividad minera, principalmente el Medio Oeste. Y, por supuesto, sería una tontería acabar como África, mirando como avanza el desierto del Sahara, la deforestación y lo más lamentable, la hambruna de millones de niños y niñas, de mujeres y hombres africanos.
Esta historia de los capitalistas mineros tratando de robar los tesoros de América Latina, tendrá un final cruento. Es inevitable por la ambición de los capitalistas de saquear Latinoamérica, pues de lo hurtado depende su futuro, si esto sucede será el fin de la naturaleza latinoamericana y de los seres humanos que la habitan, sobreviviendo unos cuanto millones a las guerras fratricidas o peleándose por una bolsa de harina de la cooperación internacional al servicio de la oligarquía financiera mundial.
Contra ese destino infame al cual quieren condenar los capitalistas mineros a los pueblos latinoamericanos, es necesario iniciar la organización de las clases populares de América Latina para no sólo defender sus recursos naturales, el derecho a la vida, sino para transformar la sociedad capitalista en una sociedad colectiva.
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