Por: Segundo Matta Colunche
Multitudinarias movilizaciones de Izquierda Unida |
En
la última edición del semanario “Hildebrant en sus trece” (07-02-14), aparece
dos artículos publicados por los ciudadanos militantes de “Tierra y Libertad”,
David Roca Basadre (La Izquierda cansada) y Pedro Francke (A la basura con los
dogmas); que cuestionan a históricas organizaciones de izquierda, llamándolas “las
de las viejas ideas”. Roca dice: “Las
viejas izquierdas, sin base social ni presencia territorial ni menos registro
electoral, diezmadas luego de quebrarse su proceso a fines de los ochenta”,
con lo que a nuestro parecer pretende decir que no “representan a nadie”.
El
creerse dueños de la verdad y henchirse el pecho por el solo hecho de tener
inscripción legal, es signo de soberbia que representa al viejo estilo dogmático,
excluyente y ramplón al cual tanto critican y con palabra combaten; lo que es
más, lo presentan como el estilo renovador, de unidad y democrático al cual
todos debemos acatar como la suprema verdad.
La
base social a la que alude David Roca y critica a la vieja izquierda de no
tenerla, se merece respecto porque fue ésta la que movilizó a centenares de
trabadores, vastos sectores del campesinado y a lo más avanzado del estudiantado
(principalmente universitario), conquistando la adhesión de sectores del empresariado
nacional, entre otros. En ese proceso se cometió errores nadie los niega, pero
no cabe duda que la contribución en movilización social es envidiable que hoy
muchos critican porque están a varios océanos de conquistarlo.
Reconocemos
que existen esfuerzos importantes en la construcción de una izquierda renovada,
adentrada en los sectores de las
mayorías nacionales, que exprese el rumbo claro para el país, en fin, una
izquierda para una Nueva República, que cree riqueza para todos los peruanos y
no como hasta hoy donde un puñado de privilegiados concentra, lo cual los
sectores progresistas, de izquierda y ecologistas del país estamos lejos -por
ahora- de conseguirla. Y estaremos peor si es que nos seguimos dividiendo los
pequeños y marginales en máximos exponentes de la verdad, encargados de los
coloquios de unidad, gestores de los procedimientos modernos, de comportamientos
democráticos y ambiental superior de un lado; y por el otro de añejos,
dogmáticos, de alto espíritu de secta, con pensamiento fósil que no serán
convidados al proceso unitario porque expresa una mancha en el pulcro
nacimiento del Frente Amplio.
El
MAS, movimiento del cual participamos, en sus pocos años de existencia cree con
firmeza en la reconstrucción de la izquierda en el país, que será posible con
el esfuerzo de millones de compatriotas que confluyan en pareceres progresistas
diversos, bajo el convencimiento que solo representamos algunas partículas de
la verdad que se consolida con los criterios macizos de la diversidad de los
sectores sociales y progresistas del patria. Con el esfuerzo de militantes y el convencimiento de sectores
importantes en la apuesta por un rumbo diferente se conquistó el gobierno regional
en Cajamarca (2011 – 2014), existe organización en las 13 provincias y en la
mayoría de distritos; en Moquegua , tras el proceso electoral de 2010 es la
segunda fuerza política a través del Movimiento FIRME, que lidera Zenón Cueva; en
Piura el MAS se consolida (Bases en las 8 provincias y 37 distritos); Amazonas
se representa a través del UDA; liderazgos importantes en Junín, Cusco, Puno,
Lambayeque, La Libertad, Cerro de Pasco, San Martin, Madre de Dios, Ucayali,
Arequipa y Ayacucho; así como bases sólidas en todo el Perú. El MAS mantiene
una relación importante con el movimiento social como las Rondas Campesinas,
SUTEP, FEP, Frente de Defensa y otros gremios sindicales y populares. Siendo
importante para la recuperación de la izquierda resulta insignificante frente a
los retos del pueblo peruano.
Somos
participes de la unidad, tal cual lo exige la población, como dijera Mariátegui:
“Las masas reclaman la unidad. Las masas quieren fe. Y, por eso, su alma
rechaza la voz corrosiva, disolvente y pesimista de los que niegan y de los que
dudan; y busca la voz optimista, cordial, juvenil y fecunda de los afirman y de
los que creen.”
Finalmente, Pedro Francke, siente vergüenza de
la dictadura del proletariado, del
partido de cuadros, de la glorificación del líder, del centralismo
democrático del estatismo a ultranza. Estamos de acuerdo en la superación de
estos procedimientos, pero jamás abandonamos la aspiración de millones de
compatriotas en la construcción de un nuevo orden con justicia social, derechos
plenos para todos y uso racional de la naturaleza; en otras palabras sin
avergonzarnos lo mencionamos: Socialismo. No basta con “democracia y los
derechos al centro, así como el pluralismo de ideas y la paz”.
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