miércoles, 13 de mayo de 2015

Camino a la dictadura

Por: Segundo Matta Colunche

Humala quiere imponer Tía María a sangre y fuego
Dos noticias que preocupan a la sostenibilidad de la endeble democracia peruana: La posible intervención del ejecutivo nacional a las regiones y la militarización de varios pueblos de Arequipa.
Los voceros mediáticos reaccionarios no cesan en insultar a los pueblos que expresan opiniones contrarias al modelo extractivista irresponsable. A diario titulares incandescentes reflejan la parcialidad de estos con las empresas mineras; el adjetivar de “antimineros”, antiinversión” y “violentistas” a los manifestantes ha generado una mayor confrontación Estado versus Sociedad. No entienden la cosmovisión de los pueblos del Perú profundo. Los está arrebatando la auténtica identidad de nación-patria al seguir utilizando la fuerza militar para imponer el supuesto “orden”. Le cae muy bien la etiqueta de dictador al presidente Ollanta. Al extremo, el fascista Aldo Mariátegui (Perú 21) recomienda utilizar francotiradores contra el pueblo en protesta-bala al cuerpo-.
Jamás la derecha entenderá que el Perú no es solo Lima o los grandes monopolios enlazados al poder económico; jamás entenderá que conocer la realidad de un pueblo no se hace desde el escritorio o leyendo a la prensa reaccionaria: Mariátegui, Paredes, Rospigllosi, Santillana, los Miroquesada, Valenzuela, Balbi o un editorial del grupo mediático de la concentración; nunca entenderán que los campesinos de Cajamarca, Pichanaki o Islay merecen respeto y consideración-son también peruanos-; le es difícil entender que democracia significa escuchar a todos y no solo a quienes añoran el modelo extractivista;  basta de imponer proyectos mineros a sangre y fuego. “…no quieren entender, pues nunca entenderán que el Perú es país multicultural, multiétnico, pluricultural y multidiverso”. El presidente Ollanta Humala, sus ministros y los ya conocidos congresistas del faenón hablan a los cuatro vientos: “El Perú necesita inversión privada, queremos crecimiento económico”.  “…tenemos que restablecer el orden, mano dura a los violentistas, pero queremos diálogo”. ¿Diálogo con quiénes? ¿Con los que ellos los habían descalificado por adelantado?
Tía María, al igual que Conga ha muerto, ha sido sepultado por intransigencia y populismo del gobierno. Acompañado a la deslegitimización de las empresas mineras Newmont-Yanacocha y Southern Copper está la derecha reaccionaria que eventualmente es representado por el presidente Ollanta Humala. Lo preocupante de esta desventura es el asesinato de cinco hermanos cajamarquinos y tres arequipeños. Los pueblos en protesta nunca pidieron enfrentamiento con la policía y menos estuvieron dispuestos a tomar carreteras si antes existía un diálogo franco y sincero, los lamentables sucesos no hubiesen sucedido si el gobierno actuaba como mediador y no como juez y parte de las trasnacionales mineras. La clase política ahuyentada de la realidad mira con reojo lo que sucede en el Perú, salvo sectores progresistas y de izquierda.
Los trágicos sucesos de Islay, es la respuesta de un Estado centralista y opresor-gobierno reprimiendo a su pueblo, ensangrentando a su pueblo, matando a su pueblo-. Estado empecinado en las volátiles respuestas del crecimiento económico y la ausencia de planes y proyectos integrales con participación de los tres niveles de gobierno. Estado que mira el crecimiento solo en función de la actividad extractiva y menospreciando las actividades productivas al que la mayoría de arequipeños y cajamarquinos se dedican.
Lo que viene. A la pérdida de vidas humanas en Islay irá acompañado de una cacería de brujas a los dirigentes sociales y autoridades locales, ya se decretaron bloqueo de cuentas a cuatro municipalidades (Islay, Punta del Bombón, Deán Valdivia y Cocachacra), viene recortes presupuestales a los gobiernos locales cuyas autoridades estuvieron a lado de su pueblo, continuará una campaña mediática vergonzosa para desprestigiar a los protagonistas de las manifestaciones, los dirigentes y autoridades tendrán que responder una serie de denuncias ante fiscales de Arequipa y otras ciudades del Perú, sacarán improperios e intervendrá la Contraloría a los municipios que respaldaron las luchas contra Tía María, a las autoridades locales les dirán incapaces, corruptos, violentistas y responsables de la pobreza de su región. Pero igual, en la historia quedará grabado que un pueblo digno no se arrodilla ante el tirano.
La imagen de un gobierno dictatorial va quedando cada vez más sentada en el sector popular. Son 58 peruanos que murieron en enfrentamiento con las policía en lo que va de este gobierno, y al descaro de su infortunio pretende acabar con el proceso de descentralización y regionalización interviniendo los gobiernos regionales al que ellos acusan de incapaces y corruptos.
Fuerza Arequipa, Cajamarca te apoya.
Más fotos.

 
 

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