Por: Segundo Matta C.
Aurich, Villarán, Simon, Lerner. |
Libre mercado,
privatizaciones como modelo interminable, crecimiento económico sin desarrollo,
eliminación de derechos laborales, privatización de servicios [agua, salud,
educación, etc.], Estado reducido, patria y territorio sin soberanía,
asistencialismo extremo y capitulación externa vergonzante; son algunas de las
políticas de la derecha reaccionaria que plantea a una disque “moderna
izquierda” o “centro izquierda”.
La derecha no quieren
que se toque un ápice del sistema excluyente, promueve desde sus intereses una
izquierda domesticada, sumisa, blanda, débil, “dialogante”, de colores varios y
de “tiempos de modernidad”. Crean una izquierda que gane elecciones pero que no
gobierne. En esa dirección giran sus columnistas y opinólogos de los
principales medios reaccionarios. Nada de cambio, continuidad absoluta.
Afirmamos así, a raíz
de las últimas conferencias realizadas por los ex candidatos presidenciales
Verónika Mendoza [Nuevo Perú] y Gregorio Santos [MAS Democracia] en Cajamarca y
Cusco, respectivamente. Ambos líderes progresistas promueven una Nueva
Constitución vía referéndum.
La agenda mediática
nacional no deja de comentar los errores que volvería a cometer Verónika
Mendoza al unirse con Gregorio Santos o viceversa. Para algunos, es grave error
que la lideresa de Nuevo Perú busque radicalizarse con la propuesta del líder
masista-democrático. O que, sus cálculos electorales lo llevarían a reducir su
aceptación coyuntural. Para otros, la unidad de Verónika-Goyo tiene como
objetivo convertir al Perú en una réplica de Venezuela o Cuba. Algunos más
moderados y escépticos, hablan de una posible sorpresa en los próximos años si
se concretiza una confluencia de izquierda y progresista. Hay vacío de una
lectura más objetiva. Sin embargo, la subjetividad como idea/tiempo decora los
titulares de los diarios de la ilegal concentración.
En fin, si queremos
ingresar al debate, hagamos algo. Y ese algo, jamás será de agrado de la
derecha rancia y de sectores capitalistas. Su negacionismo al cambio y a la
trasformación del país inyecta en el cerebro de un sector de peruanos. La
derecha quiera una izquierda a su estilo e intereses.
En medio de
periodicazos, los líderes de ambas organizaciones de izquierda han afirmado que
continuarán trabajando una agenda común que permita cambiar la Carta Magna. “No es una alianza electoral, es un trabajo
conjunto para impulsar una Nueva Constitución. Además, en esa tarea también
están involucrados: Democracia Directa, Perú Libre, Mi Región de Puno,
movimientos regionales progresistas y organizaciones sociales”. Se requiere
cambiar la estructura y principios fundamentales del texto constitucional, es decir mayor
participación y debate en la propuesta.
La reacción de la
derecha se extiende porque tocan el lado más sensible de su status quo. Una
Nueva Constitución nos permitirá: recuperar la democracia, promover una Estado
Plurinacional, inversiones limpias, Fuerzas Armadas y Policiales integradas al
desarrollo, política exterior ejercida con independencia y soberanía. Es el
camino correcto para cambiar el rumbo de nuestra patria.